El 30 de octubre de 1902 Theodor Herzl, fundador del sionismo político, publicó una novela romántica utópica, “Altneuland” (Vieja-Nueva Nación), en la cual expresó su visión sobre el Estado Judío y se convirtió en uno de los textos más importantes del movimiento sionista. Fue traducida al idish por Israel Isidor Elyashev y al hebreo por Nahum Sokolow.
La novela cuanta la historia de Friedrich Löwenberg, un joven judío intelectual de Viena, quien, cansado de la decadencia europea, se une a un aristócrata prusiano americanizado llamado Kingscourt mientras se retira a una isla pacífica remota. Ellos pasan 20 años allí, lejos de la civilización. Cuando vuelven y pasan por Palestina para volver a Europa, descubren a una tierra drásticamente cambiada, con una sociedad cosmopolita moderna y abierta, y con una gran industria cooperativa que se basa en tecnología avanzada.
El escrito de Herlz deja su mara en la realización de la emancipación nacional judía. Este presenta un modelo de sociedad que adoptaría un modelo social liberal e igualitario, parecido al modelo de un Estado de bienestar. Él dijo que su modelo se llamaba “mutualismo” y que se basaba en una economía mixta, con propiedades de tierra y recursos públicos, cooperativas agrícolas e innovación privada.
En su imaginación, los ciudadanos de Altneuland no hablan exclusivamente hebreo, sino que son multilingües. Además, esta muestra a Jerusalem como la capital y a Haifa como el centro industrial del país.
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