En su homilía dominical, el arzobispo de Mendoza animó a "creer y tocar el dolor, para encontrar en esa dinámica de fe y vida solidaria al mismo Cristo que es Pascua, Vida Nueva".
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió la Eucaristía desde el templo San Juan Bosco, de la capital mendocina, donde recordó que la Iglesia a través de sus pastorales debe presentar al Resucitado y presentarlo en todas sus dimensiones.
“La Pastoral del Anuncio, la evangelización, la misión, la educación católica, los distintos espacios, los círculos bíblicos, testimonian a Dios, ayudan a conocerlo para quien lo busca”, enumeró
“Pero sin duda son aquellas pastorales de la solidaridad, donde tocando el dolor humano, donde tocando el sufrimiento que son las llagas de Cristo, muchos cristianos experimentan el gozo de descubrir a Jesús en los pobres, en los que están descartados, de los que han sido descartados de algún modo de la vida de la sociedad”, puntualizó.
El arzobispo mendocino explicó que de este modo todas las pastorales de la Iglesia: “las del anuncio, la educación, la evangelización, la misión, Cáritas, la Pastoral de la Calle, la pastoral de migrantes, la que tiene en cuenta los enfermos de los hospitales, o los que están presos en las cárceles; expresan el conjunto de la vida cristiana”.
“Creer y tocar el dolor, para encontrar en esa dinámica de fe y de vida solidaria al mismo Cristo que es Pascua, Vida Nueva. Él no está muerto, Él vive; y nuestro dolor, nuestro sufrimiento, ha sido en Él vencido. Que podamos monstrarle a muchos hermanos nuestros que Cristo vive y vive para darnos vida, vive para hacernos totalmente suyos”, concluyó.
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