Los obispos invitan a recorrer juntos el camino cuaresmal para "alentarnos en la fe y animarnos a vencer nuestras resistencias para acompañar a Jesús en su viacrucis".
Los obispos de la arquidiócesis de Buenos Aires compartieron a todos los fieles porteños un mensaje que invita a hacer juntos el camino de la Cuaresma que inició este miércoles de cenizas.
El mensaje recuerda el mensaje de cuaresma del papa Francisco y reflexiona sobre el Sínodo Arquidiocesano finalizado a fines del 2021 y que, paso a paso, se va implementando en toda la Ciudad de Buenos Aires.
"Hacer juntos el camino cuaresmal nos remite a la experiencia de nuestro Sínodo Arquidiocesano y nos anima el hecho de que aquella enriquecedora experiencia de Iglesia nos ha dado muchos frutos fraternos, espirituales y pastorales", rememoran los obispos.
Además, refuerzan el eco del papa Francisco cuando recuerda que Jesús es el Camino y que en Él "la Iglesia no hace sino entrar cada vez más plena y profundamente en el misterio de Cristo Salvador".
Los obispos invitan a recorrer juntos el camino cuaresmal para "alentarnos en la fe y animarnos a vencer nuestras resistencias para acompañar a Jesús en su viacrucis". Un camino que permite a cada fiel seguir a Jesús de cerca para comprender y asombrarse ante el gran acto de amor del don total en el sacrificio de la Cruz; apartarse de la frivolidad de las vanidades para contemplar un misterio tan grande y entrar en la intimidad con Jesús al dejarse guiar por Él.
"La Cuaresma es el tiempo para volver a escuchar solo a Jesús y reconocer con San Pedro: 'Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna'", indican los prelados a la Iglesia porteña.
Además, insisten en "hacer esta experiencia juntos con quienes Dios nos ha dado como compañeros en la peregrinación de la vida, como una oportunidad para vivir la dimensión comunitaria de la fe, que siempre nos enriquecerá a todos".
Así, sacerdotes, religiosos y laicos comienzan este camino de la Cuaresma juntos, con la certeza de la presencia de Jesús entre ellos porque, como recuerdan los obispos, "donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos" (Mt 18,20).
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