Humberto Podetti es uno de los promotores del Acta de Buenos Aires, una propuesta de académicos peruanos, chilenos y bolivianos para la salida al mar de Bolivia. "El Papa ha logrado salvar vallas que parecían insalvables", dice
Por Claudia Peiró
De 1879 a 1883, Chile, Bolivia y Perú se enfrentaron en la llamada Guerra del Pacífico. Chile venció y se quedó con territorios que pertenecían a Perú y Bolivia, país este último que perdió así su salida al mar. Los territorios en disputa eran ricos en yacimientos de sal, guano y cobre y jugaba su papel en esto el interés británico, dado que empresas del Reino Unido se hicieron cargo de su explotación.
"¿Debe ser así? ¿Se debe convalidar necesariamente el principio de que el ganador se lleva todo?", preguntó el rector de la UCA, monseñor Víctor Manuel Fernández, en el acto en el cual académicos chilenos, bolivianos, peruanos y argentinos presentaron, bajo la forma de un Acta de Buenos Aires, una nueva propuesta para los que llaman "el reencuentro de Bolivia con el mar".
La inminencia de la visita del Papa Francisco a la región –en julio próximo- inspiró la realización de este encuentro, que tuvo un antecedente en 2006 cuando en la Universidad de Lovaina, en Bélgica, se reunieron también académicos de los tres países y propusieron la alternativa de una zona de soberanía tripartita [al pie de esta nota, el texto del Acta de Buenos Aires y lista de los firmantes].
En diálogo con Infobae, el profesor Humberto Podetti, especialista en Derecho de la Integración y gran conocedor de la historia y la actualidad latinoamericana, explicó que el pontífice argentino fue informado de la realización de este encuentro y dio su bendición, en su habitual estilo bergogliano:"Hagan mucho lío con esto". "Todos los liderazgos están en crisis, menos el de Francisco", sostuvo Podetti, cifrando en ello su esperanza de los tres gobiernos acepten dialogar. A continuación, la entrevista completa.
Como impulsores del Acta de Buenos Aires para la salida al mar de Bolivia, ¿esperan ustedes alguna receptividad hacia esta propuesta por parte de las autoridades de los tres países?
La aspiración es que haya una respuesta positiva, que de alguna manera los gobiernos de Bolivia, Perú y Chile inicien conversaciones. La afirmación de estas jornadas es que el mejor modo de resolver las cuestiones pendientes de la Guerra del Pacífico es mediante el encuentro y el diálogo paciente, que lleve el tiempo necesario, porque va a producir una solución de una calidad muy superior a cualquier otra.
Pero más allá de la esperanza, ¿tienen indicios de que puede haber alguna reacción favorable?
Como era de esperar, hubo una respuesta muy positiva de Bolivia y una respuesta en principio crítica del Gobierno de Chile; lo que dijo el canciller chileno fue que el caso estaba en La Haya, pero nosotros sentimos que siempre va a ser mejor una solución a la que se arribe mediante el diálogo. De todos modos, luego hubo una larga charla del rector de la UCA (monseñor Víctor Manuel Fernández) con el Agregado de Negocios de la embajada de Chile en Argentina –el nuevo embajador aún no asumió-, y esperamos que entre la visita de Francisco y este ruego de la sociedad civil, de las academias y de las organizaciones sociales de América del Sur se logre conmover al gobierno chileno para que acceda a sentarse a conversar con Perú y Bolivia.
¿La pronta visita del Papa a la región tendrá una influencia sólo genérica, en el sentido de crear un clima de diálogo, o Francisco hará alguna mención concreta a este tema?
No sabemos si habrá una mención al tema o no, pero de alguna manera Francisco encarna una forma superior de la política internacional en estos tiempos de tanto conflicto, guerra y violencia, política y económica. Él ha mostrado que el primer camino es siempre el encuentro, el tender la mano, el rogar, él ha logrado salvar vallas que parecían insalvables, como la que había entre Estados Unidos y Cuba, como en Medio Oriente, donde varios partidos políticos israelíes y los palestinos han aceptado encontrarse, con la oposición del gobierno de Netanyahu, pero yo diría que hoy casi la mayoría de la población israelí está de acuerdo con seguir el camino que inició Francisco. También el tema de Siria, cuando convocó a una vigilia de oración, que creo fue la movilización mundial simultánea más grande de la historia porque en todos los países y desde todos los credos e incluso los no creyentes se reunieron a rezar por la paz. Y luego se dirigió al G7. Por eso esperamos que, tratándose de su continente, siendo un hombre tan comprometido con la integración de América, se logre que se estrechen las manos los gobiernos.
