Referencias constantes en la Audiencia General y el Ángelus, gestiones diplomáticas, envío de cardenales al epicentro del conflicto, ayuda humanitaria y otros hechos que subrayan la cercanía espiritual de Francisco con el martirizado pueblo ucraniano.
Este viernes 24 de febrero se cumple un año de la invasión de las tropas rusas a Ucrania. En estos 12 meses, el Papa Francisco hizo continuos llamamiento reivindicando la paz. Aunque para unos el pontífice podría ir más allá en sus declaraciones y para los más diplomáticos debería calcular el alcance de sus palabras; lo cierto es que la postura del pontífice han sido inequívocas junto a las víctimas en este tiempo.
Un año en el que el pontífice ha demostrado con gestos, momentos de oración, referencias permanentes al conflicto, gestiones diplomáticas y envío de ayuda humanitaria, su cercanía esperitual con el martirizado pueblo ucraniano. Apenas diez momentos que subrayan el constante clamor papal por la paz mundial.
1. La paz amenazada
En la audiencia del 23 de febrero de 2022 el papa Francisco ya señalaba que seguía con “gran dolor” el empeoramiento de la situación en Ucrania después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, enviara abiertamente sus tropas. El Papa lamentó los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas no hayan conseguido que se “abran escenarios cada vez más alarmantes”. Además, el Papa apeló a “todas las partes involucradas en el conflicto” para que “se abstengan” de realizar cualquier tipo de acción que pueda provocar “más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional”.
2. Una visita inesperada
Más allá de las palabras, el papa Francisco se plantó el 25 de febrero en la embajada rusa en el Vaticano ante su “preocupación por la guerra”. El pontífice pidió al embajador Alexander Avdeev diálogo y volver a las negociaciones para lograr la paz en Ucrania. Se reforzaba la posición del Vaticano a través del cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, que lanzaba una declaración solo nueve horas después del inicio de la invasión señalando que “aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay lugar para la negociación, aún hay lugar para el ejercicio de una sabiduría que impida que prevalezcan los intereses partidistas, proteja las legítimas aspiraciones de todos y salve al mundo de la locura y los horrores de la guerra”.
3. Una llamada de dolor
El 26 de febrero, el Papa llamó por teléfono al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, para expresarle “su profundo dolor”· por los “trágicos acontecimientos” de estos últimos días. “La gente de Ucrania siente el apoyo espiritual de Su Santidad”, escribía Zelenski en redes sociales. Francisco también señalaba en Twitter: “Jesús nos ha enseñado que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno. Que la reina de la paz preserve al mundo de la locura de la guerra”.
4. Corredores humanitarios
El ángelus ha sido un púlpito desde el que el Papa ha reiterado su cercanía a las víctimas. En el primero tras la invasión, el 27 de febrero recordaba que “Dios está con los operadores de la paz, no quienes usan la violencia”. “Quien hace la guerra olvida la humanidad, no mira la vida concreta de las personas, sino que coloca delante todos los intereses del poder”, reclamaba. “Se confía a la lógica diabólica de las armas, que es la más lejana a Dios, y se distancia de la gente común que quiere la paz”. Sin embargo, “en cada conflicto, la gente común es la que paga las consecuencias”, lamentaba- Francisco pensaba en “los ancianos que a esta hora buscan refugio” y en “las madres que huyen con sus hijos”. Por ello, instó a abrir corredores humanitarios para hacer segura su huida: “Son hermanos y hermanas que deben ser recibidos y para los cuales es urgente abrir corredores humanitarios”.
5. Acogida a los refugiados
Cuando se cumplieron siete días de combates en Ucrania debido a la invasión rusa, el papa Francisco tuvo palabras de agradecimiento para los polacos que acogen a los refugiados ucranianos que llegan a sus fronteras. “Vosotros habéis sido los primeros en apoyar a Ucrania, abriendo vuestras fronteras, vuestros corazones y las puertas de vuestras casas a los ucranianos que escapan de la guerra”, dijo el pontífice en la audiencia general del 2 de marzo. “Estáis ofreciéndoles generosamente todo lo necesario para que puedan vivir dignamente, pese a la dramaticidad del momento. Os lo agradezco profundamente y os bendigo de corazón”, subrayó Jorge Mario Bergoglio.
