El papa Francisco comenzó su primera actividad oficial en Chile en la mañana de hoy, martes 16 de enero, en el Palacio de La Moneda, donde se encontró con autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. 

Mientras estaba reunido con la presidenta de Chile, Michele Bachelet, en una cita privada en el salón azul del Palacio, cientos de miles de peregrinos aguardan la llegada del Papa en el Parque O’Higgins. 

Algunos llegaron en la madrugada, con mantas y agua para pasar la noche, y esperan “con gran expectativa” poder compartir la misa que celebrará Francisco alrededor de las 10. 

Entre ellos, se encuentra un grupo de argentinos de la diócesis de Avellaneda-Lanús, dispuesto a “acompañar al Papa a donde vaya”, dijo a AICA Juano Torreiro. Él y su grupo se encuentra en el predio desde las 2. 

Aunque es verano hace frío. “Eso no importa, pero lo que sí lamento es que no me dejaron entrar con el termo para el mate”, comentó Torreiro. “Para un argentino eso es parte del cuerpo”, bromeó y añadió: “Pero lo ofrecí a Dios”. 

El argentino, miembro de la Acción Católica, reconoció que en los días previos a la llegada notó “cierta indiferencia” en el ambiente hacia la presencia del Papa en Chile. 

“En sus visitas al Paraguay, a Brasil, la gente estaba más expectante. Acá en Chile se notaba cierta frialdad”, manifestó. “Pero ahora ya no, ya se ve a mucha gente entusiasmada, desde muy temprano de madrugada”, aclaró. 

Finalmente, Torreiro reconoció que le gustaría que Francisco visitara la Argentina, pero explicó: “Él es el Papa de todos, no es solamente de los argentinos”. “Cuándo vendrá lo decidirá él. Ese día vamos a estar felices, pero no hay que presionarlo”, aseguró. 

“Desde acá nos comprometemos a rezar por todo el país. Sentimos esa responsabilidad de rezar por toda la patria, por todos los que están sufriendo”, concluyó.+