Nada menos que el flamante prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el designado cardenal Víctor Fernández, dijo que Francisco “no irá donde las autoridades desprecien su presencia”. Fue luego de las duras críticas del candidato libertario.
Por Sergio Rubin
Pese a que el Papa Francisco confirmó a principios de agosto que su viaje a la Argentina “está programado” y que en el Vaticano se analizará su concreción para después de las elecciones presidenciales de octubre, las recientes críticas al pontífice de Javier Milei -el candidato con más posibilidades de ganar los comicios, según las encuestas- provocaron que el flamante prefecto de la Congregación para la Fe, el designado cardenal Víctor Manuel Fernández -el clérigo argentino que mejor interpreta a Jorge Bergoglio- pusiera en duda la visita.
“Seguramente el Papa no irá a un lugar donde no le inviten, donde puedan usar o complicar su visita para conveniencias políticas, o donde las autoridades desprecien su presencia”, dijo monseñor Fernández en declaraciones al portal español Religión Digital. Fue luego de que la semana pasada Milei, en declaraciones al polémico periodista norteamericano Tucker Carlson, acusara a Francisco de “ser condescendiente, tener afinidad con sangrientos dictadores comunistas”.
Las declaraciones de Milei causaron sorpresa en la Iglesia porque el día anterior, en un programa de TN, había acusado de “deshonesto” a los curas villeros por haber organizado hace dos semanas una misa de desagravio al Papa en base a afirmaciones suyas de varios años. Y había dicho que desde que abrazó la política dejó de lado las actitudes agresivas. En 2018 y 2019 el libertario lo insultó a Francisco y acusó de “defender el robo” por promover la justicia social.
También sorprendieron sus severas críticas porque gente cercana a él estaba gestionando desde hace tiempo un encuentro del candidato de La Libertad Avanza con la cúpula del Episcopado -que agrupa a todos los obispos del país- para acortar distancias. Luego de las declaraciones al periodista norteamericano, trascendió que las máximas autoridades eclesiásticas pusieron el freezer el encuentro.
Precisamente, el presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo Oscar Ojea, tras la misa de desagravio, había repudiado los “insultos irreproducibles y con falsedades” de Milei, afirmado que el Papa “es para nosotros (los católicos) un profeta de la dignidad humana en tiempos de violencia y exclusión” y que, además, “al ser un Jefe de Estado se le debe un respeto particular”.
A su vez, el padre Pepe Di Paola -principal referente de los curas villeros- dijo que los sacerdotes de barrios populares sólo recibirán Milei si antes le pide disculpas al Papa y a los católicos. La consulta a Di Paola vino a cuento porque en los últimos días recibieron a los otros dos candidatos más votados, Sergio Massa y Patricia Bullrich.
Desde marzo, en una serie de entrevistas que dio a medios argentinos con motivo del décimo aniversario de su pontificado, Francisco comenzó a hablar cada vez de un modo más afirmativo de la concreción de su visita a la Argentina. Y manifestó su deseo de que el viaje “no sea usada (políticamente) ni para un lado, ni para el otro”.
Francisco nunca respondió los insultos y acusaciones de Milei directamente, pero en una de esas entrevistas afirmó sugestivamente que el nazismo se originó en Alemania ante el desencanto con los políticos y el hecho de que los ciudadanos se inclinaran por “un político que hablaba lindo y que sedujo”, en referencia a Adolfo Hitler.
Para la concreción del viaje de un Papa a un país hacen falta la invitación del presidente de la nación. Monseñor Fernández parece hacer depender el viaje del libertario, en caso de legar a la Presidencia. ¿Moderará su actitud hacia el Papa?
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