Francisco, duro contra la "voracidad" de los buitres en el escenario de la ONU

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El Papa alertó en Nueva York que el hombre es la principal fuente de peligro para el planeta. Criticó al sistema financiero.

Nunca un Papa había inaugurado la Asamblea General de las Naciones Unidas ni había hablado ante tantos líderes mundiales, y Francisco lo aprovechó ayer para alertar que el hombre es la principal fuente de peligro para el planeta y para señalar, citando el Martín Fierro, la necesidad de mantener la unidad de los países para enfrentar la voracidad de un sistema financiero que "somete a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia". El Pontífice hizo un acabado recorrido por los puntos calientes del planeta y volvió a sorprender con sus afiladas definiciones sobre los grandes temas.

"El verdadero peligro está en el hombre, que dispone de instrumentos cada vez más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las más altas conquistas", señaló Francisco, citando al Papa Pablo VI en su discurso de ayer en la sede de la ONU, en Nueva York, en el que se destacó su apelación a proteger el medio ambiente y a terminar con las armas nucleares.

Al promediar su discurso de 48 minutos de duración, leído en un pausado castellano ante 150 jefes de Estado que participaron del acto que marcó el inicio de la Cumbre del Desarrollo Sostenible –preámbulo de la Asamblea General, que comienza el lunes–, el Papa entró de lleno en las definiciones más polémicas. "El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión", señaló el Papa, que tuvo siempre presente en su discurso a los desfavorecidos, para los que pidió los derechos de las "Tres T" que ya había enunciado en julio pasado en Bolivia: "Techo, trabajo y tierra".

Francisco hizo una ligera pausa para lanzar luego un llamamiento a la ONU, que celebra su 70º aniversario, y a las instituciones financieras. Destacó, entonces, que "el objetivo último" es conceder a todos los países, "sin excepción", una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones. "Tal necesidad de una mayor equidad vale especialmente para los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad y los organismos financieros. Esto ayudará a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo", reclamó a los entes controlados por los países más poderosos en lo que se vio como una clara referencia al accionar de los fondos buitre que actúan contra Argentina.

"Los organismos financieros han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de estos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia", dijo en el tono ácido y severo de siempre sobre el sistema financiero. Fue entonces que citó al gaucho Martín Fierro en uno de sus más conocidos versos. "Los hermanos sean unidos/porque esa es la ley primera/, tengan unión verdadera/en cualquier tiempo que sea/porque si entre ellos pelean/los devoran los de afuera", recitó ante los azorados ojos de los líderes mundiales, en su inmensa mayoría ignorantes del clásico de la literatura argentina.

En la batería de ideas lanzada ayer, Francisco señaló que "una ética y un derecho basados en la amenaza de destrucción mutua –y posiblemente de toda la humanidad– son contradictorios y constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas, que pasarían a ser 'Naciones Unidas por el miedo y la desconfianza'".

"Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de no Proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos", pidió luego, y alabó sin citarlo el compromiso alcanzado por las potencias occidentales con Irán como prueba del diálogo para solucionar los conflictos.

El Pontífice habló también del "odio y la locura" que sufren en Medio Oriente, el norte de África y distintos países los cristianos y otros grupos culturales o étnicos. "Han sido obligados a ser testigos de la destrucción de sus lugares de culto, de su patrimonio cultural y religioso, de sus casas y bienes, y han sido puestos en la disyuntiva de huir o de pagar su adhesión al bien y a la paz con la propia vida o con la esclavitud", afirmó en una referencia al terror impuesto por el Estado Islámico en Siria. Luego recordó los conflictos actuales de Ucrania, Siria, Irak, Libia, Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, y mencionó también al narcotráfico como "guerra asumida y pobremente combatida".

Pero la guerra no es la única fuente de destrucción, dijo el Papa, que insistió en la necesidad de proteger el medio ambiente. Y relacionó ese deterioro con el "irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado sólo por la ambición de lucro y de poder".

Pedidos

"¿Puedo darle un abrazo?", le preguntó el jornalero guatemalteco Basilio López, de 35 años, le regaló un cinturón de herramientas y le dijo que representa el duro trabajo de los inmigrantes en Nueva York.

La mexicana Ignacia González,de 34 años, una de las que bordó manteles que usó para su misa en el Madison Square Garden, le dijo: "Esta pulsera me la dio una madre que tiene a su hija discapacitada. ¿Podría bendecirla?". Francisco accedió.

Ceremonia multirreligiosa en el memorial

El Papa Francisco, en otra muestra de su afán por acercar y "tender puentes" a las distintas confesiones, realizó un servicio multirreligioso en el Memorial Museum, en homenaje a las víctimas de los atentados a las Torres Gemelas del 11 de setiembre de 2001. En la imagen adjunta. Jorge Mario Bergoglio contempla el saludo del rabino Elliot J. Cosgrove, de la sinagoda de Park Avenue, con el Iman Khalid Latif, director ejecutivo del Centro Islámico y capellán de los estudiantes de la Universidad de Nueva York.

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