Herzl nació en 1860 en el Reino de Hungría, en el condado de Pest (hoy la parte oriental de la ciudad de Budapest, que entonces constituía dos ciudades separadas), junto a la Gran Sinagoga de Budapest.
Perteneciente a una familia judía germanoparlante originaria de la ciudad de Zemun, situada en la Frontera Militar (actual Serbia), Herzl creció en un ambiente confortable, liberal y laico.
Estudió en una escuela judía hasta los 10 años, cuando fue enviado a una escuela laica que tuvo que abandonar debido al antisemitismo existente en la misma. De esta forma, fue matriculado en una escuela evangélica, en la cual no tuvo problemas con el antisemitismo, pues la mayoría de los alumnos eran judíos.
A raíz de la prematura muerte de su hermana, Paulina, en 1878 su familia se trasladó a Viena, entonces capital del Imperio austrohúngaro, donde estudió y obtuvo un doctorado de Derecho de la Universidad de Viena en 1884.
Se desempeñó como abogado en Viena y en Salzburgo, pero después de un año, Herzl se dedicó casi exclusivamente a la literatura, a la dramaturgia y al periodismo.
Durante su juventud frecuentó un asociación llamada Burschenschaft, que aspiraba a la unificación alemana, bajo el lema «Ehre, Freiheit, Vaterland» (Honor, Libertad, Patria) y sus primeros trabajos no se focalizaron en la vida judía.
Justamente, su nueva visión sionista fue presentada en su totalidad en su libro titulado Der Judenstaat: Versuch einer modernen Lösung der Judenfrage (El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía), que se publicó en febrero de 1896, donde propuso que la solución al “problema judío” era la creación de un Estado judío independiente y soberano para todos los judíos del mundo.
Herzl murió en Edlach, Baja Austria en 1904 por insuficiencia cardíaca a la edad de 44 años. Su voluntad estipulaba que debía tener un entierro simple, sin discursos o flores y añadió, «Quiero ser enterrado en el panteón junto a mi padre, y descansar allí hasta que el Pueblo Judío me conduzca a Eretz Israel».
En 1949 sus restos fueron trasladados desde el cementerio de Döbling en Viena al Monte Herzl en Jerusalén.
Herzl es el principal símbolo del sionismo y el padre del Estado de Israel. Su imagen está presente en las dependencias oficiales israelíes y su memoria se mantiene en ciudades, escuelas y calles.
Comentá la nota