El vínculo del papa Francisco se inicia cuando era arzobispo de Buenos Aires y llevaba con él siempre una estampita de Mama Antula. En exclusiva habló para EL LIBERAL Gerardo Di Fazzio, notario de la causa de beatificación de Mama Antula y gran difusor de la santiagueña. El experto cuenta detalles inéditos de la admiración del papa Francisco por María Antonia de Paz Figueroa, el impulso a su figura desde Buenos Aires, cómo fue la exhumación de los restos de la santiagueña, y todo el proceso que llegó al Vaticano.
La devoción del papa Francisco hacia Mama Antula data de los tiempos en la que ocupaba el cargo de arzobispo de Buenos Aires. Fiel a su vocación de jesuita, Bergoglio siempre recordó e impulsó la figura de Mama Antula. Laica santiagueña, como le gusta definirla, y siempre remarca la importancia de no llamarla sor, porque no era monja sino laica. Para conocer cómo empezó la devoción del papa Francisco por Mama Antula, habla Gerardo Di Fazzio, notario de la causa de beatificación de La Santiagueña, quien conoce en profundidad la causa de María Antonia y de manera rigurosa aporta datos muy preciados.
¿Cuál es el vínculo del papa Francisco con Mama Antula?
Es indudable la conexión entre el actual obispo de Roma, el papa Francisco y la Mama Antula (la beata María Antonia de Paz y Figueroa). La causa de canonización de la actual Beata dormía el sueño de los justos entre los anaqueles del Vaticano desde que fue presentada por Mons. Ezcurra (el sobrino nieto de Encarnación Ezcurra) el 30 de septiembre de 1905, al papa Pío X. Cuando el 27 de junio de 1992, Jorge Bergoglio asume como obispo auxiliar de Buenos Aires, la historia cambiará.
¿Cómo veneraba Bergoglio en Buenos Aires a Mama Antula?
Mons. Bergoglio, en su despacho de la curia, tenía una estampita de la Mama Antula, y era lo único que había hasta ese momento como objetos de devoción, unas simples estampitas y dos o tres opúsculos. El gran impulso es cuando Bergoglio asume como Arzobispo, y al cumplirse los 200 años de su fallecimiento, se realiza en la Catedral primada de Buenos Aires una misa solemne oficiada por el mismo, ahora Arzobispo Bergoglio (todavía no era cardenal, lo fue el 21 de febrero de 2001 por parte de san Juan Pablo II).
¿Qué aportes hizo Bergoglio a la causa de Mama Antula?
Bergoglio siempre tuvo admiración y devoción por la Mama Antula. En su rol de mujer laica y evangelizadora y por ser la defensora más acérrima de la espiritualidad jesuítica en el Río de la Plata durante la expulsión de los jesuitas. Al asumir como Obispo auxiliar de Buenos Aires, realizará varias visitas a la Santa Casa de Ejercicios espirituales, y entablará conversaciones con quien era la superiora general de aquel momento de la sociedad de hijas del Divino Salvador, custodias de la espiritualidad de la Mama Antula y de la Casa, la madre Hilda Rosa Ledesma HDS y con mi rol de promotor de dicha causa, también estuve presente en ese encuentro.
Hacía ya tres años que la misma estaba a cargo de la Dra. Silvia Correale como postuladora en Roma, quien me había sido recomendada por el padre Alejandro Llorente. Cierto era que la tarea era ímproba: la causa estaba dormida hacia casi un siglo y muy pocos conocían la figura de María Antonia. Y fuimos este pequeño grupo de personas, que contra viento y marea, remontamos la causa. De ahí en más se creó la comisión histórica, de la cual formé parte, centros de espiritualidad antulanos, búsqueda científica de documentaciones (mucho mito había y hay en torno de la madre Beata) y el actual Papa siempre nos alentaba a seguir y proseguir.
Ya de Cardenal, concurrió varias veces a la casa a celebrar misas y charlas y que lo tuviéramos al tanto de cómo iba todo el tema de la parte histórica, hasta que se encontró los informes del milagro por la que fue canonizada, el cual estaba olvidado en el armario número 12 del archivo de la Santa Casa. Por providencia del Señor fue la doctora Adriana Mendía y yo los que la encontramos, pero no solo el de la Madre Rosa Vanina sino tres posibles curaciones milagrosas más. Así fue como con todo este material fuimos del cardenal, y asombrado él también de la manera fortuita de cómo se hallaron esta documentación, partimos a Roma, y nos entrevistamos con el Dr. Enzoli el cual era uno de los encargados médicos en el Dicasterio de Causa de Santos. Pero no partimos solos, sino con la recomendación del Cardenal Jesuita, el cual nos escribió una nota y cuando estábamos allá, llamó por teléfono para preguntar cuál de estas posibles causas de curación podrían ser útiles y cuál sería la más recomendable.
En 1999, al cumplirse los 200 años del fallecimiento llego la notificación de Roma y el arzobispo de Buenos Aires el cardenal Bergoglio; constituyó el tribunal para la exhumación de los restos de la Mama Antula en su sepulcro ubicado en la parroquia de la Piedad de Buenos Aires. El delegado episcopal era Mons. Molaghan, obispo auxiliar de la arquidiócesis, (y yo) notario adjunto. No había memoria ni nada escrito de la primera exhumación ni de la segunda, dado que todo se había perdido en el incendio de los templos en el año 1955. Y todo era un gran misterio por resolver
¿Quedarían restos? ¿Estaría todo en perfecto estado?
Muchas dudas y muchos mitos. Llego el día prefijado y luego de la apertura del sepulcro, para asombro de todos todo el nicho en su parte interior estaba recubierto de mármol y bronce, una gran urna de forma rectangular, ocupaba casi todo el espacio la misma poseía un cordel con sigilo arzobispal. Grande fue la sorpresa para todos, dado que había pocos restos óseos en cambio mucha mampostería (se presupone de segundo sepulcro) pedazos de madera y clavos (se presupone del segundo ataúd) pero ningún hueso largo o grande, solo muchos fragmentos, y parte de las zapatillas.
La ausencia de los huesos grandes, se pudo insinuar que fue debido a los diversos traslados y que en cada uno de ellos, los fieles tomaban dichos huesos como reliquias. Los fragmentos óseos se distinguían del resto de los materiales porque poseían un brillo inusual, hecho que quedó así descripto por los médicos forenses. Di Fazzio concluyó diciendo: “Como vemos, la relación del papa Francisco y la Mama Antula es directa, y porque no podemos pensar que como ‘amor con amor se paga’ y fue el obispo Bergoglio que ayudó a desempolvar la causa, la Mama Antula le retribuyó el favor e intercedió ante Dios para que los cardenales lo eligiera como sucesor de Pedro”.
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