Desde este 2 de octubre, las Comisiones episcopales de América Latina y el Caribe llegan a Bogotá para celebrar un encuentro latinoamericano y caribeño para trazar los caminos de esta pastoral y entrar en sintonía con el actual camino sinodal, que el papa Francisco ha convocado.
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) acogerá a las comisiones de la región para hacer un balance del camino recorrido, profundizar en exhortación apostólica Amoris laetitia, revisar los itinerarios catecumenales para la vida matrimonial y el Pacto Mundial por las Familias.
Los matrimonios conformados por Luis Alfredo Batista Rodriguez y Ada Lariza Catalan de Guatemala y Xinia Lucrecia Segura Araya y Marco Tulio de Costa Rica han conversado con ADN Celam sobre sus expectativas y, por supuesto, el trabajo desplegado en cada uno de estos países por la familia.
Iluminados por la Palabra y el Espíritu Santo
“Adquirir experiencias vividas en el servicio a las familias, a la vez conocimientos y/o lineamientos para implementar en nuestro país que puedan mejorar el impacto en el servicio a las familias de Guatemala”. Así han planteado sus expectativas Luis Alfredo y Ada, con 30 años de matrimonio, tres hijos ya mayores, “el varón de 24 años se encuentra en un proceso de noviciado en la OSB Orden de San Benito en la basílica de Esquipulas, en Guatemala”.
Han señalado que “servimos al Señor en temas de familia desde hace 27 años, de esos, 8 años en el Movimiento Familiar Cristiano, y 19 años directamente en pastoral familiar. “Antes de formar parte del equipo nacional de pastoral familiar tuvimos la oportunidad de servir en tres diócesis, en la región central, sur y oriente de Guatemala”.
Allí fueron coordinadores parroquiales y coordinadores diocesanos de pastoral familiar y “desde hace un año formamos parte del equipo nacional”. Su mayor servicio en todo este tiempo “ha sido en la atención o preparación de novios al sacramento del matrimonio”.
Sobre el aporte de Guatemala a este encuentro latinoamericano mencionaron que “Esperamos presentar las acciones más relevantes que realizamos a nivel nacional, contando con una estructura estratégica para lograr llegar a todas las diócesis de Guatemala”.
Sobre todo han plantado cara a los ataques directos a la familia “en los actuales momentos”, de allí que consideran clave hacer pedagogía a través de la web y las redes frente a las pretensiones legislativas que atentan contra los valores de la familia como célula de la sociedad.
“Contamos con el respaldo de la Conferencia Episcopal de Guatemala que nos permite comunicar, accionar y acompañar de manera sistémica a los equipos diocesanos y estos a su vez a los equipos de pastoral familiar parroquiales”, contaron.
Por supuesto, admiten que falta “mucho por hacer por las familias, pero estamos convencidos y comprometidos en servir iluminados por la Palabra y el Espíritu Santo”.
Acompañamiento permanente
Actividades de Pastoal familiar de Costa Rica
Marco Tulio Murillo y Xinia Segura, de Costa Rica, tienen 34 años de matrimonio, y “tenemos 3 hijos, hasta el momento no tenemos nietos, de pertenecer a la Pastoral de Familia y Vida acerca de unos 22 años”.
Confían que de este Encuentro latinoamericano, organizado por el Celam, surjan lineamientos para la pastoral familiar “ágiles y accesibles para ponerlos en nuestro plan de trabajo”.
Admiten que su país “vive una situación de crisis a nivel de familia. Se han perdido algunos valores, sin embargo desde la pastoral familiar estamos pendientes a la atención de ellos con casas de acompañamientos, consejería matrimonial, acompañamientos a matrimonios jóvenes, atención de niñas en situación de vulnerabilidad”.
Tienen muy presente “atender las diferentes realidades en las familias de Costa Rica, en especial, a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad”. Su mayor aporte al Encuentro latinoamericano en Bogotá serán “los avances realizados desde la Asamblea Nacional de Pastoral Familiar”.
Al respecto, han indicado que elaboraron “un plan de trabajo nacional para el caminar de la Pastoral, tomando como base la Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, el cual es medible en los pequeños encuentros de evaluación que hemos realizado”.
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