En sus mensajes de Pascua, los obispos apuntaron a la situación económica, las adicciones y el narcotráfico
En sus mensajes de Pascua, los obispos hicieron en sus diócesis fuertes llamados a la esperanza, sin dejar de aludir a un contexto social preocupante, marcado por el crecimiento de comedores y merenderos para dar de comer a familias necesitadas, así como los riesgos del narcotráfico, las adicciones y los problemas de la inseguridad, entre otros desafíos.
"Nos duele tanta oscuridad en el plano social", expresó el obispo de San Isidro y presidente del Episcopado, Oscar Ojea, en su mensaje central de Semana Santa. Llamó, así, a "mirar con admiración la esperanza de los más pobres, que se levantan todos los días para ganar el pan con el sudor de su frente y, también, con el sudor del corazón, si pensamos en las condiciones de trabajo tan injustas que vivimos, tan lejanas en algunos casos a la dignidad de las personas".
Hubo, en general, expresiones moderadas en términos políticos, en las puertas del año electoral y frente a la visita ad limina que el conjunto del Episcopado hará al papa Francisco, en tres turnos, a partir del domingo próximo.
Previamente, los obispos se encontrarán el sábado en La Rioja, donde serán beatificados los cuatro mártires riojanos -el obispo Enrique Angelelli, los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, y el laico Wenceslao Pedernera-, las primeras víctimas de la dictadura militar en llegar a los altares de la Iglesia.
A esta ceremonia no concurrirá el presidente Mauricio Macri. Irán en su representación la vicepresidenta Gabriela Michetti y el secretario de Culto, Alfredo Abriani, anticiparon fuentes oficiales.
Frente a la visita de los obispos argentinos a Roma, en la que le pedirán a Francisco que "no se prive de la alegría de visitar su patria", como informó públicamente en su momento el Episcopado, en el Gobierno se mantienen prudentes y expectantes. Como publicó LA NACION el 2 de abril pasado, en el Vaticano desalientan una posible visita del Papa a la Argentina. Una fuente cercana a la Casa Rosada explicó en las últimas horas que "no hay ninguna expectativa puntual", ante el encuentro de los obispos con Francisco.
"Es una dinámica propia de la Iglesia, de la que no participan los Estados. De todos modos me parece un hecho relevante para la Iglesia. Es la primera visita ad limina con papa argentino", resumió la fuente gubernamental.
El primer grupo que viajará al Vaticano estará integrado por unos veinte obispos de las regiones eclesiásticas platense y del litoral. Lo encabezarán los arzobispos Víctor Fernández (La Plata), Eduardo Martín (Rosario), Juan Alberto Puiggari (Paraná), Sergio Fenoy (Santa Fe) y Agustín Radrizzani (Mercedes-Luján). Viajará también el obispo de Chascomús, Carlos Malfa, actual secretario general del Episcopado, entre otros.
Quien advirtió con énfasis en su mensaje pascual sobre las urgencias que atraviesa el país fue el obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión de Pastoral Social, Jorge Lugones. Al describir las situaciones que preocupan en su diócesis, mencionó "la situación desesperante y desesperanzada de nuestros jóvenes adictos, que en nuestra zona sur no tienen dónde internarse ante una crisis".
Con más prudencia, el mensaje de Ojea no excedió el sentido religioso de la Pascua y evitó generar fricciones políticas. "Los cristianos no somos vendedores de fantasía; somos testigos de esperanza y con esta nueva luz, con esta nueva fuerza, le pedimos al Señor con humildad poder transformar este mundo que nos toca vivir y hacerlo más justo, más fraterno, más humano y cristiano", subrayó.
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