El arzobispo rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA), monseñor doctor Víctor Manuel Fernández, destacó que María Antonia de San José, Mama Antula, “es el modelo de misionera ‘salidora’ que quiere el papa Francisco: generosa, austera, humilde, entregando su tiempo y energías sin reservarse nada para sí misma”.
En una entrevista con AICA, reveló que el cardenal Jorge Bergoglio invitaba a las personas a acercarse a pedir la intercesión de Mama Antula, porque “sabía que ella tenía un corazón muy compasivo”.
El arzobispo rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA), monseñor doctor Víctor Manuel Fernández, destacó que María Antonia de San José, Mama Antula, “es el modelo de misionera ‘salidora’ que quiere el papa Francisco: generosa, austera, humilde, entregando su tiempo y energías sin reservarse nada para sí misma”.
En una entrevista con AICA, el prelado señaló la importancia de la bienvenida y homenajes que se le tributarán a la beata en Buenos Aires, y dio detalles de la vida y compromiso de esta mujer ejemplar.
Tras indicar que Mama Antula “tenía un corazón muy compasivo”, aseguró que en sus cartas “se advierte cómo le dolían las necesidades de la gente”.
“Ya que tenía mucha capacidad para acompañar, consolar y ayudar a los demás, la gente la veía como una madre. Por eso los santiagueños la llamaban ‘la mama’”, recordó.
Monseñor Fernández reveló que el cardenal Jorge Bergoglio invitaba a las personas a acercarse a pedir la intercesión de Mamá Antula, porque “sabía que ella tenía un corazón muy compasivo”.
“Reconociendo esa misericordia de su corazón y sabiendo que ella está en el cielo, podemos pedirle que nos ayude con su intercesión”, sostuvo.
-¿Por qué es importante para Buenos Aires celebrar a la beata Mama Antula?
-Porque vivió muchos años aquí y un porcentaje muy alto de la población de la ciudad en su época hizo ejercicios espirituales con ella. La Casa de Ejercicios de la avenida Independencia, que ella fundó, conserva muchos detalles que nos hablan de ella. Pero lo más importante es que quienes viven en Buenos Aires o visitan la ciudad pueden acercarse a su tumba a pedir su intercesión. Está en la iglesia de La Piedad, en Bartolomé Mitre y Paraná.
-Cuentan que cuando era arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio invitaba a las personas a acercarse a pedir su intercesión.
-Sí, porque sabía que ella tenía un corazón muy compasivo. En las cartas de Mama Antula se advierte cómo le dolían las necesidades de la gente. Ya que tenía mucha capacidad para acompañar, consolar y ayudar a los demás, la gente la veía como una madre. Por eso los santiagueños la llamaban “la mama”. Reconociendo esa misericordia de su corazón y sabiendo que ella está en el cielo, podemos pedirle que nos ayude con su intercesión.
-Siendo beata también se convierte en un modelo a imitar. ¿Qué es lo que se destaca en su figura?
-Cuando fueron expulsados los jesuitas y el pueblo de Dios quedaba privado de los ejercicios espirituales, ella sintió “un deseo ardiente”. No se quedó en el lamento y se preguntó qué podía aportar. Comenzó a caminar haciendo el bien, y anduvo a pie llevando el Evangelio por más de 3.000 kilómetros, recorriendo el norte del país, Córdoba, hasta llegar a Buenos Aires. Además, con su carro salía a recoger ayuda por los campos para que los más pobres pudieran hacer los ejercicios espirituales, y hacía mucho bien por las calles, consolando y anunciando el Evangelio. Es el modelo de misionera “salidora” que quiere el papa Francisco: generosa, austera, humilde, entregando su tiempo y energías sin reservarse nada para sí misma.
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