El Santo Padre concluye los trabajos del primer Congreso Mundial de las Ciudades Eco-educativas organizado por Scholas Occurrentes, en el Instituto Patrístico Agustinianum.
Por Sebastián Sansón Ferrari
El cuidado de la creación, la violencia, la educación, la pornografía, el diálogo intergeneracional fueron algunos de los temas tratados por el Papa Francisco y los participantes en la sesión conclusiva del primer Congreso Mundial de Ciudades Eco-Educativas promovido por Asociación Privada de Fieles de carácter Internacional, Scholas Ocurrentes. Este jueves 25 de mayo por la tarde, en el Instituto Patrístico Agustinianum, el Santo Padre dialogó, en un ambiente cercano y fraterno, con unos 50 alcaldes de Latinoamérica y Europa, así como con jóvenes de Scholas.
Varios de los chicos latinos se conectaron por streaming con el Obispo de Roma; otras personas participaron presencialmente del encuentro. Acompañado en el escenario por el director mundial de Scholas, José María del Corral, el Santo Padre respondió a una pregunta sobre su posible viaje a la Argentina en 2024: “La idea es el año que viene, vamos a ver si se puede”.
Al preguntarle sobre las crisis, el Papa recordó, como ya ha dicho en numerosas ocasiones, que de ellas no se sale solo, se sale acompañado, y no se sale igual, sino mejor o peor. “Algunas medidas no ayudan a que se salga de la crisis, sino que se enreda un poco más y se transforma en un laberinto”, comentó. Agregó la importancia de acompañar estas situaciones complejas para que se resuelvan en sí mismas.
Recibir la savia de las raíces
Hablando sobre las conversaciones con los ancianos, el Pontífice reconoció que tuvo la gracia de disfrutar a sus abuelos hasta muy grande. Transcurría gran parte de su día con ellos, escuchando su lengua, aprendiendo de ellos. “Los diálogos más profundos los tuve con ellos, de chico escuchando, ahí aprendí valores”, subrayó.
El mismo Santo Padre admitió que siempre tuvo “esa sensación de que hay que volver a las raíces”. En este sentido, manifestó que “una sociedad se echa a perder cuando se rompe la unión entre la raíz y el tronco, se seca”. “Si no recibimos la savia de allí, de las raíces, nos secamos”, aseveró.
El Papa evocó el capítulo 2 y versículo 1 del libro del profeta Joel. “Los viejos soñarán y los jóvenes tendrán visiones y harán cosas”, dijo. Enfatizó que los ancianos no tienen derecho a morir aislados y puntualizó que la relación entre ancianos y jóvenes es natural. Una sociedad que no cuida esa relación se ideologiza, se “sectariza”, añadió. Por este motivo, lamentó que en algunos sectores existe la tendencia de “esconder” a los mayores y compartió cuánto disfrutaba, siendo arzobispo de Buenos Aires, las visitas a las casas de reposo.
Como ya ha reiterado en múltiples oportunidades, Francisco alentó a los jóvenes a aprender de la sabiduría de los ancianos. Los mayores “no deben estar guardados”, “el anciano tiene que decir y dar sabiduría, por eso es necesario que los jóvenes se les acerquen”, manifestó.
“Gracias por el testimonio, por lo que hacen, por darnos savia desde las raíces”, expresó el Papa.
No descuidemos la belleza que nos regaló Dios
En el marco de la Semana Laudato si’, también sobresalió el mensaje del Pontífice relativo a la custodia de la casa común. “La belleza -sostuvo- que nos va a salvar es la poesía de la creación, ese hecho poético que Dios nos regaló y que tenemos que cuidar y festejarlo (…)”.
Que los chicos tengan educación es un deber
Dialogando respecto a la relevancia de la formación, el Santo Padre reivindicó que el acceso de los chicos a la educación es un deber de los padres y de la sociedad entera. Asimismo, celebró el compromiso de Scholas con la educación, que se manifiesta en la organización de múltiples iniciativas. “Sigan adelante, vale la pena”, los estimuló Francisco.
Otros temas significativos de la charla fueron la pornografía, a la que el Papa describió como “la comercialización más burda del amor”, el bullying, entre otros.
“Todo hombre, toda mujer, todo chico, toda chica tiene el deber de ser auténtico y derecho a que sea respetada la autenticidad”, aseguró el Santo Padre.
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