Miles de fieles se acercaron este domingo al santuario diocesano de la Divina Misericordia, en la localidad chaqueña de Tres Isletas, donde el obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, monseñor Hugo Nicolás Barbaro, presidió la misa que concelebró el obispo auxiliar, monseñor Gustavo Alejandro Montini.
El prelado recordó, especialmente a los jóvenes, que “Dios quiere contar con vos para envolver a otras personas con su Infinita Misericordia. No necesita de nada ni de nadie, pero igual quiere apoyarse en nosotros que somos limitados para que su Misericordia llegue a toda la gente de todos los ambientes, la abrace, la cambie. Quiere que se purifique tanta miseria que vemos a nuestro alrededor, tantos vicios, pasiones, desórdenes”.
Miles de fieles se acercaron este domingo al santuario diocesano de la Divina Misericordia, en la localidad chaqueña de Tres Isletas, donde el obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, monseñor Hugo Nicolás Barbaro, presidió la misa que concelebró el obispo auxiliar, monseñor Gustavo Alejandro Montini.
Más de 5.000 fieles acudieron a venerar la imagen de Jesús Misericordioso durante la jornada, que comenzó a las 9 cuando el inicio de la Segunda Caravana anual de la Misericordia, encabezada por el Cuadro Peregrino de Jesús Misericordioso. En su mayoría eran jóvenes de comunidades de la diócesis. La caminata comprendió un recorrido de 15 kilómetros, animada con cantos y oraciones. La llegada al santuario fue cerca del mediodía.
Los fieles rezaron frente a la imagen de Jesús Misericordioso. A las 13 inició un momento de adoración al Santísimo Sacramento y mucho acudieron a la confesión sacramental; seguidamente, a las 15 –hora de la Misericordia-, inició la oración de la Coronilla a Jesús Misericordioso.
A las 15.30, en la Plaza Central, monseñor Barbaro presidió la misa y se refirió al Año del Jubileo Extraordinario de la Misericordia que convocó el papa Francisco y que iniciará el 8 de diciembre. El prelado explicó el sentido de esta año jubilar y el “rocío de misericordia” que el pontífice espera para toda la humanidad.
"La imagen de Cristo resucitado es imagen del Amor que triunfa sobre nuestros pecados. Esos rayos reflejan la Gracia tan abundante que llega a nosotros para transformarnos. Ese Amor misericordioso puede hace florecer esas zonas de desierto que hay en nuestros corazones. Es que yo soy tierra árida, reseca, no entra nada (podría decir alguno): también Cristo puede hacer florecer esa tierra seca, basta que quieras. Estoy muerto desde hace tiempo, Dios no entra en mi vida: Cristo puede hacer revivir hasta los huesos secos como se lee en una profecía de Ezequiel”, indicó.
El prelado animó a todos, especialmente a los jóvenes, a no tener miedo a Dios y a su Misericordia: “No tengas miedo de dejarte abrazar por Dios, dejalo entrar en tu corazón, dejate amar. Tocalo como el Apóstol Tomás en los Sacramentos: dejá que te purifique por la Confesión, dejate alimentar por la Eucaristía. Dejalo que te guíe, búscalo en la oración. No tengas miedo a su Voluntad, a todo lo que te pida aunque te cueste más. No te olvides que si se quiere meter en tu vida es porque te quiere mucho y te quiere muy feliz”, subrayó.
Monseñor Barbaro recordó cómo Dios quiere contar con la ayuda de personas concretas para transmitir su amor a otros: “Dios quiere contar con vos para envolver a otras personas con su Infinita Misericordia. No necesita de nada ni de nadie, pero igual quiere apoyarse en nosotros que somos limitados para que su Misericordia llegue a toda la gente de todos los ambientes, la abrace, la cambie. Quiere que se purifique tanta miseria que vemos a nuestro alrededor, tantos vicios, pasiones, desórdenes. Los ambientes van a cambiar si cambia la gente, si cambiamos nosotros, tenemos que ser instrumentos para que la Infinita Misericordia de Dios encienda los corazones de los hombres, como fueron instrumentos San Pedro, Tomás apóstol y los otros que se llenaron de alegría viendo a Jesús resucitado”.
Al concluir la misa, un grupo de jóvenes de Pastoral Juvenil Diocesana recibieron del obispo un cuadro de Jesús Misericordioso que visitará los grupos juveniles de la diócesis durante el año. Monseñor Barbaro les dijo a los jóvenes que de ellos espera “lo que espera Jesucristo de los jóvenes: que se dejen transformar por Jesucristo Resucitado: Jesús y la Iglesia necesita hombres y mujeres nuevos, con el modo de pensar, de desear y de vivir de Jesucristo”.
“Que estén unidos al Papa Francisco que les mandó a ‘armar lío’. Uds. son el mejor camino para llevar a Cristo a otros jóvenes, con su ejemplo, su entrega y su cercanía. Que sean generosos: digan siempre sí a lo que Dios quiere y necesita de ustedes. Que sean muy felices amando con todo el corazón a Dios Nuestro Señor y amando y sirviendo a los demás. Que vivan siempre bien metidos en el Corazón Infinitamente Misericordioso, lleno de amor y de Ternura, de Jesucristo Nuestro Señor”, puntualizó.
Antes de la bendición, el rector del santuario, el presbítero Roberto González, agradeció a los fieles por su presencia, como también la del intendente de Tres Isletas, Carlos Palacios, e integrantes del Consejo Municipal y a los que colaboraron con la organización de la celebración.
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