¿Alguna vez se llegó a discutir a nivel oficial u oficioso algo similar a lo que ustedes sugieren, es decir, el establecimiento de una zona de soberanía compartida entre los tres países?
El antecedente más notorio, y que inspiró nuestro propio encuentro, es el Acta de Lovaina de 2006 que reunió a cuatro académicos chilenos, cuatro peruanos y cuatro bolivianos, que acordaron un sistema que incluía un corredor con conclusión sobre la costa, de soberanía compartida. Luego de eso, hubo en diversos momentos sobre todo manifestaciones unilaterales de autoridades chilenas, respondidas por las bolivianas, que conversaron de un modo indirecto sobre esta perspectiva. Creo que la gran novedad de esto es que intenta no basarse sobre el principio de que alguna de las partes tiene razón, sino en la idea de una nueva situación en la que los tres países se relacionen con gestos de solidaridad y reciprocidad. O sea, Bolivia quiere recuperar su condición marítima, quiere reencontrarse con el mar, y Chile y Perú responden solidariamente a esta necesidad que expresa Bolivia, y Bolivia responde recíprocamente a Perú y Chile porque éstos a lo mejor requieren de la misma solidaridad boliviana; por ejemplo, Bolivia tiene gas, mucho gas, que Chile necesita; Bolivia tiene mucha agua en las zonas próximas al desierto de Atacama; Perú quiere reencontrarse con la ciudad de Arica... En fin, hay muchas cosas que mediante la solidaridad y la reciprocidad pueden cerrar heridas que nacieron del conflicto, pero son cosas que no tienen vinculación con el conflicto en sí y los posteriores tratados sino que es algo nuevo. De hecho, en el Acta de Buenos Aires se dedicó buena parte del trabajo de los académicos a una agenda de integración trinacionalque implica que la historia de la guerra y el conflicto se escriban en común, recuperar la larguísima historia de 4 ó 5 mil años en común, de unidad, de confraternidad, de haber participado el ejército chileno a favor del Perú en la guerra de Independencia, etcétera. O sea que hay una historia intensa y común y la idea es que esa historia se escriba también en común. Que se pueda hacer un monumento a la paz en el cual los tres pueblos puedan homenajear a los caídos y prometer que nunca más habrá caídos entre ellos. Creo que es una cosa que tiene demasiadas ventajas para todos y ninguna desventaja para ninguno como para que no sea finalmente oída.
"UNA CONDICIÓN INTERESANTE DE ESTE DIÁLOGO SERÍA QUE BOLIVIA RETIRE SU DEMANDA EN LA HAYA"
¿Parte de la clase política chilena aceptaría una propuesta así?
Hubo momentos en que 60 por ciento y más de la opinión pública chilena, no sólo académicos o políticos, sino la gente en general, avalaba una solución así, lo que pasa es que a veces por razones electorales se recuperan nacionalismos medio primitivos. Y eso está pasando en este momento, a raíz de que Bolivia fue a La Haya [en abril de 2013] y en realidad Bolivia sólo fue para pedir que Chile se siente a negociar y quizá una condición interesante de este diálogo sería que Bolivia retire su demanda en La Haya y Chile lo tome como un gesto suficiente como para sentarse a conversar, siempre mirando al futuro y dando la espalda a la guerra. Esa demanda, que está en la etapa de los alegatos, es rara, porque no se pide a La Haya que dirima un conflicto diciendo quién tiene razón, sino solo pide que ese tribunal ordene a Chile que se siente a negociar por lo que hasta es posible que La Haya se declare incompetente.
¿Cuánta población estaría involucrada en esta propuesta de zona de soberanía compartida y desarrollo común?
No se habló de una zona específica en el Acta de Buenos Aires, sólo del reencuentro de Bolivia con el mar, dejando mucha libertad y amplitud para definir el cómo. La característica de la población de la zona es que está muy integrada, no hay conflicto, allí la frontera reúne. Además hay soluciones posibles que atraviesan zonas prácticamente despobladas en la actual frontera entre Perú y Chile, y los suburbios de Arica tienen muy poca población porque es zona desértica, y la población que hay va y viene indistintamente de un lado y otro de la frontera. Ahora bien, tanto en el Acta de Lovaina como en la de Buenos Aires, se puso el acento en que toda solución debía consultarse previamente con los habitantes y tenerlos como destinatarios y beneficiarios principales de cualquier solución. Generar desarrollo social, cultural, educativo, en la zona involucrada para que fuese un testimonio, un ejemplo de lo que se podría lograr con la integración trinacional.
Usted ha tenido ocasión de encontrarse con el Papa, ¿han hablado de esta propuesta?
