A días del inicio de la gira papal por Sudamérica, entrevista con el embajador ecuatoriano ante la Santa Sede, Luis Latorre Tapia
Por ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
El Papa no pisó aún suelo ecuatoriano y ya logró su primer “milagro” en ese país: la recuperación del diálogo entre la Iglesia y el gobierno. Francisco pudo sensibilizar tanto al presidente Rafael Correa como a los obispos del país. Ahora existe armonía y colaboración, no obstante las heridas del pasado. Así lo afirmó, en entrevista, el embajador del país sudamericano ante la Santa Sede, Luis Latorre Tapia.
“Se ha hecho un muy buen trabajo de coordinación entre las autoridades civiles y religiosas, empezando desde el nuncio que no era de mucha simpatía para nosotros pero que ha realizado una labor extraordinaria. Entre las autoridades eclesiásticas y civiles tampoco había una buena relación, pero el primer milagro del Papa Francisco ha sido la colaboración y que tengamos preparado el terreno no sólo material sino espiritual para recibirlo”, señaló el diplomático.
Jorge Mario Bergoglio aterrizará en Quito la tarde del próximo domingo 5 de julio. Permanecerá en el país hasta el miércoles 8, antes de seguir su gira por Bolivia y Paraguay. Su visita tendrá lugar luego de años difíciles, según recordó el embajador. En 2007 Correa ascendió el poder en medio de una situación caótica. Su país era “ejemplo de todo lo malo en Latinoamérica” tras haber tenido siete presidentes en sólo 13 años.
Entonces decidió convocar a una asamblea constituyente que redactase una carta magna nueva. En la misma se abordaron temas delicados como el control de la población y cuestiones relacionadas con los homosexuales.
“Todo eso fue un escándalo para los católicos muy conservadores y parte de la jerarquía. Un ala de la Iglesia acusó al documento de abortista, de promover los matrimonios homosexuales e hizo una campaña muy agresiva contra. Esto dejó heridas muy profundas en ambas partes. En los últimos años se dieron choques como ese”, sostuvo Latorre.
Según él, Correa nunca quiso promover ni el aborto ni los matrimonios entre personas del mismo sexo, no sólo por sus convicciones religiosas sino también “porque los ecuatorianos no estamos dispuestos a aceptar todas estas tendencias”. Igualmente las acusaciones “quedaron flotando”.
Pero las cosas se fueron distendiendo desde la elección de Francisco y con el nuevo presidente de la conferencia episcopal, Fausto Trávez. Mientras el cardenal Raúl Vega Chiriboga, amigo del Bergoglio, logró el encuentro de Francisco y Correa en el Vaticano, que se repitió en varias ocasiones
“En esas reuniones del Papa con el presidente tiene que haberse tocado el tema: Presidente, esos choques no le hacen bien al gobierno y a la Iglesia, por favor entra en diálogo. Y efectivamente se ha dado así, ahora existe armonía entre el gobierno, las autoridades civiles y religiosas”, afirmó el embajador.
Por otra parte constató que algunos grupos en su país han aprovechado la visita papal para crear un “ambiente negativo de convulsión social” en los últimos días por dos proyectos que el presidente presentó ante la Asamblea Nacional. Uno que modifica la ley de herencias y el otro regula las plusvalías.
Según Latorre, se ha verificado una “desgraciada coincidencia”. Aclaró que todo el país espera al líder católico con “muchísimo entusiasmo” y explicó que algunos han identificado la visita como una gestión exclusiva del gobierno. “En parte es verdad pero no es lo único, porque se ha trabajado en equipo. No es un triunfo personal del presidente sino de todo el país”, insistió.
Al mismo tiempo señaló que esas leyes no son es contra los pobres o contra la clase media, sino solamente para aquellos que ganan mucho dinero con sus herencias y sus plusvalías.
Adelantó que se espera el desplazamiento de no menos de 200 mil personas de los países limítrofes para asistir a los eventos del Papa, quien estará en Quito y Guayaquil. Por eso, la principal preocupación del gobierno es el orden de las multitudes.
“Él no quiere ir en el papamóvil cerrado y blindado, confía en el pueblo y dice que su mejor seguridad son los fieles. No creemos que haya problemas de seguridad, más bien el problema será la cantidad de gente que querrá acercarse al Papa. La seguridad va en ese sentido, evitar la aglomeración de la gente. Por ahí está el problema, no tanto por el terrorismo y aunque nadie podría prevenir un acto terrorista, esperamos que la cosa no vaya por ese lado. Existe una conciencia general de la importancia que nos visite un Papa latinoamericano y muy cercano a los ecuatorianos”, ponderó.
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