Se trata de Vincent Chough, Darío Fernández, Juan López, Juan Ocampo y Alejandro Ubiría. El obispo los animó al servicio y a dar respuesta a las necesidades de las comunidades diocesanas.
El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, presidió la misa en la que ordenó a cinco nuevos diáconos permanentes: Vincent H. Chough, Darío René Fernández, Juan José López, Juan Facundo Ocampo y Alejandro Carlos E. Ubiría.
La celebración se realizó en la parroquia San José de San Isidro, y de ella participó un gran número de fieles en general, familiares de los ordenados, diáconos y varios sacerdotes diocesanos, que concelebraron junto a los obispos auxiliares Guillermo Caride y Rául Pizarro.
En su homilía, monseñor Ojea expresó: "Ustedes se han enamorado de Cristo, por eso quieren imitar su servicio. Imitar al Señor en su servicio a los hermanos, es vivir la amistad con Él, y esta es la base del ministerio diaconal”.
"La Iglesia necesita este tipo de liderazgos pastorales, que puedan contagiar de verdad, que puedan transmitir de verdad este amor a Jesús, este amor por las personas, por el recorrido de cada uno, por el camino de cada uno", agregó.
El obispo sanisidrense invitó a los nuevos diáconos permanentes a pedirle a Dios “ese espíritu, esa sabiduría para el ejercicio de la caridad, para que la puedan tener ustedes en este ministerio pastoral que hoy comienzan”.
“Ministerio de la animación, ministerio del servicio, que crea verdadera autoridad y respuesta a la necesidad de tantos hermanos y hermanas en nuestras comunidades, de vivir, de tener un testimonio concreto de la vida de Jesús servidor", les recordó.
Monseñor Ojea finalizó su alocución, deseándoles a los ordenandos que "que puedan vivir la alegría de imitar a Jesús en su diaconía, en su servicio".
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