"Creyentes convencidos¨, tituló el domingo último en el programa ¨Compartiendo el Evangelio¨, el obispo de Avellaneda-Lanús Mons. Rubén Frassia, a su reflexión dedicada al episodio evangélico en el que dos discípulos de Jesús, por miedo a que los reconozcan como discípulos del Crucificado huyen de Jerusalén y se dirigen a Emaús donde Jesús, ahora Resucitado, les devuelve el coraje de ser creyentes.
"Creyentes convencidos", tituló a sus reflexiones radiales del domingo último en el programa "Compartiendo el Evangelio", el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, que dedicó al episodio evangélico en el que dos discípulos de Jesús, por miedo a que los reconozcan como discípulos del Crucificado huyen de Jerusalén y se dirigen a Emaús donde Jesús, ahora Resucitado, les devuelve el coraje de ser creyentes.
"Es interesantísimo lo que significa la presencia de Jesús Resucitado -comentó el obispo-. Un hecho objetivo, real, concreto, que en nosotros va desarrollándose, creciendo, madurando, convirtiéndonos. Es un hecho objetivo: Cristo murió y resucitó; nos da su vida, una vida eterna, para que vivamos como resucitados. Es importante darnos cuenta de que Él está y cuando uno tiene fe, lo descubre más; cuando uno tiene una fe tibia o débil, no percibe, no reconoce, no ve".
"El miedo -señaló monseñor Frassia- puede dominarte tanto que te paraliza, te robotiza, hacés lo que los demás hacen, copiás a todo el mundo para no ser original y no tener fuerza para que no te dejen de lado, seguís donde va la gente, hablás lo que habla la gente, te quedás con lo que la gente es, en lo superficial, en lo mediático, con miedo a sobresalir, a distinguirte, a pasarla mal y a que los demás se den cuenta de que uno es un convencido.
"Juan Pablo II, nuestro querido santo, cuando hablaba a Europa les decía: 'Perdonen, ustedes son agnósticos, pero tengo que darles una noticia ¿saben una cosa?, ¡soy creyente!' Hoy parece que el creyente tiene que pedir permiso para ser creyente, para vivir como tal. ¡De ninguna manera! Tenemos que ser creyentes, vivir convencidos, no tengamos miedo", concluyó monseñor Frassia.
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