“Hoy algunos mezclan todo en una misma causa verde”, sostiene esta periodista argentina, corresponsal de un medio estadounidense en la Santa Sede desde 2014. “Francisco explica en idioma coloquial lo que dijo Benedicto”, afirma también, negando una ruptura entre ellos
A escasas horas de la audiencia entre el presidente argentino, Alberto Fernández, y el papa Francisco, el viernes 31 de enero, es interesante analizar con una corresponsal en El Vaticano las modalidades, con frecuencia ahistóricas o reduccionistas, con que se cubre un pontificado que, por razones obvias, atrae más la atención de los medios locales que los anteriores, lo que no necesariamente implica una mayor comprensión de todo lo que está en juego. Ahora bien, por lo que señala Inés San Martín, no es un mal solamente argentino.
Inés San Martín es una periodista rosarina que desde 2014 está acreditada ante El Vaticano por Crux, un medio estadounidense especializado en noticias sobre la Santa Sede y la Iglesia Católica. Ha cubierto ya unos 30 viajes pontificios a distintas regiones del mundo. Desde Rosario, donde estaba visitando a su familia, dialogó telefónicamente con Infobae.
Cuenta qué giras papales le dejaron una mayor impresión, y cómo y por qué se deforma a veces el mensaje de Francisco. Su opinión sobre el film “Los dos Papas”.
— Estás cubriendo el papado de Francisco desde 2014. Es el primer papa latinoamericano y entonces los medios de estos países le dan algo más de espacio al tema, pero a diferencia de Europa donde la Santa Sede ha sido por siglos protagonista de primera línea y hay muy buenos vaticanistas, en la prensa latinoamericana no siempre los encargados de esa cobertura tienen el background necesario. ¿Compartís ese diagnóstico?
— Claro, si bien El Vaticano es la autoridad de una religión, también es un Estado, y en ese sentido tiene un rol particular; y, con algunas excepciones, hay una falta de formación, pero también se lo ve en los medios norteamericanos: el Papa dice algo y ponen a escribir a cualquiera que esté en la redacción, sin importar lo que sea, y muchas veces sin mala intención. El Papa dice que la teoría de la evolución no está mal y lo dan como breaking news -”El Papa dice que descendemos de los monos”- cuando eso fue titular hace 30 años ya con Juan Pablo II. No tienen sentido histórico: creen que mucho de lo que hace Francisco es nuevo.
Un teólogo de la Universidad de Notre-Dame me decía que para él, muchas veces, Francisco explica en idioma coloquial lo que dijo Benedicto.
— Sí, cuando en realidad hay mucha más continuidad de lo que se cree.
— Sí, sobre todo entre Benedicto y Francisco, al que se lo presenta como revolucionario, y en realidad hay una continuidad, con salvedades y con estilos distintos, pero continuidad. Un teólogo de la Universidad de Notre-Dame me decía que para él, muchas veces, Francisco explica en idioma coloquial lo que dijo Benedicto. El primer Papa “verde”, el primero en hablar de la emergencia del ambiente y la importancia de cuidar la creación fue Benedicto. Pero como es alemán y no sonríe a la cámara….
Inés San Martín vive en Roma desde 2014
— Es una pena porque en muchos sentidos los argentinos nos estamos perdiendo un papado que va a hacer historia...
— Es una figura argentina de la que deberíamos estar orgullosos, porque mientras nos entretenemos con qué rosario mandó, el Papa está participando de eventos mundiales en los que está haciendo historia y nos estamos perdiendo el rol positivo que está teniendo en el mundo. Estamos bloqueados con pequeñeces, esa es la palabra “técnica”, pequeñeces o complots que no hacen a la realidad y que reducen el rol que tiene. Un hombre al que Barack Obama y Raúl Castro le dieron crédito para el desbloqueo de las relaciones y nosotros estamos analizando si tuvo o no influencia en la lista de diputados de la provincia de Buenos Aires.
— Hay un ecumenismo muy interesante en sus vínculos internacionales, algo que muy pocos líderes pueden tener en el mundo de hoy
— El diálogo de paz que está logrando con el islam, con el director de la Universidad Al-Azhar como interlocutor [N. de la R: el gran imán Ahmed al Tayeb] es sumamente importante y de eso tampoco se habla. O en 2013, en la crisis Siria, cuando Vladimir Putin le da crédito al Papa para evitar una invasión, y de nuevo nosotros con pavadas, con qué por qué no viene a Argentina y cae dentro de la grieta. Y si cae en la grieta no va a venir, por mucha importancia que tenga la Argentina. Está para cosas más grandes y lo reducimos a lo local. Estamos convencidos de que está siempre hablando de nosotros.
