Mons. García inauguró la Ciudad del Hogar de Cristo en el Mercado Central

Mons. García inauguró la Ciudad del Hogar de Cristo en el Mercado Central

Con una misa y bendición, el diocesano de San Justo dio inicio a ese emprendimiento conjunto entre el Obispado, el Hogar de Cristo y Cáritas, destinado a jóvenes con consumos problemáticos.

Con una misa en el Mercado Central, la diócesis de San Justo inauguró, el 29 de enero, la primera edificación de la Ciudad del Hogar de Cristo.

“Lo que hicimos fue una bendición inicial de la primera construcción, que será un parador para dar albergue a todos aquellos que no tienen techo y están deambulando durante la noche en todo el gran espacio que ocupa el Mercado Central”, explicó el obispo local, monseñor Eduardo García, sobre esa iniciativa conjunta entre el Obispado de San Justo, la Familia Grande Hogar de Cristo y Cáritas.

Ese emprendimiento, ubicado en el conurbano bonaerense, busca dar albergue a aquellos que no tienen techo y, a la vez, posibilitarles el acceso a la educación y a un trabajo digno, mediante una escuela de artes y oficios.

El predio, muy cercano a La Salada y al Riachuelo, está destinado justamente a la recuperación en cuanto de jóvenes con problemas de droga, entre los que hay algunos changarines del Mercado Central.

 

 

De hecho, el obispo de San Justo definió al Mercado Central como “una superficie muy vasta, muy grande, en la que hay un submundo muy afectado por la droga, la prostitución infantil, el comercio de todo tipo, la violencia de género”, que se espera recuperar con esta iniciativa.

“Lo hicimos con los mismos chicos que vienen de otras casas del Hogar de Cristo, y que están en proceso de recuperación de las adicciones y en la búsqueda de un futuro digno, justamente como un compromiso de ellos de compartir y transmitir aquello que han vivido, en el camino de dignificación de su vida, con otros que están en un proceso en el que todavía no han descubierto la posibilidad que tienen de acceder a una vida más humana”, ahondó el prelado.

Monseñor García remarcó la importancia del trabajo conjunto: “Tratamos de abarcar, como en un abanico, a toda esta zona que es, por así decirlo, un poco oscura, marginal, adonde nadie accede, y quien lo haga seguramente será robado o maltratado o inducido quizás a otro tipo de crimen. Lo que hemos hecho es dar comienzo significativamente, con una misa, a esta Ciudad del Hogar de Cristo en el Mercado Central”.

Más información, en http://www.adncelam.com.

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