Lo he visto, pero fue antes de la idea de este encuentro y estuvimos conversando sobre su encíclica Evangelii gaudium y lo que se podía desprender de ella para el futuro y de alguna manera esta iniciativa es un intento de aplicar a la política latinoamericana los principios de esta exhortación apostólica de Francisco. Pero el rector de la UCA sí lo consultó específicamente antes de que hiciéramos estas jornadas; yo preparé un memorándum explicativo, Francisco lo leyó y dijo: "Hagan mucho lío con esto". Y luego del encuentro, el Rector lo volvió a llamar para informarlo y ahora va a viajar para llevarle el Acta firmada y entregársela en mano. Francisco va a recibir también a Michelle Bachelet. A partir de que Evo Morales hizo un poco de ruido con que Francisco iba a hablar de esto, en Chile hubo inquietud, entonces Francisco hablará con Bachelet en Roma el 4 ó 5 de junio. A partir de eso, Evo Morales empezó a decir que la del Papa es sólo una visita apostólica. O sea que puede ser que haya recibido algún llamado... Pero lo cierto es que, cuando Francisco se reúna con Bachelet y luego con Evo, tendrá a disposición el Acta. También se la enviamos a Rafael Correa, en su calidad de presidente de la CELAC, y suponemos que quizá Francisco hable con él del tema. Se la enviamos además a Tabaré Vázquez, como presidente de Unasur, y a Ban Ki-moon, el secretario general de la ONU, que recientemente pronunció un discurso muy en línea con Evangelii Gaudium.
¿Qué traducción política pueden tener los mensajes del Papa Francisco? En tiempos de Juan Pablo II parecía haber una correspondencia muy directa entre lo que él decía y lo que estaba pasando en la Europa comunista...
Claro, eso terminó con la demolición del Muro de Berlín. Lo demolió la gente bajo esa línea histórica. Ocurre que después se presentó eso como un abandono del comunismo para abrazar al capitalismo, pero era un pedido de inaugurar un nuevo mundo en paz en el que la persona humana fuese el centro de todo.
"LOS INTELECTUALES ITALIANOS SE HAN REENCONTRADO EN FRANCISCO CON UNA RENOVACIÓN DE LA POLÍTICA, CON UN HUMANISMO DE UNA ENERGÍA ARRASADORA"
En los últimos años del pontificado de Juan Pablo II, su prédica contra el capitalismo salvaje y a favor de la paz, y muy concretamente sus intentos de evitar la guerra contra Irak, no tuvieron la misma correspondencia política. Uno puede ahora preguntarse, con este nuevo Papa, ¿quién o quiénes serán los Lech Walesa de Francisco?
Muy buena pregunta. La segunda parte del pontificado de Juan Pablo coincidió con un momento muy opaco, porque hubo una suerte de auto-relato, de auto-explicación, con el célebre librito de Francis Fukuyama sobre el fin de la Historia, con el Consenso de Washington y demás, y eso generó que documentos enormes como la encíclica Evangelium Vitae [1995], que decía que el capitalismo era "una guerra de exterminio de los ricos contra los pobres", no hayan tenido efectos inmediatos, pero sí provocó el comienzo de una sublevación general de los pueblos del mundo, siguiendo la metodología de Solidaridad, o sea una movilización pacífica, reclamando cosas específicas, basta ver las pancartas de estos encuentros. Y eso luego volvió a expresarse con Benedicto, tal vez no en forma masiva pero sí en el hecho de que, por ejemplo, el programa económico de Occupy Wall Street lo redactó la Pontificia Academia de Ciencias, a pedido de Benedicto y lo leyó un franciscano, en el parque donde acampaban. Y en muchos encuentros críticos de la globalización se leían mensaje enviados por Benedicto. Bueno, ahora, un Papa venido de Latinoamérica coloca esto en el centro de la política universal. Creo que esto va a tener muchas consecuencias desde el punto de vista política porque este es un momento en que todos los liderazgos están en crisis, salvo el de Franciscoque, por el contrario, ha ido creciendo y creciendo como un liderazgo universal en el sentido de que va dirigido a creyentes y no creyentes. Además, con un mensaje entendible porque su palabra siempre va acompañada de gestos fáciles de interpretar. Y se ve también el impacto que causa en los intelectuales italianos, como en el director de La Repubblica (Eugenio Scalfari), un socialista agnóstico. O Gianni Vattimo o Massimo D'Alema. Se han reencontrado con una renovación de la política, con un humanismo de una energía arrasadora, que viene de un continente que ellos ignoraron y despreciaron por mucho tiempo, pero que ahora les está diciendo que hay otro camino. Este es inesperadamente un tiempo de cambio profundo y de mucha esperanza.
