La historia detrás del decreto gubernamental que oficializó la intervención del gigantesco centro asistencial. Sorpresa, enojo e interna política
El Papa Francisco volvió sobre sus pasos, pensativo: "¿Pero vos dirigís ese monstruo que está al lado de la autopista?". Segundos antes había rezado por los pacientes, médicos y enfermeros del Hospital Posadas, "ese monstruo", según el Sumo Pontífice.
"Mi bendición por ellos", concluyó Francisco el pasado 8 de abril frente a Donato Spaccavento, por esos días todavía al frente del hospital, en la tradicional audiencia pública de los miércoles. El médico sonrió, satisfecho y emocionado.
No sabía que diez días después del rezo vaticano el Gobierno nacional dispondría la intervención del Posadas, que funciona bajo la órbita del Ministerio de Salud de la Nación, un hospital sumido desde hace años en reiterados desmanejos y obras inconclusas, que derivaron en constantes denuncias de pacientes y profesionales.
En ese sentido, en la tarde noche del pasado viernes, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, había sido el portavoz de la decisión presidencial. "No estamos en el camino correcto en las decisiones que se toman, no se condice la enorme proporción de fondos con la calidad de las prestaciones", fue parte del anuncio del funcionario, que impactó directamente en la figura deSpaccavento, un histórico dirigente K, de fluida relación con el matrimonio presidencial: durante años se encargó de la salud de Néstor y Cristina Kirchner. A través del decreto 644 publicado en el Boletín Oficial, la Presidenta oficializó la intervención del gigantesco centro asistencial a cargo de Domingo Martín Latorraca.
La noticia tomó por sorpresa a Spaccavento, que curiosamente había sido designado por el Gobierno para dirigir el hospital, ubicado a la vera de la Autopista del Oeste, en Haedo, en el Conurbano bonaerense, en junio del año pasado. Tras el anuncio del jefe de Gabinete, las acusaciones no tardaron en recaer sobre su persona.
La comisión directiva de la Asociación de Profesionales del Posadas acusó al ex director del Hospital Argerich de motorizar el "clientelismo político" durante su gestión. "No ha resuelto los problemas estructurales", aseguraron, en boca de Luis Canievsky, integrante de dicha asociación. Spaccavento debió salir al cruce: aseguró que no había cometido actos de corrupción.
En las primeras horas de ayer, el médico, que también comandó la intervención en Santiago del Estero –en el 2004-, envió un extenso correo electrónico al jefe de ministros, molesto por la sorpresiva conferencia de prensa del viernes. Según fuentes cercanas al sanitarista, también copió el mail a la Presidenta. En el entorno del ahora desplazado director del Posadas centran las críticas en Martín Sabbatella, presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), que pretende retener el municipio de Morón –donde se encuentra el hospital- a través de su hermano Hernán. Ponen la lupa en Diego Spina, presidente del Club Deportivo Morón y sabbatellista de la primera hora, como uno de los que ahora en más pisaría con fuerza en el centro asistencial.
Spaccavento visitó a Francisco en el Vaticano y consiguió la bendición del Papa, justo una semana y media antes de su desplazamiento, gracias a las gestiones de su amigo Eduardo Valdés, embajador argentino ante la Santa Sede, ambos referentes del peronismo porteño. El encuentro del médico y el Sumo Pontífice se dio además días después de la confirmación oficial del encuentro que Francisco y Cristina mantendrán el próximo 7 de junio. Domingo, un día atípico para la visita de un jefe de Estado.
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