El Papa recibe al imán Al-Tayed, director de la Universidad Al-Azhar (Vatican Media)
— ¿Cuántos viajes hiciste ya con el Papa?
— Treinta. Empecé en 2014. Estuve en Brasil que fue su primer viaje pero porque estaba trabajando en la organización de la Jornada de la Juventud. Como periodista, mi primer viaje fue a Albania y luego, con algunas excepciones, como Estados Unidos y Egipto, cubrí casi todos los viajes del Papa.
— Por lo general, esos viajes siempre tienen una agenda intensísima, duran sólo una semana pero están repletos de actividades.
— Son agotadores. Cuando me pongo a escribir, digo, no puedo, no me da el tiempo para todo; infinidad de discursos, muchas veces fuertes, por ejemplo en Tailandia hizo denuncias contundentes sobre la situación de la mujer y la pobreza, luego en el mismo viaje fue lo de Hiroshima y Nagasaki en Japón. Y fue despertarnos a las 3 y media de la mañana para estar a las 4 y media en el aeropuerto de Tokio para volar a Nagasaki, de ahí una hora de autobús hasta el lugar donde daba el discurso, de ahí a Hiroshima…. Yo tengo 33 años, siendo un hombre de 83, no sé cómo hace, y con reuniones en el medio, en las que le presentan un montón de gente, después las reuniones con la iglesia local, horas en las que se la pasa hablando y hablando. Dicen que los viajes de Francisco son más agotadores que los de Benedicto. Juan Pablo II hacía viajes de 2 ó 3 semanas, con otro ritmo, pero era más joven, no tenía 80. Son viajes siempre cansadores pero es un honor participar.
En Madagascar vi a periodistas mucho más curtidos que yo, que no son católicos, un poco más cínicos si se quiere, emocionados hasta las lágrimas
— ¿De cuál de ellos te quedó un recuerdo particular?
— De varios. Pero de los recientes, cuando hizo Mozambique, Madagascar, Mauricio. En Madagascar, con el padre Pedro Opeka, ver a miles de jóvenes cantando canciones de misa en español preparadas para el Papa… Ese día vi a periodistas mucho más curtidos que yo, que no son católicos, un poco más cínicos si se quiere, emocionados hasta las lágrimas. Para mí fue una experiencia fuerte. Y, también en África, en República Centroafricana, estar ahí, saber que fueron 48 horas de paz en un país en guerra, a mí me sirvió para dimensionar su rol pero también mi trabajo, el honor que tengo de poder acompañar al Papa, que es una figura mundial que hoy hace por la paz lo que muy pocos se animan a hacer.
PlayVisita del Papa a la Ciudad de la Amistad en Madagascar, en 2019. Los niños cantan en castellano para recibir a Francisco
— En el tema de la ecología, que el Papa instaló con fuerza con su encíclica, ¿no corresponde a los comunicadores hacer algunas precisiones? Porque hay sectores que caen en la sobreactuación, en una suerte de panteísmo. Para el cristianismo el hombre es el centro de la creación, pero algunos llaman a eso especismo: es postular una superioridad que no existe. El ser humano es igual a cualquier otra especie. Incluso desde algunos sectores de la Iglesia el mensaje no siempre es claro...
— Sí, pero el Papa es muy claro en eso; el hombre está en el centro de la creación de Dios y a nosotros Dios nos creó para salvaguardar su creación, no como un elemento más de la creación sino como custodios de ella. Hoy se subraya mucho la importancia de salvar el planeta por el solo hecho de salvarlo; no se puede estar a favor de salvar el planeta y a favor del aborto porque ahí se confunde muchísimo y algunos mezclan todo dentro de una misma causa verde. Si uno se lo pregunta al Papa, y a cualquier católico formado, la respuesta es clara. Al planeta hay que salvarlo, pero va más allá de salvar al planeta. En un libro entrevista con Andrea Tornelli, Francisco dice: “Esta economía mata”; aunque uno no crea en la teoría del calentamiento global, el nivel de consumismo que tenemos, de cambiar el teléfono a cada rato, estrellas de fútbol que ganan lo que necesita un país para sobrevivir, el no tener hijos para realizarse y después querer tener hijos a toda costa sin importar el precio porque se lo postula como un derecho cuando los hijos no son un derecho; esa es la denuncia del Papa. Después, cuando la línea baja, no siempre baja igual, eso ya está en cada uno. El Papa hace lo que puede, y es muy claro.
— También hay equívocos con el tema de la inmigración...
