Con motivo del Día Internacional de la Mujer se celebró esta mañana en Luján una misa convocada por la Conferencia Episcopal Argentina, para rezar por las mujeres y por la vida. Miles de fieles poblaron la plaza frente a la basílica y santuario nacional, y se unieron a la intención de los obispos: “Sí a las mujeres. Sí a la vida”. Los prelados definieron la celebración como “una verdadera fiesta”, “un clamor al cielo”, “muy intensa y sentida en los corazones de los fieles”.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer se celebró en la mañana del 8 de marzo en Luján una misa convocada por los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina, para rezar por las mujeres y con la intención principal de defender la vida desde su concepción hasta su muerte natural.
Con el lema “Sí a las mujeres, sí a la vida”, la plaza frente a la basílica y santuario nacional de Nuestra Señora de Luján se pobló de fieles con banderas celestes y blancas y carteles con consignas a favor de la vida, reunidos para celebrar la Eucaristía.
La misa estuvo presidida por el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, y concelebrada por monseñor Aliaksandr Rahinia, encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica; monseñor Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján; monseñor Carlos Humberto Malfa, obispo de Chascomús y secretario general de la CEA; el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina; monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza; y monseñor Pedro María Laxague, obispo de Zárate-Campana y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia.
Asimismo estuvieron presentes los obispos Eduardo Martin (Rosario), Víctor Manuel Fernández (La Plata), Mario Antonio Cargnello (Salta), Miguel Angel D'Annibale (San Martín), Jorge Lugones (Lomas de Zamora), Ruben Oscar Frassia (Avellaneda-Lanús), Fernando Carlos Maletti (Merlo-Moreno), Eduardo García (San Justo), Gabriel Barba (Gregorio de Laferrere), Carlos José Tissera (Quilmes), Jorge Vázquez (Morón), Jorge García Cuerva (Río Gallegos), Hugo Santiago (San Nicolás de los Arroyos), Ángel José Macín (Reconquista), Dante Gustavo Braida (La Rioja), Santiago Olivera (Castrense), Hugo Salaberry (Azul) José María Baliña (auxiliar de Buenos Aires), Martin Fassi y Guillermo Caride (auxiliares de San Isidro), Han Lim Moon (auxiliar de San Martín), Jorge Torres Carbonell (auxiliar de Lomas de Zamora), José Luis Mollaghan (Arzobispo emérito de Rosario), Oscar Miñarro (auxiliar de Merlo-Moreno), Gustavo Carrara (auxiliar de Buenos Aires), Oscar Sarlinga (emérito de Zárate-Campana) entre otros, y concelebraron también una centena de sacerdotes.
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Scheinig, recibió a los fieles que acudieron a la basílica: “Bienvenidos a esta casa, la casa de María, nuestra casa, que hoy se hace casa especial de las mujeres ¡Viva la Virgen de Luján! María, la madre del Señor, la mujer santa nos inspira para estar juntos aquí y rezar”. El prelado agradeció a los fieles presentes y a los obispos de la CEA que hicieron posible la celebración.
Durante la homilía, monseñor Ojea hizo referencia a los millones de argentinos y argentinas, creyentes y no creyentes, que “tienen la profunda convicción de que hay vida desde la concepción y es injusto y doloroso llamarlos anti-derechos o hipócritas. En realidad, valoramos y defendemos los derechos de toda vida y de cada vida. De toda mujer y de cada niño o niña por nacer”. Noticia y homilía completa.
Finalizada la misa, se realizó una oración interreligiosa por las mujeres, encabezada por mujeres representantes de distintas confesiones religiosas.
El testimonio de los obispos
En diálogo con AICA, algunos obispos expresaron su visión sobre la misa convocada por la CEA: “Hemos rezado por el país y por la grave situación social de emergencia que atraviesa. Nos preocupan muchísimo nuestros barrios de emergencia, la falta de cloacas, de agua, los problemas sanitarios, la problemática con el dengue”, mencionó monseñor Ojea y afirmó: “Tenemos tantos problemas por que atender, hay que fijar prioridades, hay que dialogar más y priorizar lo importante”.
