La diócesis de Quilmes vivió su la XXIX Misa de la Esperanza en el Cruce Varela

La diócesis de Quilmes vivió su la XXIX Misa de la Esperanza en el Cruce Varela

El obispo local, monseñor Tissera, presidió la celebración junto a otros prelados, y animó a que "el testimonio de Jesús despierte a la sociedad dormida, a la sociedad ausente, a la sociedad mezquina".

La diócesis de Quilmes celebró el sábado 16 de noviembre la XXIX Misa de la Esperanza en el Cruce Varela, y la VIII Jornada Mundial de los Pobres que el Papa Francisco instituyó en 2017. El obispo de Quilmes, monseñor Carlos Tissera presidió la celebración eucarística acompañado del obispo auxiliar de la diócesis, monseñor Eduardo Redondo; del obispo de Avellaenda-Lanús, monseñor Marcelo Margni; del obispo emérito de Río Gallegos y colaborador en la diócesis de Quilmes, monseñor Juan Carlos Romanín SDB, y de sacerdotes y diáconos. 

Con una numerosa convocatoria de fieles que se acercaron desde todos los rincones de Berazategui, Quilmes y Florencio Varela, estuvieron presentes además Andrés Watson, intendente de Florencio Varela, y Carlos Cúster, ex embajador argentino ante la Santa Sede.

En su homilía, monseñor Tissera tomó las palabras que el primer obispo de Quilmes, el Siervo de Dios Jorge Novak, pronunció 25 años atrás en la Misa de la Esperanza de 1999: "Más vale que nos sometamos a la Palabra de Jesús en este tiempo de misericordia, para no caer bajo el rigor del Juicio final. No me dieron de comer, no me alojaron, no me visitaron [...]¡Qué este testimonio de Jesús despierte a la sociedad dormida, a la sociedad ausente, a la sociedad mezquina!".

A su vez, instó a que "hagamos nuestras sus palabras en tiempos en que se nos quiere hacer creer que la justicia social es una aberración".

 

 

El prelado quilmeño afirmó también que "nos da mucha esperanza la presencia de tantas personas que, en tiempos tan difíciles, durante y después de la pandemia, trabajan con paciencia y entusiasmo sosteniendo esos lugares de alivio y contención: comedores, merenderos, hogares, casas comunitarias, etc. No sólo sirven generosamente, sino que muchas de ellas han padeciendo las críticas de los que injustamente los tratan como corruptos, oportunistas, y hasta indicarlos como los causantes de los males que aquejan a la sociedad, como es el empobrecimiento y la indigencia creciente de los últimos años".

También resaltó: "La presencia de los jóvenes nos llena de alegría y de esperanza. Escuchemos sus críticas, atendamos sus dolores y sufrimientos. Caminemos juntos con ellos; cedámosle el espacio que merecen ocupar, para que sean protagonistas y no sólo espectadores de un mundo que los descarta, porque no producen".

Durante la misa se recordó con cariño a Patricia Fernández y a los sacerdotes Adrián Gómez y Miguel Hrymacz, fallecidos este año. Además, se conoció la noticia del fallecimiento de la hermana Justa Tello, del Instituto Sagrada Familia de Nazareth, por quien el obispo diocesano invitó a rezar "por su eterno descanso" y para que "el Señor la reciba en el Cielo junto a los santos y la Virgen".

Previo a la celebración religiosa, los diferentes departamentos, movimientos y grupos de la diócesis compartieron la riqueza de sus carismas en la Expo-Feria del camino sinodal, y la Pastoral Juvenil animó un espacio musical con artistas católicos.

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