Antes de comenzar su visita pastoral a los distintos decanatos de la arquidiócesis, el arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, envió una carta pastoral a los fieles.
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, se dirigió a los fieles este 31 de mayo con una carta pastoral en el marco de la visita pastoral que realizará a los distintos decanatos de la arquidiócesis, y que comenzará el 8 de junio en la parroquia Nuestra Señora de Carrodilla. La visita había sido postergada durante dos años debido a la pandemia.
El prelado anunció que visitará gradualmente los decanatos, llegando a una o dos parroquias de cada uno por año. Después de Nuestra Señora de Carrodilla, detalló, seguirán las parroquias de Nuestra Señora del Socorro (Tupungato), San Isidro Labrador (Rivadavia), María Madre de la Iglesia (Maipú), Nuestra Señora del Carmen (Costa de Araujo), San Pedro Apóstol (Godoy Cruz), Santiago Apóstol y San Nicolás (ciudad de Mendoza) y Santa Ana (Guaymallén).
El objetivo de su recorrida pastoral es “conocer mejor a las personas, escuchar sus propias experiencias y tener, aunque sea de un modo general, un mejor conocimiento de las fortalezas, necesidades y desafíos de las comunidades recorridas”.
En distintos momentos de la visita, estará acompañado por el obsipo auxiliar, monseñor Marcelo Fabián Mazzitelli, y por el padre Mario Panetta, canciller de la arquidiócesis.
En su carta destacó el sentido evangelizador que tendrá esta visita, “su tono jubilar y su relación con la vida de nuestra Arquidiócesis, para que ésta tenga aquel espíritu misionero que la lleve a compartir el Evangelio con todos los hombres, especialmente los más pobres y alejados, los que habitan las periferias existenciales de la exclusión, el dolor, la soledad o la indiferencia social”.
En ese sentido, detalló algunos puntos que tienen que ver con la dimensión evangelizadora y reflexionó sobre ellos: “La salvación cristiana: Dios visita a los hombres”; “La visita pastoral en la experiencia de las primeras comunidades cristianas”; “La visita pastoral, tiempo jubilar y evangelizador”.
Asimismo, enumeró algunos de los grandes temas para reflexionar durante la visita pastoral, temas que considera “centrales de nuestra realidad pastoral”: El cuidado de la vida de nuestras familias (pastoral familiar), catequesis y pastoral bíblica, la vida de jóvenes (pastoral juvenil y vocacional), la conversión pastoral de nuestras comunidades (instancias parroquiales de comunión y participación; vocación, formación y desempeño de ministerios laicales), la animación de la solidaridad y el compromiso con la Casa común (Cáritas y pastoral social).
Para terminar, expresó: “En pocos días comenzará la visita pastoral. Para mí es una hermosa posibilidad de conocerlos más y gustar del encuentro sobre todo con aquellas comunidades y familias más alejadas, que difícilmente llegan a las celebraciones por cuestión de distancia geográfica, de medios y posibilidades”.
“Sé que, por la Providencia de Dios, creceremos en nuestro camino eclesial y también nosotros, como María e Isabel, tendremos tiempo para compartir la vida que nos viene de Dios. No es una visita protocolar según el modelo de las instituciones humanas; el nuestro es el encuentro jubilar entre el Pueblo de Dios y su obispo, peregrino-misionero de parte del Señor”, aclaró.
“Algunas formalidades pueden ayudar en el desarrollo de la visita. Dejemos de lado las que estorben o nos impidan esa cercanía que el Señor quiere concedernos para vivir con alegría su Evangelio”, solicitó.
Finalmente, pidió: “recemos unos por otros en este tiempo de inmediata preparación a la visita para que se desarrolle según lo proyectado, para que produzca muchos frutos de santidad comprometida con la justicia y la paz en nuestros pueblos, comunión audazmente evangelizadora y alegría de pertenecer a la Iglesia, ‘Pueblo de la memoria actualizada y siempre entregada’”, y envió su abrazo y bendición, invocando la protección de María del Rosario.+
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