El sumo pontífice presidió el rezo dominical asomado a la ventana del palacio apostólico ante decenas de fieles.
El papa Francisco mostró este domingo su deseo de que los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, inaugurados el viernes, sean una señal de esperanza y “hermandad universal” en esta pandemia de Covid-19 que asola el mundo.
“En este periodo de pandemia, que los Juegos Olímpicos sean una señal de esperanza, una señal de hermandad universal y de un sano espíritu competitivo”, dijo el Pontífice al término del rezo del Ángelus.
“Que Dios bendiga a los organizadores, a los atletas y a todos aquellos que están colaborando en esta gran celebración del deporte”, afirmó al público reunido en la Plaza de San Pedro.
Los Juegos Olímpicos quedaron oficialmente abiertos el viernes durante una ceremonia con sólo unos centenarios de dignatarios como público, tras ser pospuestos un año por la pandemia de la covid-19.
Por otra parte, el papa Francisco apeló al diálogo entre abuelos y nietos en la primera Jornada Mundial de los Abuelos, celebrada este domingo, al tiempo que arremetió contra el “escándalo” de los niños que mueren a diario en el mundo debido a la desnutrición, por lo que abogó por una “justa distribución” de los recursos.
“Me viene a la mente la tragedia del hambre, que afecta especialmente a los niños. Se ha calculado que alrededor de 7.000 niños menores de cinco años mueren a diario en el mundo por motivos de desnutrición”, señaló el papa durante el Ángelus de este domingo.
“¡Sin el diálogo entre abuelos y nietos la sociedad no puede ir adelante!”, exclamó. Asimismo, detalló que los abuelos “tienen necesidad de los nietos (y viceversa)”. “Por favor, encontraros y dialogad. Os hará felices a todos”, agregó.
En su alocución, también comentó el episodio de la multiplicación de los panes y los peces, con los que Jesús sacia el hambre de cerca de 5.000 personas que se habían congregado para escucharlo. Para el papa, el “verdadero milagro” no es la multiplicación que produce orgullo y poder, “sino la división, el compartir, que aumenta el amor y permite que Dios haga prodigios”. “Tampoco hoy la multiplicación de los bienes resuelve los problemas sin una justa distribución”, consideró.
El pontífice dirigió una invitación a los peregrinos a compartir con los más necesitados sus bienes. “Ante escándalos como estos, Jesús nos dirige también a nosotros una invitación, una invitación similar a la que probablemente recibió el muchacho del Evangelio, que no tiene nombre y en el que todos podemos vernos: ‘Ánimo, da lo poco que tienes, tus talentos y tus bienes, ponlos a disposición de Jesús y de los hermanos. No temas, nada se perderá, porque, si compartes, Dios multiplica. Echa fuera la falsa modestia de sentirte inadecuado, ten confianza. Cree en el amor, en el poder del servicio, en el poder de la gratuidad”.
Francisco presidió el rezo dominical de este 25 de julio asomado a la ventana del palacio apostólico ante decenas de fieles que se han acercado hasta la plaza de San Pedro.
Tras su operación de un problema en el colon el pasado 4 de julio, de la que se recupera en su apartamento de la residencia Santa Marta, los médicos estimaron que no era apropiado que presidiera la misa por la primera Jornada Mundial de los Abuelos que se ha celebrado esta mañana en la basílica de San Pedro del Vaticano, para no exponerlo a un gran esfuerzo.
Comentá la nota