Acta de Buenos Aires
En la ciudad de Buenos Aires, Universidad Católica Argentina, doce académicos de Bolivia, Chile y Perú, sociedades con historias ancestrales comunes, nos reunimos para contribuir a una búsqueda consensuada del reencuentro de Bolivia con el mar, fortaleciendo así la unidad latinoamericana.
Más allá de las coyunturas judiciales y gubernamentales, creemos que el diálogo crítico permite visibilizar y comprender la posición del otro para la construcción de un futuro común y plural. Esta metodología puede facilitar la resolución de conflictos mediante la fuerza viva de la palabra en conjunción con propuestas creativas y realistas orientadas a la reparación de heridas históricas.
Estos esfuerzos se inscriben en el marco de la cultura de la paz, la reciprocidad y la integración democrática, inspiradas por el espíritu y los contenidos del Acta de Lovaina.
Desde el final de la Guerra del Pacífico hasta el presente, han existido tensiones que dificultan las relaciones amistosas entre los pueblos. Si estas se prolongasen, Bolivia y Chile continuarán sin relaciones diplomáticas y se seguirán difundiendo imágenes negativas del otro. Todo ello genera gastos militares excesivos; dificulta la vinculación educativa, cultural y económica; e impide la realización de proyectos beneficiosos para la sociedad civil.
Estas prácticas perjudicarán a las generaciones futuras, que heredarán una situación de conflicto latente, que podemos ayudar a resolver. La superación definitiva de los remanentes de la guerra implica el restablecimiento de la cualidad marítima boliviana y ofrece oportunidades provechosas a los tres pueblos. Esta reemplaza los imaginarios de la desconfianza entre Bolivia, Chile y Perú, por una mirada integradora y un clima de amistad.
Este nuevo escenario estimulará intercambios culturales, educacionales y comerciales; y permitirá destinar parte de los gastos militares a políticas de desarrollo, particularmente en las regiones fronterizas. De este modo, favorecerá la normalización de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Chile, imprescindibles entre países vecinos. Esta visión de futuro contribuye con la integración latinoamericana y transmite a las generaciones futuras una paz definitiva.
A partir de estas reflexiones, sostenemos que el reencuentro de Bolivia con el mar forma parte de una agenda de integración trinacional con cooperación efectiva en las áreas fronteriza, regional y nacional. Las principales líneas de esta agenda son las siguientes: construir una memoria histórica común, enseñar en las escuelas una visión plural de los acontecimientos, consolidar políticas de integración cultural y desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera.
Construir una memoria histórica implica resaltar el pasado ancestral común e implementar una política de reconciliación trinacional respecto de la Guerra del Pacífico. Asimismo, reinventar las tradiciones, crear y difundir los lugares de la memoria, resignificar las conmemoraciones oficiales y concebir la frontera como un lugar de encuentro.
Enseñar en las escuelas una visión plural de los procesos históricos significa promover una cultura de la paz en diversos espacios educativos, que contemple la visión del otro y aliente la formación de estudiantes, agentes de cambio.
Consolidar políticas de integración cultural presupone la articulación de centros de formación académica, el aprendizaje mutuo y la defensa de la diversidad cultural. En la socialización de estas políticas, los medios de comunicación tienen un papel fundamental, pues ellos pueden contribuir a la comprensión mutua entre los tres países, privilegiando el diálogo y el reconocimiento de la alteridad.
Desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera promueve el bienestar, la seguridad interna de aquellas, y fortalece a las autoridades locales. Asimismo, la coordinación de políticas equitativas, viables y sustentables fomenta la inclusión social, el desarrollo económico y la defensa del medio ambiente.
Finalmente, dado que la aspiración a la unidad americana es uno de los legados más valiosos de la Independencia, una agenda de integración trinacional, que incluya el reencuentro de Bolivia con el mar, es una de las tareas urgentes. Por lo tanto, proponemos a los gobiernos y a los actores sociales implicados comprender la aspiración boliviana como un proceso que requiere de mecanismos que resguarden consensuadamente las expectativas y los intereses de nuestros tres países.
Buenos Aires, 21 de mayo de 2015
De Bolivia: Guadalupe Cajias de la Vega - Roxana Forteza Chávez - Rafael Loayza Bueno - Ramiro Prudencio Lizón
De Chile: Luis Castro Castro - Jorge Magasich Airola - Eduardo Cavieres Figueroa - Cristina Oyarzo Varela
De Perú: Cristóbal Aljovin de Losada - Marcel Velazquez - José Chaupis - Daniel Parodi Revoredo
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