A la convocatoria contra el hambre se sumaron dos referentes del movimiento, uno de ellos amigo del futuro ministro Arroyo. Luego de militar el macrismo, confirman el acercamiento al Frente de Todos.
Por LEANDRO RENOU.
Cáritas, la Pastoral Social y dos bien resguardados hombres de la Iglesia Evangélica. El viernes último, cuando Alberto Fernández convocó el primer encuentro de la mesa contra el hambre en su búnker de Puerto Madero, se sentaron en la mesa pastores del credo que se propagó por todo el país y que jugó fuerte en política con Cambiemos, aunque los propios lo nieguen. Bernardo Affranchino es pastor en la Iglesia Cristo para Todos, de Adrogué. Es amigo de Daniel Arroyo y fue uno de los convocados a la reunión. Ni bien recibió el llamado del futuro ministro de Desarrollo Social, se comunicó con otro de los presentes: Osvaldo Carnival, el más activo militante del macrismo en diferentes frentes y quien, por pedido de la ministra de Desarrollo actual, Carolina Stanley, se puso a disposición del gobierno de Mauricio Macri para la asistencia social.
En la convocatoria a la mesa contra el hambre los presentaron como hombres de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (ACIERA), pero no hay unidad en los evangelistas a la usanza católica. “Nosotros somos independientes de la política”, dijo a Letra P Rubén Proietti, titular de esa alianza, que se desmarcó rápido de la idea de que los evangelistas militaron a Macri. “Nunca trabajamos para este gobierno y a Fernández no lo conocemos, pero estamos dispuestos a acercarnos todo lo que sea necesario. La pobreza y el hambre son un tema de nuestra agenda”, completó.
Los evangelistas, todos con juego político propio e individual, ya le hicieron llegar a Fernández un pedido de reunión. En el entorno del presidente electo aseguraron que se hará después de la asunción, por varios factores. Uno de ellos, no tensar la relación con la Iglesia Católica justo cuando hay contrapuntos por la legalización del aborto. De todos modos, aclararon que la relación se va a entablar y recuerdan cuando la ex presidenta, Cristina Fernández, tenía la costumbre de recibir a los evangelistas en reuniones privadas.
En el universo evangélico, ACIERA representa a unas 15 mil iglesias y es el ala más conservadora, con terminales en Estados Unidos y apalancada en el antiguo emblema de la organización, el pastor Luis Palau. En la otra esquina aparece Néstor Miguens, de la Federación de Iglesias Evangélicas, el ala “progre” y anti derecha de este culto. “A nosotros nos dicen que somos de derecha, pero no somos (Jair) Bolsonaro, (Donald) Trump ni (Luis) Camacho. Damos libertad para elegir”, contó Proietti.
¿De dónde viene, entonces, esa idea de que fueron parte de Cambiemos?, preguntó este portal. La explicación del titular de ACIERA es múltiple: que se inició cuando Cinthia Hotton surgió a la política con el PRO, para luego pasar al partido de Juan José Gómez Centurión. Luego apareció el nexo con Stanley y en tercer lugar, un nombre: Gastón Bruno, secretario de Gestión Educativa de Cambiemos en el gobierno de María Eugenia Vidal, que dejó su función en ACIERA para irse a la actividad pública.
Carnival está al frente de la Iglesia Catedral de la Fe, en Flores. Militó fuerte en 2018 contra la legalización del aborto y dio una misa para un grupo nutrido de cadetes de la policía porteña. Es el que más cercanía tuvo y tiene con Cambiemos, según fuentes del propio Gobierno. Pero en el marco de la transición a un gobierno del albertismo, también los evangelistas parecen haber saltado el cerco para adecuarse a los tiempos de la política.
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