"Dios es más grande" y "no perder el buen humor", el prelado porteño atesora esas sugerencias del pontífice y asegura que sirven para la vida y los momentos de "mayor tormenta". “El día que me acostumbre a ser obispo, espero que Dios me lleve”, pide.
“Fue un año con mucha intensidad y eso es lo lindo, que haya muchas situaciones vividas, muchas situaciones para agradecer y para decir: ‘Esto ha sido un lindo aprendizaje’. Creo que ha sido intenso para todos”, dijo al Canal Orbe 21 el arzobispo Jorge García Cuerva al hacer un balance de su primer año de gestión pastoral en Buenos Aires.
Los responsos que ha podido acompañar en el Cementerio de Chacarita, las recorridas junto a los sacerdotes en los barrios y las villas, los retiros espirituales en las parroquias, las charlas con los curas, la alegría de los nombramientos de obispos auxiliares, y los encuentros con la gente en la calle, son solo algunos de tantos momentos que mencionó. “Hago memoria agradecida por todo lo que he vivido a lo largo de este año”, afirmó.
“Al año lo describiría a la luz de dos consejos que me el dio el papa Francisco y que me acompañaron”, indicó para compartir el primer consejo de “‘Dios es más grande’, es algo que nos sirve para nuestra vida, en los momentos de mayor tormenta, recordar que Dios es más grande y vence a la tormenta, como nos dice el evangelio”.
“Se nos presentaron un montón de situaciones difíciles y desafíos ligados a los temas económicos, a los vínculos con el Estado, a la situación socioeconómica, a los desafíos pastorales, situaciones en las que siempre me gustaba decir: ‘Dios es más grande’ y no perder la confianza en él”, agregó.
El segundo consejo, que “el papa Francisco me da siempre y ha sido también un motorcito en este año es el de no perder el buen humor“, completó.
Para redondear, sostuvo: “Podemos hacer una evaluación positiva de este primer año”.
Recordando su asunción, compartió: “Sentía mucha emoción. No puedo dejar de agradecer a Dios por esos momentos, pero recordábamos también que veníamos de días muy difíciles, mucho cascoteo mediático y no puedo separar eso”.
Claramente no soy la voz de la iglesia, soy el arzobispo, se tiene más exposición y como arzobispo de la ciudad capital del país tiene una cierta relevancia. Es enorme la responsabilidad que hay que tener en pensar lo que uno dice y saber también, humildemente, cuáles son las reglas del juego y es que cualquier cosa que uno dice es sacada de contexto, reinterpretada y según el medio, dije una cosa o lo contrario
Consultado sobre el rol de la iglesia, García Cuerva sostuvo: “Tiene una enorme gran misión que es la de anunciar la buena noticia del evangelio y por supuesto, denunciar todo aquello que no condiga con el evangelio, todo lo que tenga que con la violencia, con la falta de solidaridad, la falta de compromiso, en definitiva con la falta de amor al prójimo. Claramente no soy la voz de la iglesia, soy el arzobispo, se tiene más exposición y como arzobispo de la ciudad capital del país tiene una cierta relevancia. Es enorme la responsabilidad que hay que tener en pensar lo que uno dice y saber también, humildemente, cuáles son las reglas del juego y es que cualquier cosa que uno dice es sacada de contexto, reinterpretada y según el medio, dije una cosa o lo contrario”.
"El mensaje de la Iglesia tiene que ser uno en el que queramos trabajar la comunión, para todos, un mensaje en el que cuando decimos que nos tenemos que hacer cargo, nos tenemos que hacer cargo todos, la iglesia, los políticos, los empresarios, de cómo sacar al país adelante pensando en nuestros hermanos más pobres”, subrayó.
“Tenemos que aportar como iglesia, decir lo que está mal y aportar y es lo que dialogo en general con las autoridades, me reúno con muchas autoridades, más de lo que aparece en los medios porque creo en el diálogo y considero que tenemos que aportar y construir entre todos”, amplió y sintetizó que “el aporte de la iglesia tiene que ser a la cultura del encuentro, a tratar de que entre todos saquemos a nuestro país adelante”.
Rememorando el 17 de mayo de 2023 cuando el nuncio apostólico Adamczyk Miroslaw le comunicó la decisión del Papa, contó: “Reconozco que me embargó nuevamente una gran emoción, soy medio llorón, no lo digo como algo malo. Salí y no lo podía creer, sigo viviendo algo que Francisco se lo recomendó siempre a los nuevos obispos que es vivir siempre en la sorpresa e impactado y siempre sentirse no merecedor de todo lo que Dios trata de hacer a través de uno”.
“El día que me acostumbre a ser obispo, ese día espero que Dios me lleve, no está bueno, no me quiero acostumbrar. Quiero que todos los días sea sorpresa, sea emoción, quiero que todos los días me acuerde de esas palabras de San Pablo cuando tomando conciencia de su propia fragilidad dice ‘Cuando soy débil entonces soy fuerte’ y recibe de Dios la respuesta de ‘te basta mi gracia'”, declaró.
El evangelio tiene toda una mirada y consecuencias sociales y políticas. Si el evangelio es el amor al prójimo, si tiene que ver con el anuncio de la buena noticia a los marginados, si tiene que ver con construir un mundo de hermanos, lógicamente eso tiene consecuencias sociales y políticas que no significa tomar posiciones partidistas
Casi en el cierre y ante la consulta de qué vínculo debe tener la iglesia y la política, fue conciso y señaló que “tenemos que entrar en diálogo” y repasó “acordémonos siempre de una expresión del papa Pio XI que decía que la política bien ejercida era la expresión más alta de la caridad por lo cual si pensamos la política como la posibilidad de transformar para bien la vida de la gente, creo que la iglesia tiene para hacer un aporte y no porque se ponga en cuestiones partidistas. Nosotros tenemos la propuesta que es la Doctrina Social de la Iglesia, el papa León XIII con la encíclica ‘Rerum novarum’ en adelante, la iglesia ha hecho una reflexión sobre el magisterio que tiene que ver con la problemática ligada a la cuestión social, a los más pobres”.
“El evangelio tiene toda una mirada y consecuencias sociales y políticas. Si el evangelio es el amor al prójimo, si tiene que ver con el anuncio de la buena noticia a los marginados, si tiene que ver con construir un mundo de hermanos, lógicamente eso tiene consecuencias sociales y políticas que no significa tomar posiciones partidistas, pero la iglesia trabaja con el ser humano que es una unidad, no somos un alma que anda dando vueltas por ahí o aprisionada en un cuerpo como se decía en una época”, concluyó.
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