¿Qué dice el Credo del Espíritu Santo? El Papa Francisco lo explica

¿Qué dice el Credo del Espíritu Santo? El Papa Francisco lo explica

El Papa Francisco continuó su ciclo de catequesis dedicadas al Espíritu Santo y se centró en el modo en que el Espíritu "está presente y actúa en la vida de la Iglesia"

 

"El Espíritu Santo habita en nosotros, está en nosotros", dijo el Papa Francisco en la audiencia general del 16 de octubre de 2024. Dedicó su catequesis a la definición que hace la Iglesia del Espíritu Santo en el Credo, refiriéndose en particular a la disputa teológica sobre el "Filioque".

 

Ante varios miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, el Pontífice continuó su ciclo de catequesis dedicadas al Espíritu Santo. Tras hablar en anteriores audiencias generales sobre la presencia del Espíritu Santo en la Sagrada Escritura, anunció que quería centrarse en el modo en que el Espíritu "está presente y actúa en la vida de la Iglesia".

El Papa Francisco subrayó cómo, en el primer Credo -el Credo de los Apóstoles-, la fe en el Espíritu Santo se proclamaba "sin ninguna precisión", sobre todo en lo referente a su naturaleza divina dentro de la Trinidad. Hubo que esperar al Concilio Ecuménico de Constantinopla en 381 para que se estableciera la fórmula actual, que se encuentra en el llamado Credo Niceno-Constantinopolitano (proclamado en el Concilio de Calcedonia en 451, con la adición del "filioque" en el Concilio de Toledo en 589).

Este nuevo texto surgió como resultado de "la experiencia de la Iglesia de la acción santificadora y divinizadora del Espíritu Santo" y como reacción a la "herejía", bajo el impulso de san Atanasio a principios del siglo IV.

En este texto, recitado por los cristianos en cada Misa, se dice: "Creo en el Espíritu Santo, que es Señor y dador de vida; procede del Padre y del Hijo, recibe la misma adoración y la misma gloria; ha hablado por los profetas". Afirmando que el Espíritu Santo es "Señor" significa que "pertenece al mundo del Creador y no al de las criaturas" y "participa del señorío de Dios", el Pontífice comenzó explicando palabra por palabra esta parte del Credo.

El texto continúa diciendo que el Espíritu Santo "da la vida". Esta es la "prerrogativa más importante para nosotros", dijo el Papa. Como en el Génesis, cuando el Espíritu da la vida a Adán con su soplo, este mismo Espíritu ofrece a los creyentes de hoy "la vida nueva, la vida de Cristo, la vida sobrenatural como hijos de Dios", subrayó. "La vida que nos da el Espíritu Santo es una vida eterna", aseguró el Pontífice, insistiendo en que ya vive "en cada uno de nosotros".

Antoine Mekary | ALETEIA"Diferencias reconciliadas"

La siguiente parte del Credo - "procede del Padre y del Hijo"- está en el origen de una antigua disputa teológica entre la Iglesia latina y las Iglesias ortodoxas sobre la naturaleza del Espíritu Santo, conocida como el "Filioque". A partir del siglo VI, la Iglesia occidental empezó a recitar una versión del Credo en la que se dice que el Espíritu Santo no procede solo del Padre, como siguen afirmando hoy las Iglesias orientales, sino también del Hijo - Filioque, en latín.

El Papa Francisco dijo que no quería entrar en detalles sobre este "escollo", que "ha sido el motivo (o el pretexto) de tantas disputas y divisiones entre la Iglesia de Oriente y la Iglesia de Occidente". En particular, esta disputa fue el pretexto oficial para la separación de Roma y Constantinopla en 1054.

No obstante, el Papa se congratuló de que este desacuerdo haya "perdido la amargura del pasado" y se haya convertido en una de las "diferencias reconciliadas" que permiten ahora "esperar una plena aceptación mutua". Reconociendo la diversidad de las Iglesias cristianas actuales, tanto ortodoxas como protestantes, subrayó la importancia de que se "reconcilien en el amor de caminar juntos".

El resto del texto, "la afirmación más fuerte", declara que el Espíritu Santo tiene "derecho a la misma gloria y al mismo culto que el Padre y el Hijo", subrayó el Pontífice. Recordó que san Basilio el Grande fue "el principal artífice de esta fórmula", un "punto de partida para la Iglesia", que ahora podrá proclamar "con serenidad" la divinidad de Dios en su teología y culto.

Por último, el Papa Francisco no comentó la última parte del texto, relativa a la acción del Espíritu a través de los profetas. Sin embargo, sus catequesis anteriores ya habían estado dedicadas a la presencia del Espíritu Santo en el Antiguo y el Nuevo Testamento.

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