“Defendemos la vida como siempre”, prosiguió el presidente de la CEA, “pedimos por nuestras mujeres, estamos serenos y en paz, pensamos seguir dialogando con todos los sectores y transmitiendo lo que pensamos y sentimos, unidos a tantos hermanos de buena voluntad que no profesan la fe pero que saben que hay vida en el seno materno”, concluyó.
El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, señaló: “Queremos pedir en este día de la mujer por su dignidad, para que sea respetada en todas formas, por ese sí grande a la vida, que es propio de la femineidad de la mujer”, afirmó monseñor Martín, arzobispo de Rosario. “Ha sido un acto hermoso que muestra el testimonio del pueblo de Dios y se proclama con la presencia de tantos fieles este valor inmenso de la mujer y de la vida. Para nosotros el prototipo es la Virgen que acogió la vida del Verbo que se hizo carne en su seno para darnos la salvación”.
Por su parte, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, dijo que concurrió a la misa “movido para apoyar el gesto de defensa de la mujer y de la vida”, indicando que por la tarde regresaría a Salta “para estar con mi gente y rezar con ellos”. “El tema es grave y nos invita a pensar en el servicio que tenemos que dar a la comunidad como Iglesia. Ser lámpara que ilumine el valor y la dignidad de toda vida”, señaló.
Asimismo, indicó que marzo “es un mes para reflexionar, rezar y hablar: el próximo domingo en las parroquias vamos a rezar por esta intención, el 22 tendremos una jornada con Aciera, y el 25 el Día del Niño por Nacer. Son oportunidades para intensificar la oración al Señor, afirmarnos en su ley que busca la felicidad del hombre, y así proclamar que creemos en el valor de la vida. Ojalá podamos reflexionar con madurez, respetarnos y avanzar en la comprensión de esta verdad”.
Monseñor Miguel Ángel D’Annibale, obispo de San Martín, la definió como “una celebración muy intensa y muy sentida en los corazones. Estar en la casa de la Madre siempre es una experiencia muy fuerte y más en el día de la mujer”, indicó recordando el lema de la misa, “Sí a las mujeres, sí a la vida”. Y agregó: “Queremos ser claros a la sociedad en nuestro manifestar de lo que creemos y pensamos: me parece muy bien la capacidad de dialogar que se propuso desde el principio y tiene que ser el camino. Pero en el diálogo, todos tenemos que manifestar lo que pensamos y proponemos, sin desestimar al otro y sin tratarlo mal porque piensa distinto”.
También el obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva, opinó que “fue una verdadera fiesta para el pueblo de Dios que anhela la vida para los más pobres y para todos, que hoy querían celebrar y agradecer por tantas mujeres que entregan su vida silenciosamente todos los días y se reunieron aquí, en esta plaza tan simbólica para los cristianos, a los pies de la basílica de Luján”.
Por otro lado, dijo que “ha sido un clamor al cielo y a Dios de que defendamos toda vida, que nos jugamos por las mujeres y por los niños por nacer, que realmente como sociedad no consideremos a nadie descartable o desechable. Se dice que el aborto es una política progresista, pero yo creo que la política más progresista es la que defiende todas las vidas. La democracia tiene demasiadas deudas con las mujeres: educación para los hijos, vivienda, trabajo, cloacas en los barrios pobres, justicia para las madres que visitan a sus hijos procesados, o que han perdido a sus hijos en hechos delictivos. Que podamos valorar estas deudas y como sociedad concretar lo que las mujeres se merecen”, concluyó.
Asimismo, monseñor Martín Fassi, obispo auxiliar de San Isidro, se alegró por la gran convocatoria de fieles en Luján: “Estamos muy contentos por la participación. Es un gesto de alegría que también nos compromete con lo que viene y con la atención de la mujer. El deseo es que la Virgen nos inspire para que seamos creativos para acompañar a las mujeres en las situaciones más difíciles”.
Finalmente, el obispo auxiliar de Merlo-Moreno, monseñor Miñarro, destacó: “Estamos viviendo una fiesta de la fe, una fiesta de la vida, una fiesta para celebrar la vida de las mujeres, un caminar juntos a los ojos de Dios sintiéndonos bendecidos”, y definió la oración ecuménica que rezaron las mujeres al finalizar la misa como “muy esperanzadora”.
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