"Procuraré con mucho esmero que todos sientan que tienen lugar en la mesa", afirmó monseñor Gabriel Barba al tomar posesión de la diócesis de San Luis, en la mañana del sábado 11 de julio.
En una celebración que tuvo lugar en la catedral Inmaculada Concepción, monseñor Gabriel Bernardo Barba tomó posesión del gobierno pastoral de la diócesis de San Luis, en la mañana del sábado 11 de julio.
En representación del episcopado argentino, el arzobispo de San Juan, monseñor Jorge Eduardo Lozano, concelebró la Eucaristía, junto con el obispo emérito, monseñor Pedro Martínez Perea, y sacerdotes del clero diocesano. Participaron autoridades municipales y provinciales, entre ellos el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saa, el vicegobernador Eduardo Monte Ruiz, el intendente de la ciudad, Sergio Tamayo, los senadores nacionales Claudio Poggi, Adolfo Rodríguez Saa y María Eugenia Catalfano, el presidente del concejo deliberante y el presidente de la cámara de senadores, entre otros.
La celebración se desarrolló cumpliendo el protocolo impartido por las autoridades, ocupando el 25% de la capacidad total del templo. En las puertas de la catedral se colocó una pantalla gigante con sillas, y algunos fieles se acercaron a compartir. La celebración fue transmitida por los medios digitales y por el Canal 13 de San Luis, con alcance provincial.
Monseñor Martínez Perea se despidió de la diócesis y brindó unas palabras de bienvenida al nuevo obispo: “Asumirá como obispo en una hermosa diócesis”, le dijo, “la vida cristiana aquí tiene un distintivo, es una diócesis eucarística. También es una diócesis mariana, y tenemos una importante devoción por el patrono, San Luis Rey y los Cristos de Renca y de la quebrada. Podrá experimentar la riqueza humana de este pueblo. Encomiendo a San Luis que lo ilumine y como nuevo pastor pueda conducir a los fieles de San Luis a los pastos eternos de la bienaventuranza eterna”.
Durante la homilía, monseñor Barba recordó a San Benito Abad, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia: “La primera palabra de la regla de San Benito es ‘escucha’. Siento profundamente que es el primer paso que debo dar. Escuchar la voz de Dios. Escuchar lo que susurra al oído el Espíritu. Escuchar sus mociones, sus inspiraciones. Para ello primero entonces debemos despojarnos de lo que nos hace ruido y distrae. Porque nos podrá llevar por caminos equivocados. Esto me lo digo a mí mismo y lo comparto también con la comunidad: Escuchar lo que es de Dios”.
El prelado hizo referencia a su rol: “Un obispo, debe ser sin duda, padre de todos. Eso siento profundamente y eso intentaré vivir seriamente. Servidor desde la unidad. La diócesis, debe ser la madre que da lugar a todos los carismas (…) Procuraré con mucho esmero que todos sientan que tienen lugar en la mesa. Y en esa mesa debo ser servidor de la comunión. Atendiendo a unos y a otros. Abriendo puertas para quienes deseen entrar y tendiendo puentes donde sea necesario”, expresó.
Al recordar mensajes de amigos y fieles del pueblo puntano, monseñor Barba agradeció por la cercanía y los consejos, y expresó: “Espero estar a la altura de las circunstancias para ser fiel a lo que me indican, enseñan y aconsejan”. Más adelante, hizo alusión a la oración del beato Charles de Fouclauld, “Padre, me pongo en tus manos”, que rezó el día que conoció su nuevo destino pastoral.
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