Arzobispo insta a familiares de enfermos por Covid a mantener la esperanza y reforzar la salud espiritual. Pide fondos para compra de medicamentos a municipios y binacionales, y a farmacéuticas, abaratar precios.
Monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo metropolitano de Asunción, envía un mensaje de esperanza a todos los enfermos de Covid-19 e insta a los familiares de los pacientes internados a no perder la fe en Dios. En entrevista con ÚH, expresa una petición: que los sacerdotes puedan ingresar junto a los enfermos que se encuentran en terapia intensiva, para poder brindarles fortaleza en estos momentos críticos que atraviesa el país con la pandemia. Señala además que es necesaria la ayuda de los municipios y las binacionales para la compra de medicamentos que ayuden a los enfermos y aminoren la angustia de los familiares.
–¿Qué aconseja a la ciudadanía en estos momentos críticos donde mucha gente, incluso, no puede dar un último adiós a sus familiares?
–Este momento es una prueba muy grande a nivel mundial y, sobre todo, en el país, estamos en una situación en donde este flagelo sanitario repercute en la salud y recordemos que la salud no es solo física, también hace parte de la salud el sentimiento, la salud del afecto y espiritual. Debemos cuidar mucho la alimentación del cuerpo, pero qué bueno sería que los familiares también cuiden del afecto hacia sus enfermos, que el enfermo sienta que está siendo acompañado por sus seres queridos. Yo pienso que los enfermos se desaniman al ingresar en terapia y aislarse de sus seres queridos por la falta de comunicación y pierden las ganas de sobrevivir, se dejan estar y luego mueren. Un pedido que realizo como arzobispo es que los hospitales permitan a los sacerdotes entrar junto a los pacientes que están en terapia intensiva, actualmente no les permiten. Esa ayuda espiritual es una fuerza que no depende del sacerdote, sino de la gracia de Cristo. Además me gustaría que los enfermos sientan la necesidad de compartir los padecimientos de Cristo Jesús que completen como dice San Pablo en su propio cuerpo, los padecimientos redentores de Cristo, que sepan que su sufrimiento tiene mucho valor, esto lo puedo decir yo que he pasado por el Covid y a mí me ha mantenido mucho ese sentido de ofrecer mi propio dolor y compartir con Cristo, eso me ha dado mucha paz interior.
–¿Cómo ve las acciones del Gobierno en esta pandemia? ¿Cuáles son sus fallas y qué puede hacer para reivindicarse?
–Lo que habría que haber hecho el año pasado es toda una programación, pero ahora hay que hacerlo. Es una programación a todo lo que va a venir porque esta pandemia va a durar hasta el 2022 y parte del 2023. Hay que felicitar la creación de los nuevos hospitales, esto realmente es un gesto muy bueno y hay que felicitar que los gastos del Estado vayan en este momento de prioridad para los medicamentos, pero hace falta también que las facultades de Medicina puedan continuar las clases semipresenciales porque necesitamos médicos, enfermeros y personas competentes, y ahora se debe dar la posibilidad de que las facultades de Medicina se prioricen para tener de aquí a unos dos a tres años una cantidad grande de nuevos médicos, porque por una parte están muriendo los profesionales de blanco. Dar los cuidados sanitarios necesarios en las instituciones, pero que sigan estudiando.
–¿Qué plantea a las gobernaciones y municipios para aportar y abastecer las necesidades de la ciudadanía?
–Nuestra Pastoral Social está ofreciendo no solamente alimentos, sino también medicamentos. Podríamos organizarnos mejor o pedir a la Dibén que nos proporcione más fondos para que la Pastoral pueda agilizar más la atención a los hospitales porque hay muchos voluntarios que están trabajando y podremos paliar un poco esta necesidad. Así como el año pasado que tuvimos casi 2.000 voluntarios cocineros para los comedores sociales y ollas populares, podemos contar con esas personas para poder atender los enfermos que es prioridad número uno. Pero la Pastoral actualmente no tiene ningún fondo, esos fondos podrían venir de la Dibén, de Itaipú, o de cualquier fondo estatal, pero tenemos personas que podrían ayudar a acelerar la atención a los enfermos. Esperemos también que las autoridades municipales y estatales se organicen para ayudar a sus propios enfermos, hay que motivar el voluntariado.
–¿Qué acciones están tomando desde la Iglesia para apoyar a los afectados?
–Estamos haciendo la colecta de Cuaresma, ya que no se pudo hacer la colecta pública porque cayó en tiempo de una cuarentena más estricta, pero debemos agradecer a la ciudadanía la generosidad. Se ha recogido prácticamente una suma que ha superado hasta ahora las colectas de todos los años de Cuaresma. Me parece que estamos con alrededor de G. 350.000.000 que es poco todavía, pero es un aspecto muy grande, toda esa recaudación va para conseguir medicamentos, entregar a la gente que está en lista y está necesitando. Ojalá que se puedan tener más fondos y ayudar más a todas las personas, que no haya nadie que diga que se muera por falta de medicamentos. Además qué bueno sería que todas las industrias farmacéuticas abaraten todos los costos de los remedios. Este no es momento de especular, de ganar dinero a costa de los que sufren. Este es el momento de humanidad, de sensibilidad hacia los necesitados.
–Referente a la educación, ¿usted opina que se debe volver o no a las clases presenciales?
–Eso depende de las regiones. Yo creo que no todas las regiones están en alerta roja. Las clases presenciales de las zonas que no están en rojo son indispensables porque ya hemos perdido el año pasado. Todos los niños de los departamentos del interior no pudieron seguir porque uno no tiene los instrumentos informáticos, o si lo tienen el saldo es muy elevado o el internet no existe. Entonces se ha perdido prácticamente el año 2020. Hay que ser realmente concretos y donde se pueda hacer clase de forma presencial con todos los cuidados sanitarios, recomendar que vuelvan si no es una zona crítica, porque el tema es que los ciudadanos no solo necesitan la salud física, sino también la salud intelectual y si no tenemos salud intelectual, podemos tener muchos sanos que no van a servir después para el desarrollo del país. La parte de educación es también complementario a la importancia de la salud.
–¿Qué piensa sobre el sistema de vacunación o las vacunaciones vip que se registraron?
–Existe honestidad y respeto a la organización de algunas personas que siempre respetan las normas. Pero hay quienes nunca respetan las normativas, esas personas deben tener una conciencia dura, una conciencia antisocial, a esa gente hay que evitarlas y decirles que abusan de las normas. La situación es difícil, se ven personas que son honestas y respetuosas como también gente que nunca o pocas veces tuvieron esas virtudes y estas son las que normalmente actúan de esta forma y generan desorden social.
–¿Cuál es el principal mensaje que desean transmitir a la población por parte de la comunidad cristiana?
–El mensaje principal que quiero transmitir es que sepan que el arzobispo, los sacerdotes y la comunidad cristiana rezamos diariamente por todos sus enfermos y pedimos que sepamos soportar esta prueba con paciencia, pero también con el propio cuidado sanitario y las oraciones.
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