El presidente de la Comisión Episcopal de Misiones destaca la importancia del servicio de los cristianos a la misión. Lo hace en vísperas del Congreso Misionero Nacional en San Luis.
En vísperas del 6° Congreso Misionero Nacional (Comina6), que se llevará a cabo este fin de semana en la diócesis de San Luis, el presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, monseñor Fernando Croxatto, obispo de Neuquén, destacó la importancia del servicio de los cristianos a la misión.
“La Iglesia nace con Cristo, nace en la cruz para continuar la misión de Cristo, a través de su espíritu. Desde ahí decimos que la Iglesia tiene una misión, pero más correctamente, que la misión, esta misión trinitaria, toma a la Iglesia, asume a la Iglesia, por eso tiene una Iglesia”, sostuvo en una entrevista con Vida Nueva Digital.
“Y el sujeto de la misión es el Espíritu Santo, cuya acción comenzó en Pentecostés y de ahí no paró. La Iglesia, misionera por naturaleza, continuadora de la obra de Cristo, la lleva adelante con la fuerza y el empuje de su Espíritu”, sostuvo, y advirtió: “No podemos ser honestamente cristianos si no es el Espíritu el que nos mueve, si no nos abrimos a la fuerza del Espíritu. Si no tenemos el Espíritu de Cristo no somos de Cristo, dice San Pablo”.
El prelado neuquino recordó que “la misión es misión trinitaria y nosotros, la Iglesia en ella desde el bautismo, servidores de la misma. Por eso es tan necesario, importante –como lo propone Francisco en este nuevo Sínodo de la Sinodalidad– abrirnos a la escucha profunda del Espíritu, a su guía. Ver cómo y por qué caminos es posible llevar adelante la misión de Dios en este tiempo histórico.
Asimismo, puso como ejemplo a Santa Teresita, la patrona de las Misiones que decía algo que –consideró- hay que el cristiano debe llevar siempre en el corazón. “Tengo vocación de apóstol. No solamente quiero ser misionera por algunos años, desde el comienzo del mundo hasta el final de los siglos. ¡Cómo querría recorrer la tierra, predicar tu nombre plantar tu cruz gloriosa!”, citó.
“Cuando hablamos concretamente de misión, nos metemos en esta fuente de la Trinidad, que es el deseo del Padre de salvar al hombre, y el hombre no se entiende sin la creación, sin la casa común, la salvación es integral. Todo el hombre, todos los hombres, toda la creación que, como dice San Pablo, espera también ser redimida”, subrayó.
“La misión es devolverle a Dios la respuesta en amor a Su amor infinito y eterno. Esa misión, esa tarea tiene que tocar todos los ámbitos de nuestra realidad histórica, concreta, personal, familiar, social, comunitaria, política, económica. Todo tiene que ser puesto a los pies de Cristo, esa es la gran misión que tenemos que cumplir, para que Él lo entregue al Padre. Esa es la misión que tenemos como Iglesia”, profundizó.
Monseñor Croxatto finalizó afirmando que “ser misionero, implica haberse encontrado con Cristo, dejarse tomar por Él, descubrir que la vida no es lo mismo con Él o sin Él. Y cuando lo descubrimos, cuando nos dejamos invadir por su Espíritu, inmediatamente sentimos la necesidad de hacerlo con otros, junto a otros, caminando de manera sinodal, que significa ayudarnos en comunidad a escuchar lo que el Espíritu dice a las Iglesias, como dice el Apocalipsis”.
“No hay riqueza más hermosa y profunda que vivir lo que somos desde el bautismo, somos Misión y esto nos da una alegría y una esperanza infinita.
La entrevista completa de Lucrecia Casemayor en www.vidanuevadigital.com.
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