El arzobispo de Mendoza extrapoló el pasaje evangélico de la barca a la deriva en la tormenta a la realidad cotidiana y aseguró que "con Él podemos caminar sobre las olas".
Monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza, celebró la Eucaristía desde la cuasiparroquia San Cayetano, de la localidad mendocina de Godoy Cruz, donde afirmó que la primera lectura habla de los encuentros de las personas con Dios y explicó que tienen que ver, no tanto con signos espectaculares, sino “con la certeza, que Dios nos da, de estar hablándonos en la sencillez de algún acontecimiento”.
“En el Evangelio tenemos la escena de la barca en el mar encrespado. Una escena que hace algunos años fue para nosotros de gran importancia, porque constituyó la reflexión del Papa Francisco en aquella jornada de oración en medio de la pandemia, allí en la plaza de San Pedro, el 27 de marzo de 2020”, recordó en su homilía dominical.
“Muchos proyectos humanos, muchas empresas humanas, tienen un buen comienzo cuando se inspiran en Dios; pero cuando nuestros egos personales, cuando nuestros nuestras inseguridades o cálculos humanos predominan, cuando dejamos afuera a Dios de nuestras previsiones, nos venimos abajo”, graficó en referencia a lo que le sucede a Pedro en el pasaje evangélico.
El arzobispo mendocino aseguró que “con Dios llegamos a buen puerto, con Dios caminamos sobre las olas”, y consideró que esa reflexión sirve también para el plano personal.
“Hoy, que es día de elecciones, queremos extenderla a nuestra Patria. En una patria donde una multitud de fieles creen en Dios, creen en Jesús, creen en el Señor como su divino Salvador, estamos invitados a confiar en Él; pero también a estrecharnos fuertemente en torno a su presencia y al decidir caminar, no quedarnos enredados en nuestros cálculos humanos y en nuestras pobres manipulaciones y manejos”, indicó.
“Con Dios es posible llegar a buen puerto, con Él podemos caminar sobre las olas. Que este Evangelio nos devuelva la confianza perdida, que este Evangelio nos ayude a caminar resueltamente al encuentro con Cristo, que siempre está a favor de nuestra capacidad de dar pasos confiados hacia Él”, concluyó.
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