Ayer, en medio de la celebración de la misa crismal en el comienzo de los festejos por la Semana Santa, el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, afirmó que “la pobreza es un drama que venimos afrontando y nos concierne a todos”, y reclamó una pronta resolución a lo que calificó como un “drama social”.

En medio de las celebraciones, el prelado invitó “a un encuentro en la sociedad que permita imaginar posibles soluciones urgentes que ayuden a ir hacia adelante, ese es el rol de la Iglesia. Después les toca a los políticos y a los técnicos encontrar las soluciones prácticas”.

En ese sentido, Ñáñez destacó que la Argentina es “un país que puede alimentar a 400 millones de personas. No puede ser que haya niños desnutridos, todos somos responsables, hay quienes más, otros menos”.

“Que exista tan alto grado de pobreza a lo largo y ancho del país es un escándalo. En 1910, la Argentina estaba entre los primeros países del mundo, pero la riqueza no estaba distribuida. Hoy, a más de cien años, estamos en la misma situación y con una cantidad de pobres que nos acongoja el alma”, resaltó el arzobispo cordobés ante la mirada de los creyentes.

Monseñor Ñáñez también admitió que la “grieta existe” y se mostró preocupado por la situación que atraviesa el país. En ese sentido, pidió por “la unidad” de una sociedad que está “destruida”, por lo cual reiteró su pedido a los políticos de “ser humildes y bajarse del pedestal en el que creen estar, y solucionar los problemas reales de la sociedad como la pobreza, que llega a un tercio de la población”.