En el marco del camino sinodal, el arzobispo de Mendoza animó a su conformación desde la unidad, la comunión y asegurando el perfil de representación de cada uno de los estados de vida de la diócesis.
Monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza, animó la conformación del nuevo Consejo Arquidiocesano de Pastoral, en el marco del camino sinodal de esta jurisdicción eclesiástica.
“Un consejo es un instrumento, una herramienta, una ayuda para los pastores -y para el Pueblo de Dios- a los efectos de poder encontrar caminos prácticos y concretos para vivir la fe cristiana”, explicó en un videomensaje.
El arzobispo mendocino señaló que “por ahí va la corresponsabilidad; poner en común los dones, carismas y talentos”.
“El Consejo Arquidiocesano de Pastoral para el obispo, concretamente, es una ayuda enorme; una ayuda que hace a un contacto inmediato con los sectores de la diócesis, con las regiones de la diócesis, con los organismos de la diócesis y con los estados de vida de la diócesis”.
Y detalló: “Cuando decimos estados de vida, ustedes saben, los laicos, los consagrados y los ordenados, los ministros sagrados: diáconos y sacerdotes”.
“Es tan importante, que dice el Código de Derecho Canónico que hay que asegurar que este perfil de gran representación, donde las personas participan del Consejo Arquidiocesano de Pastoral en su condición; pero sobre todo con sus ganas, con su vocación de presencia efectiva”.
Monseñor Colombo afirmó que “hay una palabra que expresa el espíritu que anima a los miembros del Consejo Arquidiocesano de Pastoral y es la comunión” y profundizó: “Cuando decimos la comunión, no estamos hablando de una uniformidad, sino que estamos hablando de un don de Dios
“Una unidad que no es todos cortados iguales, ya vemos que somos distintos, no sólo en lo físico sino cuando nos escuchamos; pero que estamos unidos en el espíritu. Una comunión que nos permite reconocernos, una vez más, hermanos; pero ahora, además, miembros de un pueblo al que servimos desde nuestro lugar de consejeros”, profundizó.
“Siéntanse parte de la Iglesia, corresponsables de la misión de Cristo y animados a descubrir que lo nuestro es Pentecostés. Nuestro destino es un pentecostés permanente; por eso nos escuchamos y cuando nos escuchamos, nos entendemos”, concluyó.+
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