La mayor parte de las grandes catedrales se encuentran en Europa (Florencia, Milán, Colonia, el gótico francés...), aunque algunas joyas se ven, especialmente en Latinoamérica (las imponentes de Aparecida o Ciudad de México, o la catedral de San Patricio en Nueva York, o Lima).

Su nombre viene del latín 'cathedra', que significa 'silla', pues la tradición dice que el arzobispo debe presidir los oficios desde su silla especial en el coro. Es el templo del obispo, el principal de cada diócesis. Hay miles en el mundo, al menos tantas como Obispados (alguna más, si cabe), y hoy celebra su día: el Día Internacional de las Catedrales.

Algunas de las más bellas se encuentran en nuestro país, una potencia en número de templos mayores, con 88: León, Burgos, Sevilla, Salamanca... También, algunas de las más míticas, como la de Santiago, destino de millones de peregrinos hacia el fin del mundo, o la basílica de San Pedro que, como cátedra del papa, también es la más grande del mundo. Son símbolos de las ciudades, incluso de Europa: todos recordamos el impacto que sufrió el mundo con el incendio de Notre Dame.

La mayor parte de las grandes catedrales se encuentran en Europa (Florencia, Milán, Colonia, el gótico francés...), aunque algunas joyas se ven, especialmente en Latinoamérica (las imponentes de Aparecida o Ciudad de México, o la catedral de San Patricio en Nueva York, o Lima).

Sevilla y Zaragoza se encuentran en el top ten de las más grandes, aunque las más monumentales son las de Burgos o León, joyas del góticos reconocidas en todo el mundo; o como Córdoba, cuya mezquita-catedral pervive como un símbolo de fusión de culturas, pese a todo. Sus pináculos forman parte del skyline de las grandes ciudades y, en las pequeñas, y pese a la secularización, continúan siendo el eje vertebrador de las localidades, el punto neurálgico sobre el que, a lo largo de la historia, se fue edificando la ciudad (Orense, Pontevedra, Ávila...).

Desde 2019, una decena de diócesis españolas celebran "El atardecer de las catedrales", abriendo sus puertas al atardecer. Esta iniciativa surgió a través de las redes sociales, para conmemorar esta efeméride. Hoy, en tiempos de templos vacíos, es hora de reivindicar las catedrales como motor de la fe, de la historia y de la cultura.