— Es lo mismo. Él no dice que abran las fronteras y que sea un mundo sin fronteras; no, él habló de la importancia de la integración, de que los inmigrantes que llegan deben respetar la cultura, las leyes, la fe, del país que los recibe. No es que uno llega al país que llega y solo tiene derechos. En Italia, donde llegan muchos musulmanes de África y de Medio Oriente; bueno, si mandan a sus hijos al colegio deben aceptar las reglas, y eso no es discriminación. No hace falta convertirse, sino respetar. Eso es lo que dice el Papa, pero queda como que dice que abran las puertas sin más.
— Es que a veces en nombre de la diversidad se quiere dividir a la sociedad en guetos. De un lado unos, de un lado otros, sin mezclarse.
— Es un error enorme. Respetando las diferencias hay que integrarse. En nombre de la tolerancia está creciendo mucho la intolerancia. Se tolera todo, menos que pienses distinto.
Sobre la inmigración, el Papa también dice que los inmigrantes que llegan deben respetar la cultura, las leyes, la fe, del país que los recibe. Y eso no es discriminación
— ¿Hay muchas críticas al Papa en Italia?
— Sí, pero hay críticas en todos lados, algunas más racionales y otras más emocionales. Acá se lo critica mucho por la cuestión migratoria. Por ejemplo, el italiano común te dice que el Papa es muy político y que está siempre hablando de la inmigración y no de Dios. La cobertura del Papa es política. Si yo titulara: “El Papa dice: Dios te ama”, hay un problema, yo hago periodismo. El papado de golpe es noticia. La Stampa, El Corriere, Infobae… hacen periodismo. Los medios religiosos son otro tema. Y cada uno sabe lo que hace. Pero sí, en los titulares, es El Papa habla de la inmigración, o El Papa contra Salvini por la inmigración. Ahora, el Papa a Salvini no lo nombra pero es lo mismo que hacen los medios norteamericanos: El Papa contra Trump, o los argentinos: El Papa contra Macri.
— ¿Viste la película Los dos Papas? ¿Qué te pareció?
— La vi. Es ficción absoluta. Francisco está bien logrado. De Benedicto hicieron una caricatura. Si bien hay partes de diálogo que son creíbles, citas bien puestas, todo ese planteo de que Benedicto renunció al pontificado por falta de fe es injusto, completamente injusto, y es seguir atacándolo de alguna manera, porque hay que marcar la diferencia, decir que Francisco es un santo y que Benedicto no lo fue. Para mí es totalmente injusto, le tengo mucho cariño, aprecio y respeto, y veo una continuidad muy clara, una continuidad de la que habla el mismo Francisco.
"De Benedicto hicieron una caricatura. El planteo de que renunció por falta de fe es completamente injusto", dice Inés San Martín sobre la película "Los Dos Papas" (Netflix)
— Esas escenas de Francisco increpando a Benedicto son inimaginables...
— Como tampoco fue Bergoglio a presentarle la renuncia a Benedicto y menos con una crítica a su pontificado. ¿Que tienen diferencias? Sí, las tienen, obviamente, pero siempre dentro del respeto y dentro de una continuidad.
— Finalmente, la pregunta de siempre. ¿Por qué creés que hasta ahora no ha venido?
— Creo que está convencido de que el mundo es más grande que la Argentina; es lo que dijo en 2017. Para mí, como periodista, como argentina y como católica, es una pena que no haya venido todavía. Me hubiese encantado a mí que lo hiciera en 2013, desde Brasil, haber pasado 3 horas en Buenos Aires, y nadie más estaría especulando con si viene o no viene: si no viene es porque Cristina…, si no viene es porque Macri… Ahora ya avisó que en 2020 tampoco viene. Y uno de los obispos que estuvo en al visita ad limina [N. de la R: visita de trabajo que todos los obispos de un país le hacen al Papa cada 5 años] me dijo: “Hoy por hoy, ¿para qué va a venir el Papa a la Argentina?” Redujimos demasiado su imagen y creo que él hoy no sabe si le haría bien al país venir. Sumar a la grieta no creo que sea su intención. Sé que quiere venir. En casi todos los viajes, yo o algún otro periodista, preguntamos cuándo piensa ir a la Argentina. El nunca se enoja, nunca se ofusca; hay temas de los que de pronto no quiere hablar porque están fuera de lugar, pero a mí siempre me ha respondido, “cuando Dios quiera”, “en otro momento”, “ya se verá”, siempre muy receptivo. Yo creo realmente que él considera que hoy puede hacer más yendo a Nagasaki que viniendo a Buenos Aires. Y sabe que tiene un tiempo limitado. Creo que va a ser de los últimos viajes que haga. Y cuando quede claro que viene por amor a la Patria y no por política. Yo le creo cuando dice que el mundo es más grande que la Argentina y pienso que él cree que puede hacer más por la Iglesia global y local, en otros países antes que en Argentina.
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