6. Una jornada de ayuno
El pasado 2 de marzo de 2022 el papa Francisco no pudo presidir la celebración del Miércoles de Ceniza en la Basiílica de Santa Sabina debido a sus problemas de rodilla. Para dicha jornada el pontífice convocó una jornada de oración y ayuno por Ucrania. En la homilía del Papa, leída por el cardenal Pietro Parolin, recordaba que “si la oración, la caridad y el ayuno deben madurar en secreto, sus efectos sin embargo no son secretos. La oración, la caridad y el ayuno no son medicamentos sólo para nosotros, sino para todos; de hecho, pueden cambiar la historia. En primer lugar, porque quien experimenta sus efectos, casi sin darse cuenta, los transmite a los demás; y, sobre todo, porque la oración, la caridad y el ayuno son las principales vías que permiten a Dios intervenir en nuestras vidas y en la vida del mundo. Son las armas del espíritu, y es con ellas que, en esta jornada de oración y ayuno por Ucrania, imploramos a Dios esa paz que los hombres solos no pueden construir”, reclamaba.
7. Pastores de paz
El 17 de marzo el papa Francisco se reunió con el patriarca Kirill de Moscú en una videollamada en la que hablaron sobre “la guerra en Ucrania y el papel de los cristianos y sus pastores en hacer todo lo posible para que prevalezca la paz”. El Papa insistió que, como pastores, ambos tienen la responsabilidad de “indicar un camino hacia la paz”. Además, el Pontífice instó a Kirill que la Iglesia no debe “hablar el lenguaje de la política, sino el lenguaje de Jesús”. “Somos pastores de un mismo Pueblo Santo que cree en Dios, en la Santísima Trinidad, en la Santa Madre de Dios: por esto debemos unirnos en el esfuerzo de ayudar a la paz”, aseveró Francisco, “para ayudar a los que sufren, para buscar caminos de paz, para apagar el fuego”.
8. Una consagración a María
El 25 de marzo el Papa organizó la consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María coincidiendo con la solemnidad de la Anunciación del Señor. “Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios”, imploró el Papa ante una imagen de la Virgen de Fátima. “Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada”, proclamó en su oración.
En su homilía, Francisco lamentó que ante las escenas de la guerra y la destrucción “de tantos de nuestros hermanos y hermanas ucranianos indefensos”, “la guerra atroz que se ha abatido sobre muchos y hace sufrir a todos, provoca en cada uno miedo y aflicción”. Una situación de “impotencia y de incapacidad” que necesita “la presencia de Dios, la certeza del perdón divino, el único que elimina el mal, desarma el rencor y devuelve la paz al corazón. Volvamos a Dios, a su perdón”. “Nos consagramos a María para entrar en este plan [de paz de Dios], para ponernos a la plena disposición de los proyectos de Dios”, añadió. Y concluyó deseando “que Ella tome hoy nuestro camino en sus manos; que lo guíe, a través de los senderos escarpados y fatigosos de la fraternidad y el diálogo, por el camino de la paz”.
9. Un nuevo holocausto
Al terminar su catequesis del 6 de abril, Francisco lamentó la reciente masacre en la localidad de Bucha, a las afueras de Kiev, y las crueldades “cada vez más horrendas que sufren los civiles, mujeres y niños inermes”. Desde que se desató la invasión por parte de Rusia, los ucranianos se han convertido en víctimas “cuya sangre inocente grita hasta el cielo e implora que se ponga fin a esta guerra y se haga callar a las armas y se deje de sembrar muerte y destrucción”. Después de pedir oraciones ante este drama a los fieles presentes, el Pontífice mostró una bandera ucraniana, que según dijo le habían enviado desde Bucha.
Al final de la audiencia del 7 de diciembre de 2022, el Papa recordaba, dirigiéndose a los fieles polacos, los 80 años de la “Operación Reinhardt”, con la que los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial, exterminaron a 1,7 millones de judíos polacos –una cuarta parte de las víctimas de la Shoah–. “Que el recuerdo de este horrible suceso suscite en todos nosotros resoluciones y acciones en favor de la paz. Y la historia se repite. Veamos lo que está ocurriendo hoy en Ucrania. Recemos por la paz”, pedía. Además de sus palabras, pedía a la Inmaculada que sea “consuelo para todos los que sufren la brutalidad de la guerra, especialmente por la martirizada Ucrania”. “¡Recemos por este pueblo mártir, que está sufriendo tanto!”, recalcó.
10. Al año de la guerra
En la audiencia del pasado Miércoles de Ceniza, 22 de febrero, el papa Francisco recordaba que este 24 de febrero se cumple un año de la invasión de Ucrania. Doce meses de “esta guerra absurda y cruel”, por lo que estamos ante “un triste aniversario”, señaló el Papa. Permaneciendo “junto al atormentado pueblo ucraniano, que sigue sufriendo”, el Papa ha preguntado en voz alta: “¿Se ha hecho todo lo posible para detener la guerra?”. Posteriormente, ha hecho “un llamamiento a quienes tienen autoridad sobre las naciones para que hagan esfuerzos concretos para poner fin al conflicto, alcanzar un alto el fuego e iniciar negociaciones de paz. Lo que se construye sobre escombros no puede ser nunca una verdadera victoria”.
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