El malestar por el impulso gubernamental a la ley de aborto, hizo que la cúpula del episcopado no pida, por primera vez en años, la audiencia con el Presidente para transmitirle los augurios navideños. No quieren que la foto se "utilice políticamente".
El profundo malestar que está provocando en la Iglesia el impulso que está poniendo el Gobierno para que se apruebe antes de fin de año el proyecto de legalización del aborto empieza a reflejarse. Por primera vez en muchos años, la cúpula del Episcopado no solicitará esta vez una audiencia con el presidente de la nación para presentarle los tradicionales saludos navideños.
Fuentes eclesiásticas dijeron a Clarín que no solo pesa el disgusto por la fuerza que está poniéndo el oficialismo en sacar adelante la iniciativa legal, sino en el temor a que la Casa Rosada quiera "usar políticamente" la foto del encuentro como una manera de decirle a la sociedad que, si bien la legalización del aborto suscita tensión, la relación basicamente es buena.
Cada año, ante la llegada de de la Navidad, las máximas autoridades del Episcopado -el organismo que agrupa al centenar de obispos del país- saluda al presidente de turno. Esta vez hubiese correspondido que fueran su titular, el obispo Oscar Ojea; el vice primero, cardenal Mario Poli, y el vice segundo, el arzobispo Marcelo Colombo, y el secretario general, monseñor Carlos Malfa.
Por otra parte, este martes celebrará su última reunión del año la comisión permanente del Episcopado -que integran Ojea, Poli, Colombo y Malfa y una veintena de obispos-, durante la que se avanzará en la elaboración de una severa declaración sobre el intento del oficialismo de legalizar el aborto que cuenta con el acompañamiento de legisladores de la oposición.
Si bien inicialmente se creía que este mismo martes, al término de las deliberaciones, se difundiría el texto, el hecho de que una parte de los obispos esté presente en la reunión y otra por Zoom dificulta su redacción -necesariamente consensuada- por lo que se demoraría unos días su presentación, aunque se asegura que verá la luz pública antes de Navidad.
Paralelamente, varios obispos -entre ellos el propio Ojea- vienen manteniendo contactos con senadorespara tratar de persuadirlos de que voten en contra del proyecto que este lunes empezó a ser tratado en las comisiones que emitirán dictamen este viernes y se estima que sería votado el 29.
A su vez, los curas villeros -igualmente muy disgustados con el Gobierno por el proyecto pese a tener un diálogo fluido- procuran acercarse a la Cristina Kirchner apelando a que ella valora mucho su trabajo para convencerla de que, al menos, no promueva su aprobación en la cámara alta.
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