Como hace 30 años, el grupo presidió el encendido de la menorá en la plaza República Oriental del Uruguay, con la presencia de rabinos, autoridades del Gobierno de la Ciudad y otros miembros de la comunidad judía.
Al igual que desde hace 30 años, Jabad Lubavitch Argentina prendió anoche las velas de Janucá, la Fiesta de las Luminarias, en una menorá gigante instalada en la plaza República Oriental del Uruguay. El evento, que coincidió con el encendido de la segunda luminaria, contó con la presencia de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Durante el acto, el cual se realizó bajo el lema “Janucá, 30 años compartiendo la luz”, el funcionario porteño dijo: "Me da mucha emoción poder acompañarlos en esta fecha tan importante que transmite un mensaje de mucha paz. En estos momentos tan ajetreados en nuestro país creo que es un mensaje muy importante y muy necesario para nuestra querida Ciudad de Buenos Aires y todo nuestro país".
"Quiero destacar la buena convivencia que tenemos en la diversidad de la ciudad, que es un crisol de razas y una ciudad muy cosmopolita, pero que combina nuestra diversidad con la preservación de los valores culturales de cada uno. Creo que esta sana convivencia es lo más lindo y más rico que tenemos en Buenos Aires. Ojalá podamos mantenerlo y fortalecerlo", agregó.
El subdirector de Derechos Humanos de CABA y presidente del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Claudio Avruj, también dirigió unas palabras a los presentes y dijo: "Siento mucha emoción y orgullo de mi identidad judía cuando estos eventos se pueden llevar a cabo en espacios públicos, donde se encuentran todo tipo de judíos unidos por la tradición. Seguramente en otra época esto no se podría haber hecho y, como David Golberg, presidente de DAIA, siempre decía: ‘Algún día se vivirá lo judío con la naturalidad de lo obvio en la Argentina’. Eso es lo que persigo: que las diferencias dejen de serlo y que sea obvio vivir y saber que uno es distinto al otro".
Julio Schlosser, presidente de la DAIA, aseguró que el sentimiento de participar del evento "se renueva cada año". "Estar acá representa una paz interior, y en este momento no me cabe otra palabra que agradecer a D’s que podamos estar acá y prender a vela de Janucá", dijo.
El evento también contó con la participación de Dorit Shavit, embajadora de Israel en Argentina, quien aseguró que “Janucá verdaderamente significa la victoria de la esperanza, de la fe, del espíritu sobre la fuerza física. Quiero recordar dos cosas. En primer lugar que en el libro ‘El diario de Anna Frank’ cuando llegan los nazis la fiesta de Janucá parece ser una esperanza. Y no menos importante es que en el atentado a la Embajada de Israel, el 17 de marzo de 1992, solamente el candelabro se salvó y está en la Embajada hasta el día de hoy”.
Por su parte, el Rabino Tzvi Grunblatt destacó: "La clave de la vida del hombre no es cuánto posee ni cuánta fuerza tiene, eso es un instrumento que hay que saber cómo utilizar. La clave es la fe, el espíritu, los principios y los valores. Y cuando uno tiene estos tiene paciencia porque sabe que no necesariamente lo inmediato es lo verdadero. Los cielos se cubrieron pero tuvimos paciencia. Esa paciencia es la fe en que a pesar de que caían las gotas vinimos a la plaza sin titubear y sin dudar. Eso es justamente la raíz de lo que es Janucá. Las nubes van a pasar y vos vas a seguir prendiendo e iluminando. Y esto es justamente también el milagro de celebrar 30 años en la plaza".
"Recuerdo que por los principios de los ’80, cuando trajimos esta propuesta, parecía que era en una locura. En ese momento era un impensable. Veníamos de la dictadura militar y de mentalidades prejuiciosas, donde parecía que el judío se tiene que esconder. Hace 30 años Janucá mostró que uno no es parte a través de renunciar a lo suyo, sino a través de ser fuerte en lo suyo, aportando lo suyo, porque eso enriqueces a toda la ciudadanía", dijo.
"Lo más importante es la gente que confía. Puede haber líderes que traen una idea maravillosa y no prende. Pienso que el líder está en quien confía en la gente y eso nos enseño el Rebe de Lubavitch. Él nos enseño a confiar en cada uno. Hay que entender que el mundo cambió. La gente quiere escuchar los mensajes con profundidad. La gente está cansad de las cosas falsas, superficiales y el Rebe eso lo vio y nos inspiró a decir que ‘hay que salir a la calle’. Un poco de luz puede disipar mucha oscuridad", agregó.
Durante el transcurso del acto la DAIA le hizo entrega, por intermedio de su presidente y su vicepresidente primero, Waldo Wolff, de una plaqueta. Además, Grunblatt entregó tres reconocimientos: al rabino Shlomi Birmbaun, quien durante los 30 años organizó el evento; a Nisiemo Curriel, responsable del departamento gráfico de Jabad; y a Shaúl Hochberger, quien condujo el acto, por su colaboración voluntaria desde hace casi dos años.
Además estuvieron presentes Mario Sobol, secretario general de la AMIA; Eduardo Elsztain; Jorge Telerman, presidente del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires; y numerosos rabinos que se desempeñan tanto en las oficinas centrales de Jabad Lubavitch Argentina como en distintas sinagogas y comunidades.
El acto fue animado musicalmente por una orquesta sinfónica y por la orquesta Kef, acompañada en varias de las canciones por el rabino Daniel Zelioni.
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