El obispo de San Francisco, en su reflexión semanal, se refirió a la parábola de los talentos. "De eso se trata: pasar de servidores a amigos", sintetizó.
El obispo de San Francisco (Córdoba), monseñor Sergio Buenanueva, se refirió a la parábola de los talentos, y la resumió: “Los servidores que hicieron fructificar los talentos fueron recompensados; el que lo enterró por miedo recibe un castigo severo y desproporcionado. Es una parábola: con ese golpe de efecto busca hacernos pensar.”
El prelado sintetizó el mensaje del pasaje evangélico en dos puntos: “Ante todo, vivir es arriesgar. El discípulo de Jesús, como decíamos el domingo pasado, vive en la esperanza, no en la pachorra. Es una espera que nos desafía a vivir a fondo: hay que arriesgarse para ganar”.
“En segundo lugar, esa actitud es la que hemos de tener frente a Jesús y su Evangelio: o se lo recibe y acepta, poniendo en riesgo la propia vida, o se corre el riesgo de perderlo todo”, agregó.
Para concluir, el diocesano señaló: “En la parábola, los servidores que arriesgaron y ganaron, reciben este precioso elogio del patrón: ‘Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor’. De eso se trata: pasar de servidores a amigos”.
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