Durante su primera visita a la Argentina, David Baruch Lau mantuvo una entrevista con Itongadol donde destacó que no hubo una lista negra de rabinos.
El Gran Rabino asquenazí de Israel, David Baruch Lau, visitó la semana pasada la Argentina y en diálogo con Itongadol afirmó que “hay un pueblo en el mundo que un día a la semana, durante Shabat, no estudia ni lee con computadoras, sino con libros”.
Lau llegó el miércoles a la mañana y partió ayer a la tarde. Durante cuatro días, visitó decenas de instituciones, templos, comunidades, brindó clases y conferencias y encuentros con rabinos del interior.
Además, estuvo reunido con el embajador de Israel en Argentina, Ilan Sztulman, y su visita coincidió con que llegara un día después del aniversario del atentado a la AMIA. Allí, prendió una vela en recuerdo de las 85 víctimas del ataque terrorista.
Asimismo, participó en un almuerzo donde asistieron más de 35 rabinos de distintas comunidades.
Lau fue elegido Gran Rabino asquenazí de Israel para el período 2013-2023. Es hijo del ex Gran Rabino asquenazí de Israel Yisrael Meir Lau e hizo historia hace cuatro años al convertirse en la persona más joven en ocupar su cargo en la historia de Israel.
Luego de viajar a la Argentina, visitará durante tres días Uruguay y el miércoles volverá a Israel.
-¿Qué observó en su visita a Latinoamérica?
Es muy interesante destacar que cuando observo a toda Latinoamérica, la cantidad de conocimiento sobre la Torá, que hay y que veo aquí en Argentina, es algo maravilloso. Es mucho mayor que en otros lugares, hay ieshivot, koilelim (lugar de estudio para hombres casados), hay gdolei Hatorá, mucho más que en otros lugares. Esto es, al parecer, por la devoción de los ancestros.
Por un lado hay una luz muy fuerte de Torá y educación judía, pero por otro lado hay un alto porcentaje de asimilación, lo cual es muy malo. Es muy preocupante este alto índice de asimilación. Llegué aquí y son pocos días los que estaré, pero me hubiera gustado también ir a los colegios judíos laicos, por el receso de invierno no pude, y pedirles que por favor recuerden de dónde vienen, entiendan su legado, no lo pierdan. El porcentaje de asimilación es muy preocupante.
-¿Cómo se resuelven estas dificultades?
El camino para trabajar para el futuro es la educación. Nosotros sabemos que Moshe Rabeinu le dijo al faraón: “Con nuestros jóvenes y con nuestros ancianos nos iremos”. Un pueblo se edifica cuando tiene la fuerza de la gente joven, pero, junto con el consejo de los mayores. Cuando los niños sean educados y conozcan nuestra herencia, reconozcan su judaísmo, sepan cuáles son nuestras raíces y quién es el Rey David, que sepan quién es Abraham Avinu y Sarah Imenu, que sepan y entiendan nuestra conexión con la cueva de Majpela y el Muro de los Lamentos y el Beit Hamikdash, que fueron dos. Cuando conozcan su herencia judía, entenderán el significado de los Tefillin, conocerán lo que significa el Shabat. En el momento en que haya educación, yo confío en que estas cosas llegaran al corazón y entonces las personas entenderán que tienen mucho de qué estar orgullosas.
En 1929 llegó de visita Wiston Churchil, vino a conocer la nueva ciudad Tel Aviv, que en aquel entonces, no era lo que es hoy. El entonces intendente de la naciente ciudad era Meir Dizzengof, y quería que la ciudad se vea linda por la visita. Pidió que rápidamente se empiece a plantar árboles. Pero en dos o tres días esto era imposible. ¿Qué hicieron? Trajeron árboles, cavaron pozos y colocaron los mismos. Cuando llega Churchil, pasea por la ciudad por la calle principal y cuando llega a la última casa, al último árbol, se recuesta sobre el mismo para ver todo, y de pronto se encuentra a sí mismo en el piso. Churchil se levanta y le dice: “Vieron lo que ocurrió aquí, un árbol para vivir necesita largar raíces, un pueblo para estar hecho necesita también raíces. Sus raíces -por las del pueblo judío- son más fuerte y antiguas que las mías. Preserven las suyas”.
-¿No cree usted que hoy los niños y jóvenes tiene todo más servido? Hacen menos esfuerzos, incluso hoy es un hecho natural que al nacer tienen un Estado de Israel vibrante y fortalecido. Justamente, no fue así para sus padres y abuelos que ayudaron a que Israel pueda ser lo que es hoy.
El hecho de que haya que educar e inculcar judaísmo a los jóvenes, no quiere decir que los adultos no tengan que conocer de esto. Toda persona tiene que intentar vivir una vida con contenido. Incluso los adultos. Aun así, recuerdo que en mis años de estudio en la Yeshiva llegó un joven de Argentina.
No me sorprendo de que la gente estudie sus raíces. Me alegra y bendigo esto. Lo más importante que veo aquí es que la gente entiende que a fin de cuentas, justamente en un mundo en el que todo es tan rápido, con los celulares, hay que darle al alma su lugar.
En este mundo no me sorprende, cuando veo tantas computadoras y me digo ‘aún seguirán habiendo impresiones ¿por qué?’, porque hay un pueblo en este mundo que un día a la semana no estudia ni lee utilizando las computadoras, sino que lo hace con los libros, en el Shabat.
En Shabat la gente comprende que si perdemos ese día sin aparatos electrónicos y hablando entre nosotros, nos perderemos a nosotros mismos, a nuestras familias. Así es que comprendemos y sentimos que nuestra alma no está hecha sólo de velocidad.
-¿Qué se lleva de su visita a la Argentina?
Llegué un día especial, el día después del aniversario del atentado. Es muy emocionante que los judíos recuerden y sepan todo lo que ocurrió. Justamente con todas las dificultades mira qué lindo edificio creció, con tantas actividades. Al parecer el pueblo de Israel sabe crecer en entornos de dificultades. En AMIA conocí gente buena, dedicada y con interés en conectar a un pueblo con su legado histórico. Ser una casa que recuerda a los judíos, preocuparse el uno por el otro, a encontrarse uno con el otro y si uno necesita algún tipo de ayuda, que estén todos con él.
-Como usted sabe, el papa Francisco es argentino...
El papa Francisco en su visita, un año atrás, estuvo en la Rabanut HaRashit y nos encontramos. Le dije que espero que juntos levantemos un llamado conjunto para invitar voces del Islam, para anunciar que Fe y Religión están a favor de la vida y van juntas. Y decir que está prohibido matar en nombre de la fe. Le dije que a metros de donde estábamos hay un restaurante donde fueron asesinadas personas al grito de Allah Akhbar, es decir, fueron asesinados en nombre de la religión. Le dije que nosotros toda plegaria la finalizamos con una bendición y un pedido por la paz. Le pedí que dé una mano y juntos, cristianismo, judíos y gente del Islam, anunciemos que está prohibido asesinar en nombre de la religión.
-No puedo dejar de preguntarle sobre la lista negra que incluye a tantos rabinos, incluso a varios argentinos.
No hay lista negra, no hubo. Un funcionario no inteligente creó una lista por su cuenta, independientemente de los rabinos principales. Es como que una persona cree una lista y le dé el nombre de lista negra del gobierno argentino. Es exactamente lo mismo. No tiene importancia y no hubo ningún pronunciamiento de la rabanut.
Es hora de que hablemos más el uno con el otro y no uno sobre otro. Hablemos más entre las personas y respetemos en lugar de empezar a hablar sobre los otros. Si todos creemos en esto, es posible.
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