El arzobispo de Mendoza debió ser sometido a una cirugía de urgencia y fue dado de alta, por lo que pudo presidir la celebración eucarística en la parroquia San Pedro, en la localidad de Godoy Cruz.
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, recibió el alta médica tras someterse el jueves pasado a una intervención quirúrgica de urgencia en la Clínica de Cuyo. La recuperación fue rápida y satisfactoria, por lo que pudo regresar a su casa y celebrar la misa dominical en la parroquia San Pedro, de la localidad de Godoy Cruz.
El arzobispo mendocino expresó su gratitud a quienes le han enviado saludos, oraciones y muestras de cariño durante este tiempo. Además, agradeció especialmente a los sacerdotes y seminaristas que lo acompañaron durante su estadía en la clínica.
Misa en Godoy Cruz
En la homilía, monseñor Colombo señaló que en la primera lectura se detalla cómo el profeta Elías fue recibido en una casa de familia y acogido como un viajero, un visitante; y se refirió a su continuador, Eliseo, quien llevó una vida sacrificada y gozosa.
“Cuando nos ponemos a pensar lo duro que resulta para muchas personas que tienen que anunciar a Jesucristo, y anunciar el reino de Dios entre los hombres, y ser aceptados; no podemos dejar de añorar al profeta Eliseo y sus tiempos”, puntualizó, y agregó: “Acoger a los discípulos de Cristo es una bendición”.
En relación con la Carta a los Romanos, el prelado recordó: “En Cristo somos criaturas nuevas, y ser de Cristo, anunciar a Cristo, es participar de sus gracias y es participar de sus obras”.
“Estamos llamados a recibir las profecías de Dios, a no quedarnos con reticencia o poniendo entre paréntesis lo que Dios nos hable a través de sus profetas. Mensajes exigentes que están, sobre todo en la Biblia, pero también en tantas personas que luchan por la paz y la justicia, y en nombre de Dios ponen su signo en la historia humana”, concluyó.
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