Los datos arrojan que la población busca más libertad en la forma de separar la religión del gobierno y en otras áreas de la vida cotidiana, como la educación, la participación de las mujeres o la disponibilidad de transporte público los sábados.
Los israelíes han perdido la esperanza en la posibilidad de la coexistencia judía y democrática, según el Índice de Religión y Estado recientemente publicado por Smith Polling Institute. El apoyo a la separación de la religión y el estado está en constante ascenso, pasando de 56% en 2012 al 68% en 2017.
En el pasado, el índice apuntaba a la compleja relación de los israelíes con la religión, identificándose con el judaísmo ortodoxo, mientras que al mismo tiempo se oponían decididamente a la coerción religiosa. Los nuevos datos indican que el público no sólo busca más libertad en la forma de separar la religión del gobierno, sino también separarse de la religión en general.
Por ejemplo, en los últimos dos años, ha habido una disminución en los encuestados que dijeron que elegirían una boda ortodoxa para ellos y para sus hijos, de 68% en 2015 a sólo 50% en 2017. Por otro lado, el número de los encuestados que apoyan matrimonios civiles aumentó de 19% a 30%.
En cambio, el 86% dijo que el estado debe garantizar la libertad de religión y de conciencia para todos sus ciudadanos, mientras que el 65% pidió a los judíos reformistas y conservadores el mismo status y reconocimiento a los judíos ortodoxos (el 67% apoyó la supervisión de la kashrut no ortodoxa y el 49% apoyó la conversión no ortodoxa).
A su vez, 58% dijo notar un aumento en los elementos religiosos en el sistema de educación secular. Mientras que al mismo tiempo, el 78% dijo que estaba a favor de incluir estudios de cultura judía en las escuelas estatales, pero sólo si se enseña a los estudiantes acerca de los diferentes enfoques de este patrimonio -secular, ortodoxo y no ortodoxo.
A pesar de que buscan más libertades religiosas, la mayoría de los israelíes (82%) cree que las instituciones de educación ultraortodoxa deben enseñar materias básicas del currículo, mientras que el 84% de las yeshivot (academias talmúdicas) se niegan a enseñar materias como matemáticas, inglés y ciencia.
En cuanto a la representación en la Knéset (parlamento), el 79% dijo que la ley debería ser enmendada para asegurar la inclusión de mujeres en todos los partidos, incluyendo facciones de ultraortodoxos.
Debatiendo el tema del transporte público en shabat, el día de descanso judío, el 45% apoyaba un servicio limitado, el 28% dijo que los autobuses y trenes deberían operarse el fin de semana como lo hacen los días laborables, el 19% apoya el statu quo y el 8% dijo que quería cancelar el transporte público existente.
En su vida privada, el 48% de los encuestados dijo observar el shabat, el 27% lo observa de acuerdo con la halajá (ley judía) y el 21% se adhiere parcialmente recitando la oración del kidush e iluminando las velas. Mientras tanto, el 29% dijo que considera el shabat “un día especial de descanso”, el 23% lo ve como un “día libre regular” o un “día como todos los días”.
A raíz de la crisis entre el gobierno israelí y los judíos estadounidenses sobre el proyecto de conversión y la congelación del plan de área igualitaria de rezo del Muro occidental, la encuesta examinó las opiniones del público sobre la participación de la diáspora judía en los asuntos internos de Israel y la promoción de sus asuntos religiosos y estatales. El 55% dijo que apoyaba la participación de los judíos de la diáspora, mientras que el 45% estaban en contra.
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