El obispo de Reconquista, monseñor Ángel José Macín, compartió un mensaje para la Cuaresma que lleva por título “Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. El prelado invitó a vivir este tiempo litúrgico con hondura y plenitud y aprovecharlo para el reconocimiento de la propia vocación, el discernimiento y el compromiso.
El obispo de Reconquista, monseñor Ángel José Macín, compartió un mensaje para la Cuaresma que lleva por título “Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. El prelado invitó a vivir este tiempo litúrgico con hondura y plenitud y aprovecharlo para el reconocimiento de la propia vocación, el discernimiento y el compromiso.
Monseñor Macín reflexionó sobre la conversión, que definió como un don de Dios que se recibe en el encuentro personal con Él y que impulsa a un camino diferente. También detalló que es una experiencia comunitaria, de salida, de encuentro y de comunión con el otro.
El obispo recordó el recientemente iniciado Año Vocacional Diocesano, que se celebra en toda la jurisdicción en coincidencia con el Año de la Vida Consagrada. El prelado pidió profundizar el silencio, la oración y la escucha para descubrir lo que Dios quiere de nosotros.
“Ayudemos a generar este clima y buena predisposición vocacional en nuestras familias y en nuestros ambientes. Toda conversión auténtica comienza con el reconocimiento de la posición en la que estamos ante Dios y con la escucha de la Palabra, de la voz del Señor que ilumina nuestra vida”, expresó en su misiva.
El obispo de Reconquista también invitó a vivir un tiempo especial de discernimiento, especialmente en las familias. Dijo que el próximo Sínodo es una “ocasión propicia para analizar hondamente de qué cosas tenemos que despojarnos, que cosas tenemos que cambiar, para llegar mejor con la Buena Noticia de Jesús a las diferentes realidades que vive la familia de nuestro tiempo”.
Finalmente, el prelado hizo un llamado al compromiso, el “aspecto práctico y concreto” de la conversión. “No hay conversión auténtica sin una salida sincera hacia el otro. No hay conversión sin solidaridad efectiva. No hay conversión sin despojo alegre de aquello que puede ayudar a otros”, observó.
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