Luego de los cambios conocidos esta semana, el administrador nombrado por el Papa Francisco se hizo cargo de la diócesis.
El flamante obispo interino Ernesto Giobando asumió su cargo en la diócesis de Mar del Plata luego de ser nombrado por el Papa Francisco como Administrador Apostólico de la ciudad, a raíz de la renuncia de Gustavo Manuel Larrazábal producida esta semana.
Así, Giobando se convierte en el tercer obispo en tomar el cargo tras la partida de José María Baliña, quien había tomado posesión del puesto tras la ida de monseñor Gabriel Mestre en el mes de septiembre.
En un acto desarrollado junto con el Colegio de Consultores de la diócesis, el canciller Ezequiel Kseim, dio lectura al Decreto del nombramiento firmado por el Papa Francisco y se procedió a la toma del juramento
Se trata del tercer obispo en asumir tras la ida de Mestre.
Cerca de las 20, el flamante obispo brindó su primera misa a la comunidad en la Catedral de Mar del Plata, donde expresó: “Hace 4 días me enteré de esta tarea pastoral, y con ello me entusiasmé, no vengo de vacaciones, vengo a acompañarlos, a estar con ustedes. Le pido al Señor que me dé la gracia de poder acompañar, de estar presente en esta difícil situación, de poder ayudar”.
El nuevo obispo fue recibido por los fieles en la Catedral.
Ante una multitud, Giobando pidió que lo acompañen en esta tarea, y rogó que "el Espíritu Santo conceda la fuerza para salir adelante, que la Virgen cubra con su manto, que el buen pastor Beato Eduardo Pironio nos aliente en a ser signos del amor de Dios y que Santa Cecilia nos acompañe”.
Quién es el nuevo obispo
Nacido el 13 de diciembre de 1959 en la ciudad de Santa Fe, Ernesto Giobando fue ordenado sacerdote en la Compañía de Jesús el 17 de noviembre de 1990 en el Colegio Máximo, por José Manuel Lorenzo, obispo de San Miguel.
El flamante monseñor fue nombrado por el Papa Francisco.
Elegido obispo titular de Appiaria y auxiliar de Buenos Aires, el 5 de marzo de 2014 por el papa Francisco, también fue ordenado obispo el 3 de mayo de 2014 en la catedral de Buenos Aires por el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires.
Actualmente, es miembro de la comisión Apostolado de los Laicos y Pastoral Familiar en la Conferencia Episcopal y vicario episcopal de la zona Flores en la arquidiócesis de Buenos Aires.
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