Con una misa en la Iglesia Nacional argentina de esta capital, en la que se le pidió a la Virgen de Luján que interceda por "nuestra querida patria argentina" y para que "los valores cristianos vuelvan a ser despertados en el país", comenzó este domingo la visita ad límina de un segundo grupo de obispos -esta vez de la región bonaerense-, que será recibido por el Papa el viernes próximo.
Por Elisabetta Piqué
"La Iglesia no es una institución de poder, pero tampoco una institución acomplejada, que no tiene nada que decir. La Iglesia existe para evangelizar, para dar el anuncio. La Iglesia no puede permitirse ser reducida a ámbitos pequeños, a la sacristía", dijo monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús. "No hay hay que tenerle miedo a las palabras", agregó, en un sermón lleno de pasión.
Frassia presidió la misa, concelebrada por los demás obispos, junto al cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
Como sucedió la semana pasada con un primer grupo de las regiones litoral, nordeste y platense, a partir de mañana una segunda tanda de obispos, al margen de visitar las tumbas de los apostóles Pedro y Pablo y celebrar misa en las cuatro basílicas pontificias de Roma, se reunirá con los diversos dicasterios (ministerios) del Vaticano y será recibida por el Papa, el viernes.
La misa fue precedida por la imagen de la Virgen de Luján Crédito: @PrensaCEA
Sin contar los ya mencionados, integran este segundo grupo los obispos Gabriel Barba (Gregorio de Laferrere), Miguel Angel D'Annibale (San Martín), Eduardo Horacio García (San Justo), Daniel Kozelinski Netto (Ucranio), Pedro María Laxague (Zárate-Campana), Jorge Lugones SJ (Lomas de Zamora), Fernando Maletti (Merlo-Moreno), Damian Nannini (San Miguel), Santiago Olivera (Castrense), Carlos José Tissera (Quilmes) y Jorge Vázquez (Morón). Además, los obispos auxiliares de Buenos Aires, Juan Carlos Ares, José María Baliña, Gustavo Oscar Carrara, Enrique Eguía Seguí, Ernesto Giobando y Alejandro Giorgi; de San Isidro, Guillermo Caride y Martín Fassi; de Quilmes, Marcelo Julián Margni; de Merlo Moreno, Eduardo Miñarro; de San Martín, Han Lim Moon; de Lomas de Zamora, Jorge Torres Carbonell; el obispo emérito de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto y el obispo emérito de San Martín, monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo. La tanda incluye asismismo el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, que no podrá acompañar al tercer y último grupo de obispos ad límina -que estará la semana próxima-, como le correspondía, porque debe viajar a Honduras para participar de una asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
"Visitar al Santo Padre es un gozo muy especial, está en el marco de la fe. Reconocemos que el Papa Jorge Bergoglio es Pedro, venimos a ser confirmados, ser escuchados, ser bendecidos y seguir siendo enviados", dijo Frassia en su homilía, en la que, inspirado en las lecturas del día, destacó la importancia de Jesucristo resucitado. "El amor de Dios es concreto, no es abstracto. Somos creyentes y el mundo necesita de nuestro testimonio, de nuestra participación y que estemos fundados en nuestras raíces profundas", afirmó. Frassia oró para que "los valores cristianos vuelvan a ser despertados en el país, en el gobierno, en el mundo empresarial, en el mundo obrero, en el mundo cotidiano, en aquellos que no tienen trabajo y en aquellos que sufren". "Que el Señor, por medio de la Virgen, nos ayude a trabajar por una cultura del trabajo y del bien común de nuestra querida nación", exhortó.
Después de la misa, a la que asistió el embajador argentino ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter, como sucede todos los primeros domingos del mes, la Iglesia Nacional argentina ofreció a la comunidad exquisitas empanadas.
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