El pontífice reunirá en los próximos días a jóvenes economistas para proponer "un pacto común" para cambiar el sistema financiero mundial. Se espera una prédica en favor de países en vías de desarrollo
El presidente Alberto Fernández espera que el encuentro que mantuvo el pasado viernes con el Papa Francisco se traduzca en un fortalecimiento de la posición argentina frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y los acreedores privados, insistiendo en que "es necesario primero crecer para poder pagar" los vencimientos de deuda. Una serie de eventos promovidos por el pontífice avanzan en ese sentido.
Esta semana, el Vaticano será sede del primer encuentro cara a cara entre la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, y el ministro de Economía, Martín Guzmán. Ambos participarán del seminario "Nuevas formas de fraternidad solidaria de inclusión, integración e innovación", que organiza la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, bajo el mando del arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, quien además funge como delegado de Bergoglio para asuntos de política interna en la Argentina.
El evento en el Vaticano será apenas una de las apuestas del Papa, que forma parte de una estrategia global de la cual puede verse beneficiada la Argentina.
En pocas semanas más, Jorge Bergoglio reunirá a más de 2000 jóvenes economistas y emprendedores de más de 100 países en la localidad italiana de Asís para proponerles un "pacto" para "cambiar la economía actual", que "haga justicia para los pobres y dé solución a los problemas estructurales" del actual orden internacional, según revela en la carta de invitación.
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Entre el 26 y el 28 de marzo, el Papa animará un encuentro de jóvenes líderes conocido como "La economía de Francisco" (en referencia al santo de Asís) para conocer a quienes hoy se están formando y están empezando a estudiar y practicar una economía diferente, una que da vida y no mata, incluye y no excluye, humaniza y no deshumaniza, cuida la creación y no la despoja".
Francisco estará respaldado dos premios Nobel de Economía, Muhammad Yunus y Amarthya Sen, y el economista y docente de Harvard Jeffrey Sachs, exasesor de las Naciones Unidas para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El Gobierno tomó nota de este evento y confía en que la palabra del Papa dirija un mensaje claro hacia los centros de poder financiero y las dificultades que atraviesan los países endeudados y en vías de desarrollo, tal como lo hizo en abril de 2016, al pedir "la cancelación o la gestión sostenible de la deuda externa de los Estados más pobres".
En la misma línea se interpretó el mensaje de la Iglesia argentina en favor de la renegociación de los vencimientos de deuda con el Fondo, que si bien fue impulsado por el obispo de Lomas de Zamora, el jesuita Jorge Lugones, no pasó desapercibido para el Papa en Roma.
En ese texto, la Pastoral Social sostuvo que el servicio de la deuda no puede ser satisfecho al precio de una asfixia de la economía de un país", y añadió que "vuelve a plantearse en nuestro país el dilema de pagar sobre el hambre y la miseria de millones de compatriotas o buscar un camino que, sin dejar de honrar las deudas, anteponga el crecimiento de la economía, el equilibrio de las cuentas y la atención de los más necesitados".
A la par que se realice en Asís el evento papal, en la Argentina habrá un evento paralelo en la Villa Marista de Luján.
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