El obispo presidió las fiestas tradicionales riojanas, en las que anunció el inicio de un Año Jubilar Diocesano y un trienio de preparación para el cincuentenario del martirio de los beatos riojanos.
La solemne festividad de verano en honor a san Nicolás comenzó, en la mañana del 31 de diciembre en la provincia de La Rioja, con la celebración del Tinkunaco, la fiesta tradicional del encuentro que rememora la unión, en un abrazo de paz, entre los españoles y los nativos diaguitas.
La capital riojana se vistió para la ocasión de vivos violetas y amarillos, especialmente en lo que respecta a la plaza principal, justo enfrente de la catedral y de la Casa de Gobierno, sitio donde antiguamente se producía el intercambio de autoridades, y que hoy es testigo del acto de fe y esperanza de mayor convocatoria en la provincia: el encuentro entre San Nicolás de Bari, patrono tutelar, y el divino Niño Jesús Alcalde.
Este año, el lema de las fiestas patronales de San Nicolás es: “Caminemos junto a San Nicolás por el sendero de la santidad”. En este sentido, la liturgia que tuvo esta fiesta fue orientada según ese concepto.
“En este momento de oración y unción, no hay divisiones. Es un solo pueblo, un solo Señor… todos juntos, reunidos en el mismo lugar, bajo el mismo cielo, celebrando la paz que Cristo nos ha regalado. Es la paz que deseamos vivir en nuestra familia, en el trabajo, en los momentos de dificultad y la paz que anhelamos en la alegría”, expresó el sacerdote Pablo Delgado, uno de los oradores que tuvo la celebración.
Esta celebración religiosa tiene la impronta del encuentro entre Dios y su pueblo, entre los hermanos, el encuentro de una sociedad que clama por paz, trabajo, solidaridad, justicia y bienestar para todos, sin que nadie quede excluido del amor de Dios. También es un encuentro entre las autoridades religiosas y las actuales autoridades políticas de la provincia (gobernador e intendente).
El Tinkunaco tiene tres momentos muy emotivos: las tres genuflexiones, el abrazo de paz entre los presentes y la entrega, de manera simbólica, de las llaves de la ciudad a la imagen del Niño Jesús Alcalde.
La celebración fue presidida por el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, quien estuvo acompañado por sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos y religiosas de la diócesis. También participaron el gobernador riojano, Ricardo Quintela, y el intendente de La Rioja, Armando Molina.
“Hemos realizado la ceremonia del encuentro, pero queremos vivirlo cada día del año. El encuentro es la esencia de nuestra fe, el alma del pueblo riojano. Que las oraciones de estos días nos ayuden a crecer en unión, en fraternidad. Todos, bajo la mirada del Dios de la vida, construyamos una sociedad mejor”, afirmó el sacerdote Delgado durante la celebración.
Fiestas en honor de San Nicolás de Bari
Luego de la celebración, las imágenes quedaron ubicadas dentro de la iglesia catedral. El lunes se realizó la procesión por las calles de la ciudad y este martes, la celebración de la despedida de las imágenes.
En su mensaje desde el atrio de la catedral y santuario, monseñor Braida animó a caminar juntos, con memoria agradecida e impulso misionero.
“Santo bendito, entregamos nuestras intenciones y plegarias, buscando su intercesión ante Jesús Divino Niño Alcalde, y confiamos que serán escuchadas”, expresó al comenzar, y valoró que en el año que termina se haya procurado “fortalecer decididamente la dimensión sinodal de la Iglesia”.
“El desafío del camino sinodal lo viviremos más intensamente este año, en el que celebraremos el aniversario 90° de la creación de nuestra diócesis. El 20 de abril de 1934, el papa Pío XI crea la diócesis de La Rioja, separándola de la diócesis de Córdoba”, recordó, y anunció el inició de un Año Jubilar Diocesano, que se extenderá hasta el domingo 24 de noviembre de este año, fiesta de Cristo Rey, con el lema: “90 años de fe, esperanza y misión”.
El obispo pidió a san Nicolás y a los beatos mártires riojanos que guíen este camino jubilar, y anunció también que, junto a la celebración de los 90 años de vida diocesana, se iniciará un trienio para preparar el cincuentenario del martirio de los beatos riojanos. “Ellos son el fruto maduro de un Tinkunaco vivido hasta las últimas consecuencias: ‘No hay amor más grande que dar la vida por los amigos’”, destacó.
“Los invito a disponernos del mejor modo para vivir este tiempo de gracia y agradecimiento, tiempo de crecimiento espiritual y humano”, animó.
Los desafíos actuales de la vida social
Tras reflexionar sobre el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, monseñor Braida se refirió a “las dificultades sociales y económicas que en nuestra querida Patria se acrecientan, lo que afecta naturalmente a nuestra provincia. La crisis se agudiza y podemos caer en el desaliento, en un año que se presenta con mucha incertidumbre”.
“Es fundamental discernir el momento presente para descubrir qué pasos nos corresponde dar para afrontarlo con esperanza. Por eso, más que nunca, estamos llamados a un diálogo abierto, participativo y profundo; estamos llamados a estar unidos y a poner lo mejor de cada uno para salir adelante”, sostuvo.
“A su vez, es necesario cuidar el rol de cada una de las instituciones del sistema democrático, y valorizar todos los espacios de participación ciudadana, ya que ellos nos permiten realizar una reflexión situada en nuestro contexto y buscar horizontes nuevos para una mejor calidad de vida de todo nuestro pueblo. Nuestra participación en la vida social siempre aporta algo nuevo y único que ayuda al bien de todos. Nadie tiene que quedar afuera, al margen del desarrollo genuino del país. Nadie”, agregó.
El prelado riojano pidió que “la crisis actual no nos encuentre indiferentes, sino atentos y comprometidos dispuestos a construir una sociedad mejor, con más justicia social y caridad, procurando que los costos y sacrificios no lo paguen los más pobres. Animándonos a una participación social activa, vivamos con confianza y esperanza esta hora de nuestra historia”.
“Querida familia riojana: estas fiestas de San Nicolás y del Divino Niño Alcalde nos convocaron para ser constructores activos de la paz. Hoy, más que nunca, debemos renovar nuestra confianza en el Dios de la vida y caminar decididamente a una participación activa y comprometida en la vida de la iglesia y de la sociedad. Que la celebración del Jubileo de los 90 años de nuestra Diócesis nos aliente a una búsqueda más profunda de Dios, a caminar juntos con apertura misionera y a asumir esta hora de nuestra historia con la entrega generosa que vivieron nuestros beatos mártires riojanos”,
“¡Feliz día de san Nicolás!, y que el Divino Niño Jesús Alcalde ilumine el año que comenzamos y nos conceda todo lo que nuestro corazón y nuestra sociedad necesita. ¡Que el Tinkunaco sea todos los días! ¡Mucho ánimo, bendiciones y paz para nuestra bendita tierra riojana!”, concluyó.
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