El sepulcro del fraile Junípero Serra, que fue recientemente canonizado por el Papa en Washington, amaneció con pintadas y una frase: "Santo de genocidio".
La tumba de Junípero Serra en la Misión de Carmel (California) fue objetivo del vandalismo apenas unos días después de que el papa Francisco lo proclamara santo durante su visita a Estados Unidos.
Las tumbas del cementerio en el que está enterrado el santo, así como el exterior de la propia basílica de la misión de Carmel, amanecieron el domingo manchadas de pintura y con estatuas derribadas. En una de las lápidas apareció pintada la frase: "Santo de genocidio".
Junípero Serra, el primer santo hispano de los Estados Unidos, fue canonizado por el papa el pasado miércoles en una ceremonia multitudinaria en Washington, en la que Francisco afirmó que el franciscano español defendió la dignidad de los indígenas que evangelizó.
La canonización de Serra ha sido criticada por algunos sectores, que ya desde la beatificación del misionero franciscano, en 1988, lo habían acusado de que en las misiones que fundó, donde convirtió a miles de indios, hubo abuso y maltrato a los indígenas.
El sargento Luke Powell, de la policía de Carmel, informó de que el suceso está siendo investigado como un "crimen de odio", categoría en la que se circunscriben los delitos de carácter racista y de discriminación religiosa. La policía revisa ahora los vídeos grabados por las cámaras de seguridad del recinto para intentar identificar a los autores del ataque, que fue descubierto a primera hora del domingo.
El agente explicó al diario Los Angeles Times que el ataque se dirigió a las tumbas de personas "de ascendencia europea y no en las de descendientes de nativos americanos", lo que indicaría que se trata de un "crimen de odio".
Debido al ataque de los vándalos, los responsables de la misión de Carmel suspendieron una ceremonia que tenían previsto llevar a cabo el domingo con motivo de la canonización de Serra.
En lugar de ello, los encargados de la misión, ayudados por fieles, dedicaron la jornada a limpiar las tumbas y lápidas dañadas, y pusieron en pie las estatuas derribadas.
"Buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado", dijo el papa el miércoles sobre San Junípero, considerado uno de los "padres de la patria" de los Estados Unidos y único español que figura en la sala de las estatuas del Capitolio de Washington.
En la ceremonia de canonización, el pontífice admitió, no obstante, que en las misiones se cometieron "abusos que hoy nos siguen provocando desagrado".
La canonización de Serra se celebró en el exterior del santuario de la Inmaculada Concepción ante unas 25.000 personas, entre las que estaban especialmente hispanos.
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