El texto firmado por 300 referentes políticos y cívicos de 45 países en tres continentes, contempla una década de acción a favor de esos valores. ¿En qué consiste la agenda de cinco puntos? El secretario de Culto y un diputado, en la delegación argentina.
Una década de acción en favor de la libertad, la familia y la cultura de la vida: este es el Compromiso de Madrid, asumido por 300 líderes políticos y cívicos de 45 países de Europa, América y África. Esa alianza global fue anunciada durante la VI Cumbre Transatlántica realizada por Political Network for Values (Red Política por los Valores - PNfV) en el Senado de España los días 1 y 2 de diciembre del presente año.
“Nuestra Cumbre Transatlántica, más que un encuentro, es un llamado a la acción. Los discursos no bastan, tenemos que actuar de forma global y cada vez más articulada para que la dignidad de todo ser humano sea respetada en todas las etapas de su desarrollo”, afirmó el eurodiputado croata Stephen Bartulica, nuevo presidente de PNfV.
“Les animo a mantenerse firmes y a perseverar en la defensa de lo que es bueno y verdadero. Su ejemplo inspira a personas de todo el mundo. Debemos luchar en el terreno de la política, pero ganar elecciones no es suficiente, es la cultura la que al final determinará el destino de nuestras naciones. Aquí no debemos ceder ni un ápice. Estamos llamados a ganar los corazones y las mentes de la próxima generación”, detalló.
Por su parte, el secretario de Culto de Argentina, Nahuel Sotelo, expresó: “Cuando se habla de la presidencia de Javier Milei, muchos hablan del lado económico, pero la realidad también es que se está dando una lucha impresionante en la batalla cultural. En la Organización de Naciones Unidas hay infinidad de resoluciones que se votan donde hablan de género, de aborto, hablan del patriarcado, pero no hablan de la familia. Entonces, los que estamos acá, los que estamos en política, los que defendemos la vida, Dios, patria, familia, nos tenemos que interesar por lo que está pasando. Tenemos que presionar a nuestros gobiernos para saber qué es lo que se está votando, qué es lo que están haciendo los organismos internacionales. Porque del desconocimiento es que la izquierda se vuelve fuerte. Y si hay algo que ellos han sido buenos, es justamente en copar absolutamente todos los ámbitos de poder y no han dejado absolutamente nada”.
El Compromiso de Madrid fue leído por un grupo de líderes jóvenes y establece que durante los próximos diez años quienes lo suscriben impulsarán una agenda de cinco puntos.
El primero es garantizar que la leyes y gobiernos respeten el ejercicio de la libertad para defender la dignidad de todo ser humano y su derecho a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, y para expresar de forma pacífica y respetuosa las propias convicciones.
Alienta a desarrollar iniciativas legislativas y políticas públicas que establezcan un entorno propicio para la formación y estabilidad familiar, para que hombres y mujeres puedan ejercer plenamente su derecho universal a casarse, fundar una familia y educar libremente a sus hijos.
Establece que generarán una cultura que celebre la vida, aprecie a la familia y afirme el ejercicio responsable de la libertad: y afirma que trabajarán para que los gobiernos suscriban y asuman la Declaración del Consenso de Ginebra, que promueve la salud de la mujer, el respeto a la vida que nace y la soberana de los pueblos.
Finalmente, el Compromiso de Madrid da continuidad a la Declaración de Nueva York que propone una Alianza Mundial que reivindica que la Declaración Universal de Derechos Humanos sea interpretada según su sentido original.
Para la dirección de la Red, el documento es visto como un instrumento que ampliará su capacidad de incidencia y de sumar a políticos y líderes cívicos de todo el mundo.
El documento fue acogido por delegaciones de Argentina, Austria, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Canadá, Camerún, Chile, Colombia, Croacia, República Dominicana, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Kenia, México, Marruecos, Nigeria, Panamá, Paraguay, Polonia, Portugal, Rumanía, España, Sierra Leona, Suiza, Uganda, Ucrania y Venezuela, entre otros países.
Entre los participantes de la Cumbre estuvieron Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización de Argentina; Márton Ugrósdy, subsecretario de Estado de la oficina del Primer Ministro de Hungría; los miembros del Parlamento Europeo Kinga Gal, de Hungría; Stephen Bartulica, de Croacia; Nicolas Bay, de Francia; Paolo Inselvini, de Italia; Margarita de la Pisa, de España; y Serban-Dimitrie Sturdza, de Rumania.
También el congresista estadounidense Andy Harris; Paola Holguín, senadora y precandidata presidencial de Colombia, el senador Eduardo Girão y el diputado Nikolas Ferreira, de Brasil; los parlamentarios Stephan Schubert, de Chile; Nicolás Mayoraz, de Argentina; Rogelio Genao, de República Dominicana; Ignacio Garriga, de España; Rita Maria Matias, de Portugal; Gudrun Kugler, de Austria; Krzysztof Bosak y Krzysztof Szczucki, de Polonia; John Crane, miembro del Senado de Indiana; y Kerri Seekins-Crowe, miembro de la Cámara de Representantes de Montana, ambos de Estados Unidos.
De África fueron ponentes los parlamentares Lucy Akello, de Uganda, y Samuel Sam, embajador para la paz del Gobierno de Sierra Leona, y hubo siete delegaciones del continente.
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