La fría y ventosa mañana de ayer no fue impedimento para que el pueblo mariano de Jujuy se hiciera presente en el Santuario de la santa patrona de la provincia, la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, en el segundo domingo de octubre y tercera peregrinación, donde se pidió por la familia y las misiones.

La misa central estuvo presidida por el presidente de la Confederación Episcopal Argentina, el obispo de la ciudad de San Isidro de la provincia de Buenos Aires, Oscar Ojea, acompañado del obispo diocesano de Jujuy monseñor César Daniel Fernández y del rector del Santuario presbítero Germán Maccagno y sacerdotes pertenecientes a diferentes capillas e iglesias de la provincia.

En la homilía monseñor Oscar Ojea se refirió al evangelio proclamado durante la misa indicando que "el evangelio de hoy trató de cómo diez leprosos se acercan a Jesús gritándole Jesús ten compasión de nosotros", a lo que monseñor dijo que "no es la primera vez que el Señor está cerca de ellos, no tenía miedo de tocarlos ya que la lepra era y sigue siendo una enfermedad muy contagiosa.

Recordemos que el leproso vivía solo y aislado del resto de los seres". Agregó diciendo que "la lepra era considerada una enfermedad que era producto del pecado y solo los sacerdotes del templo eran quienes certificaban su curación".

Hizo hincapié en la importancia de encontrase con Jesús y la importancia de dar gracias reconociendo al dador de un bien. "Cuando damos gracias nos hace bien a quien las damos, que a quien las recibe". También resaltó que debemos agradecer por las familias, "es impresionante ver el peregrinar de las familias, familias enteras viniendo al encuentro de la Virgen.

San Juan Pablo II decía que la familia es la escuela de todas las virtudes.

La familia es la escuela del amor. Nadie puede enseñar a amar si no es la familia, con ella aprendemos el amor de los padres, el de los hijos a los padres, a los hermanos, la familia es la ventana a todas las relaciones que vamos a tener después. Si no tenemos familia, no vamos a tener convivencia social armónica porque allí aprendemos a cuidarnos y valorar los tesoros que Dios nos da".