Jueves 09 de Junio de 2022
Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Padre Juani Molina sacerdote de Schoenstatt
Hoy celebramos a Jesucristo sumo y eterno sacerdote, ésta fiesta cae el prime jueves después de Pentecostés y nos invita a mirar a Jesús desde este lugar, desde este esta función, desde esta dimensión que será fundamental para comprender el sacerdocio, el lugar del sacerdote, dentro de la iglesia.
El evangelio que nos propone esta fiesta, es el evangelio de la última cena en qué Jesús se entrega: “Este es mi cuerpo” dice “ésta es mi sangre”. El modo en que se entiende el sacerdocio de Jesús, y también el sacerdocio ministerial y sacerdocio común de los fieles, es en cierto modo es desde esta entrega. Jesús ,que no entrega algo de si, sino que Jesús mismo se entrega, es él el que se da, el que se nos entrega. En este día podemos pedir por los sacerdotes, por los sacerdotes ordenados, para que a semejanza y unidos a Jesucristo sumo y eterno sacerdote, puedan vivir esta misma entrega. Al mismo tiempo podemos pensar, podemos rezar considerando el sacerdocio común de los fieles, del que todos los bautizados somos parte, también de esta dimensión somos invitados a entregarnos, a darnos.
Cuando Jesús dice “este es mi cuerpo, hagan esto en memoria mía”, se refiere al cuerpo de la iglesia, el cuerpo de cada uno de nosotros, a la invitación de que cada uno, desde su lugar, desde su vida, también se entregue. De vuelta, no entrega algo fuera de sí, sino que es él mismo que se entrega. Que al contemplar a Jesús, en este rasgo en esta dimensión tan propio, nos interpele, nos anime a nosotros también, a entregarnos por los demás, entregarnos por entero, a vivir para los demás.
Que Dios los bendiga y la Virgen María nos cubra con su manto.
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